Tanto el ejercicio físico como el intelectual reducen la posibilidad de sufrir una crisis epiléptica, por ello es bueno estimular a estos pacientes para que hagan deporte. Te contamos cuáles son los más indicados.
Los niños con epilepsia que tengan controlada su enfermedad pueden hacer casi todo tipo de deportes siempre tomando las precauciones adecuadas, procurando hacer deportes en equipo, con más gente alrededor.
Igualmente, es fundamental elegir un deporte que no implique riesgo de lesión, pérdida de conocimiento o ahogo.
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Deportes no arriesgados para epilépticos
Danza: participar en clases de baile puede ser una forma divertida y social de hacer ejercicio, siempre que el ambiente sea seguro y se eviten situaciones que puedan provocar estrés o sobreestimulación.
Footing o caminatas: caminar a buen ritmo es una actividad de bajo impacto que se puede adaptar a diferentes niveles de forma física y se puede realizar en muchos entornos seguros.
Running o jogging en pista: correr o trotar en una pista de atletismo o en áreas seguras y planas puede ser una buena opción para mantenerse en forma, siempre y cuando se haga con precaución y en condiciones seguras.
Tenis y pádel: ambos deportes ofrecen ejercicio cardiovascular, mejoran la coordinación, la agilidad y la fuerza, y pueden ser disfrutados con precauciones, con compañeros que estén informados de la condición de epilepsia y evitando situaciones de frío o calor extremos.
Natación (con precauciones): aunque la natación es generalmente segura, debe realizarse bajo supervisión o con un compañero que esté informado sobre la condición epiléptica de la persona y sepa cómo actuar en caso de una convulsión.
Juegos de equipo: balonmano, baloncesto, fútbol...
Yoga: el yoga puede ser beneficioso tanto para el cuerpo como para la mente, ayudando a mejorar la flexibilidad, la fuerza y la reducción del estrés. Es importante elegir estilos de yoga que se enfoquen más en la relajación y las posturas suaves, evitando prácticas intensas o avanzadas que podrían ser más desafiantes.
Pilates: similar al yoga, el pilates mejora la fuerza central, la flexibilidad y el equilibrio. Es un ejercicio de bajo impacto que se enfoca en el control del movimiento y la respiración.
Entrenamiento de fuerza con máquinas: utilizar máquinas de pesas en un gimnasio puede ser más seguro que levantar pesas libres, ya que las máquinas ofrecen un mayor control y estabilidad.
Ejercicio en bicicleta estática: es una opción segura para el ejercicio cardiovascular, ya que elimina el riesgo de caídas en comparación con el ciclismo al aire libre.
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Deportes arriesgados para epilépticos
Para las personas con epilepsia, ciertos deportes y actividades pueden presentar riesgos significativos debido a la posibilidad de tener una convulsión durante la práctica. La participación en estos deportes no está necesariamente prohibida para todas las personas con epilepsia, pero se requiere una evaluación cuidadosa de los riesgos, una planificación minuciosa y, en muchos casos, modificaciones o medidas de seguridad adicionales. Los siguientes deportes están desaconsejados para los epilépticos, sobre todo para aquellos pacientes que no tienen controladas sus crisis epilépticas, porque tienen un mayor riesgo de traumatismo severo o fatalidad si la crisis se produce durante su práctica:
Paracaidismo o parapente: estas actividades presentan riesgos obvios si se produce una convulsión en el aire.
Escalada y alpinismo: la caída potencial durante una convulsión puede tener consecuencias graves en estos entornos.
Esquí y snowboarding fuera de pista: además del riesgo de caídas, la posibilidad de una convulsión en un entorno remoto aumenta el riesgo.
Esquí acuático y surf: estos deportes pueden ser más desafiantea debido a la necesidad de mantener el equilibrio y la constante interacción con olas y corrientes.
Buceo con tanque (scuba diving): debido al riesgo de tener una convulsión bajo el agua, el buceo es generalmente desaconsejado para personas con epilepsia no controlada.
Automovilismo: El automovilismo implica riesgos significativos debido a las altas velocidades y la necesidad de una reacción rápida y coordinación, lo que puede ser particularmente peligroso si se experimenta una convulsión mientras se conduce.
Boxeo, artes marciales mixtas (MMA) y otros deportes de combate: los golpes en la cabeza pueden ser particularmente peligrosos para las personas con epilepsia, aumentando el riesgo de lesiones y posiblemente exacerbando la condición.
Ciclismo en tráfico intenso o terrenos difíciles: caer de una bicicleta en tráfico o en terrenos difíciles debido a una convulsión puede llevar a lesiones graves.
Motocross, BMX, surfing de grandes olas y base jumping: estos deportes implican un alto riesgo de lesiones durante una convulsión debido a las alturas, velocidades o condiciones extremas involucradas.
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Aclaraciones sobre algunos deportes
No existen estudios que demuestren que los deportes de contacto como el rugby, hockey, etcétera, induzcan crisis, por lo que las personas que padezcan epilepsia no tienen por qué excluirse de su práctica.
Los deportes acuáticos como la natación son considerados seguros, siempre y cuando las crisis estén controladas y el paciente esté acompañado en todo momento por alguien que le supervise de forma directa. Pero el riesgo de ahogamiento durante una convulsión es una preocupación significativa. La natación debe realizarse siempre bajo supervisión y, preferiblemente, con un socorrista presente que esté informado sobre la condición.
En el caso de la equitación o el ciclismo, deben tomar ciertas precauciones; haciendo uso de protectores de cabeza, piernas, rodillas, para prevenir posibles fracturas tras una caída durante una crisis epiléptica.