En qué consiste la terapia con plasma enriquecido
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
El proceso mínimamente invasivo que se sigue para preparar el plasma enriquecido con factores de crecimiento, como explica la doctora Medina Botas de la Clínica Plenum de Valladolid, se divide en diferentes momentos: extracción, centrifugado, activación e infiltración. El proceso detallado es el siguiente:
- Se realiza una extracción de sangre del paciente exactamente igual que si fuera para un análisis normal, de entre 2 y 8 ml.
- Posteriormente, esta sangre se centrifuga y sufre un proceso de separación y activación gracias a una sustancia que libera los factores de crecimiento. Así, se pueden seleccionar aquellas partes más adecuadas y descartar aquellas que puedan perjudicar el proceso de reparación.
- Una vez obtenido el plasma rico en factores de enriquecimiento se pasa a inyectarlo en la zona dañada y, dependiendo de dónde sea, se realizará con anestesia local, o sin ella. En este punto existen dos técnicas: hacer una infiltración “ciega”, es decir, en la zona de dolor bajo el criterio del médico, que palpará la zona, o inyectar con la ayuda de un ecógrafo que muestre con precisión el lugar exacto de la lesión. Obviamente, la segunda forma es mucho más precisa, reduce el riesgo de dañar zonas sanas y, al ser en los puntos exactos, se reducen los tiempos para que surta efecto. En cambio, como inconvenientes tiene que es más cara, y no hay tantos ecógrafos que trabajen conjuntamente con especialistas en plasma enriquecido.
Cómo es una sesión de infiltración de plasma enriquecido
El procedimiento de infiltración de plasma enriquecido con factores de crecimiento consigue un mayor efecto si se realiza en las primeras 48 horas tras producirse la lesión; aunque, en caso de no ser así, los resultado seguirán siendo más rápidos que con otras técnicas. Una sesión tiene una duración aproximada de 30 minutos, ya que varía dependiendo de aspectos como la anestesia.
Para tratar una lesión, lo más habitual es realizar tres infiltraciones, entre las que debe haber una pausa de entre una y dos semanas, aunque puede oscilar según qué tipo de lesión sea, su gravedad, y cómo vaya la recuperación del paciente. Entre sesión y sesión se puede seguir realizando vida normal, aunque es altamente aconsejable evitar actividad física en las zonas lesionadas, incluso siendo adecuado guardar reposo hasta 48 horas.
Otro consejo habitual es poner hielo en la zona afectada cuatro veces al día tras la infiltración del plasma rico en factores de crecimiento.
Creado: 23 de febrero de 2017