Alimentación en deportistas profesionales
Antes de afrontar un entrenamiento profesional o una competición deportiva, debemos ajustar nuestra dieta a las necesidades energéticas que requiera la actividad practicada. Averigua cómo hacerlo.

Hidratación en el deportista profesional

Por: Arantza Ruiz de las Heras

Dietista-Nutricionista, Complejo Hospitalario de Navarra

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

Todo entrenamiento de un deportista profesional debe cuidar con especial atención la hidratación, mediante agua, principalmente. Por norma general, durante entrenamientos habituales y prácticas deportivas que no sean extenuantes y no excedan la hora de duración en un ambiente climatológico no muy adverso, la hidratación con agua o bebidas caseras como la limonada alcalina (agua, zumo de limón, sal, azúcar y bicarbonato) sería suficiente.

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Las bebidas isotónicas o hidratantes son aquellas que contienen azúcares de rápida absorción y sales minerales en cantidad fisiológica para favorecer su paso del intestino a la sangre y reponer rápidamente los electrolitos y el líquido perdidos por sudor. Su consumo debe estar restringido a deportes intensos donde las pérdidas por sudor son muy elevadas. De hecho, existen varios estudios recientes que ponen en entredicho que estas bebidas realmente consigan mejorar el rendimiento frente a otras más tradicionales como el agua. Desde luego, lo que está claro, es que este tipo de bebidas, en el caso de que se indiquen en la dieta, sólo deberá hacerse en deportistas con grandes pérdidas electrolíticas y nunca para cualquier persona que salga a hacer una actividad física moderada.

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Además, las bebidas denominadas hipertónicas, con una concentración elevada de minerales y azúcares, no sólo no son beneficiosas, sino que son contraproducentes, ya que una cantidad mayor del 10% de azúcares en la bebida provoca una disminución en la absorción del agua a nivel intestinal. Conviene revisar este tipo de parámetros en los etiquetados.

Hay que tener también en cuenta que los líquidos fríos, entre 15-21º C, aumentan la velocidad de vaciamiento gástrico, por este motivo, su paso al intestino y posteriormente a sangre, es más rápida.

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Creado: 28 de marzo de 2013

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