Obesidad y diabetes mejoran con entrenamiento de fuerza
09/04/2014
Incorporar el entrenamiento de fuerza al tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2 proporciona beneficios significativos a los pacientes con estas enfermedades, porque este tipo de ejercicio disminuye la pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento, incrementa la fuerza, la flexibilidad y la resistencia física, y puede mejorar la presión arterial, y los niveles de colesterol y triglicéridos.
En el marco del 25º Congreso de la Sociedad Española de Diabetes (SED), el Dr. Javier Ibáñez, del Centro de Estudios, Investigación Medicina del Deporte del Gobierno de Navarra, ha explicado que las personas obesas que siguen una dieta para perder peso y realizan al mismo tiempo un programa de ejercicios basados en el entrenamiento de fuerza obtienen los siguientes beneficios:
- Aumenta su fuerza, flexibilidad y resistencia física.
- Disminuye significativamente la pérdida de masa muscular que se produce al seguir una dieta, lo que es fundamental para mejorar el transporte de la glucosa y el metabolismo de la grasa.
- Contribuye a la mejora de la tensión arterial, el colesterol y los triglicéridos.
- Evita la reducción del metabolismo de reposo que ocurre siempre que se sigue una dieta hipocalórica sin practicar ejercicio.
- Incrementa la autoestima y el bienestar del paciente.
- Su práctica continuada facilita que se mantenga el peso una vez finalizada la dieta.
Tanto el ejercicio aeróbico (caminar, correr, bailar, nadar…), como el entrenamiento de fuerza –levantar pesas, hacer flexiones, usar bandas elásticas o máquinas de gimnasio–, resultan beneficiosos para la salud y ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Lo ideal es combinar ambos tipos de ejercicio, ya que mientras que las actividades aeróbicas hacen trabajar al corazón, los ejercicios de resistencia movilizan diferentes grupos musculares.
El entrenamiento de fuerza disminuye la pérdida de masa muscular, incrementa la fuerza, la flexibilidad y la resistencia física, y puede mejorar la presión arterial, y los niveles de colesterol y triglicéridos
El Dr. Ibáñez señala que han observado que un programa de ejercicio que incluya dos sesiones de pesas a la semana es un tratamiento muy adecuado para las personas de mediana edad o los ancianos con sobrepeso u obesidad a los que se les acaba de diagnosticar diabetes tipo 2, y que los resultados mejoran si este entrenamiento se acompaña de una dieta hipocalórica.
En el caso de que estos pacientes no quieran realizar estos ejercicios, el experto propone que caminen 60 minutos diarios, que pueden dividir en paseos de 10 minutos varias veces al día y que, junto a la dieta, también resulta muy efectivo para tratar su enfermedad.
Fuente: Sociedad Española de Diabetes (SED)
Actualizado: 24 de octubre de 2017