El diagnóstico de una fractura de clavícula por lo general se realiza mediante una combinación de evaluación clínica, historia médica del paciente y estudios de imagen. Cuando el paciente llega a urgencias o al especialista, en primer lugar, se realizará una evaluación física que incluye la inspección, palpación y movilidad de la clavícula y el hombro afectado. El médico buscará signos de deformidad, hinchazón, hematomas, dolor y limitación en la movilidad del brazo.
Las pruebas que ayudan a diagnosticar y determinar si el deportista sufre una fractura de clavícula son:
- Radiografías: es la opción más empleada, ya que es capaz de diagnosticar con éxito el 98% de las lesiones óseas, su grado y ubicación. Permite confirmar si el hueso está roto o existe algún otro problema, como lesiones en las articulaciones, para lo que se suele tomar radiografías tanto de la clavícula lesionada como de la sana. También permite ver la dirección del desplazamiento y si hay fragmentos de hueso desplazados. Gracias a las radiografías el diagnóstico suele ser sencillo, por lo que no suelen necesitarse pruebas complementarias.
En casos de fracturas complejas o cuando se sospecha daño adicional a estructuras cercanas, como nervios o vasos sanguíneos, el médico puede ordenar una TC o RM para obtener imágenes más detalladas. - Resonancia magnética (RM): mediante ondas magnéticas, este examen permite tomar imágenes de los huesos, músculos, articulaciones o vasos sanguíneos. Sin duda, es la alternativa más eficaz a la radiografía convencional. La RM se utiliza si se sospecha de lesiones de tejidos blandos, como los ligamentos o los músculos, además de la fractura ósea.
- Tomografía axial computarizada (TAC): en esta prueba se usa un aparato especial de rayos X equipado con una computadora para tomar imágenes más detalladas de la clavícula. Previamente se suele aplicar un medio de contraste por vía intravenosa con el fin de que las imágenes se vean mejor. El TAC es especialmente útil para evaluar fracturas conminutas (fragmentadas) o fracturas graves en las que se necesita una planificación detallada para la cirugía.
Una vez que se haya realizado el diagnóstico, el médico determinará el tratamiento adecuado según la gravedad y la ubicación de la fractura.