Power walking, la caminata inteligente
Para los que piensen que correr es de cobardes pero no quieren renunciar a patear las calles, el power walking o smart walking es su ejercicio. Una actividad no demasiado dura donde la postura y el ritmo son la clave.

Cómo ha de ser una sesión de entrenamiento de power walking

Por: Laura Saiz

Periodista especializada en deporte, belleza y bienestar

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Al igual que en cualquier otra actividad física, a la hora de practicar el power walking es imprescindible programar un calentamiento previo y los estiramientos finales, con el fin de preparar al cuerpo para el ejercicio y reducir la posibilidad de sufrir lesiones.

Lo primero que se debe corroborar para hacer smart walking es el estado físico individual, tanto en lo referente a capacidad atlética como a problemas de salud. Si se padece alguna lesión o enfermedad, ya sea cardiovascular o en las articulaciones del tren inferior y las caderas, se debe acudir al médico especialista para consultarle si es conveniente realizar esta actividad. En la mayoría de los casos, adaptando el ritmo es posible realizarla, pero en ocasiones es necesaria una prueba de esfuerzo previa para adaptar precisamente esa intensidad, sobre todo si se ha sufrido un accidente cardiovascular hace poco.

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Dependiendo del nivel físico de cada uno, el ritmo y la duración de cada sesión de power walking son diferentes; evidentemente no será lo mismo para un deportista que quiere realizar alguna actividad en sus días de descanso que para alguien que desee iniciarse o reengancharse al deporte. Ambas sesiones tienen en común que desde que se empiezan hasta que se concluyen, en ningún momento se debe dejar de andar.

Calentamiento antes de realizar power walking

Para quien tenga una forma física baja, la mejor manera de hacer sesiones de power walking es realizándolas de manera breve –alrededor de 20 minutos– con un ritmo relajado para, sobre todo, ir aprendiendo a mantener la postura correcta mientras el cuerpo se va habituando lentamente al incremento de actividad. Si se practica a un ritmo muy intenso al principio, además de no aguantarlo físicamente, se acabará utilizando todo el cuerpo para avanzar y esto provocará dolor tras la sesión, algo que se sumará a las agujetas.

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Es conveniente, por tanto, completar sesiones cortas y de ritmo bajo tres o cuatro veces por semana e ir aumentando el tiempo y la intensidad paulatinamente.

Power walking para expertos

Por su parte, el power walking para personas con buena forma física tiene una duración aproximada de una hora. En estas sesiones se puede mantener un ritmo constante o se pueden hacer intervalos de velocidad. Esto depende de qué se quiera trabajar: la resistencia (ritmo constante) o la potencia (ritmo variable).

Tanto en las sesiones de iniciación al deporte como en las de personas acostumbradas a él se debe ir perfeccionando la postura y, sobre todo, tener en cuenta que nunca se debe sobrepasar un 70% de frecuencia cardiaca máxima para lo que puede ser muy útil contar con un pulsómetro.

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Creado: 14 de abril de 2016

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