Cómo y dónde se practica el taichí
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
A la hora de practicar el taichí conviene tener en cuenta una serie de sencillas recomendaciones básicas. En cualquier caso, se trata de propuestas que nos facilitan el ejercicio, pero no es necesario cumplirlas a rajatabla o dejar de realizar los ejercicios por no poder cumplir alguna de ellas.
En primer lugar, el mejor momento para realizar estos ejercicios suele ser la primera hora de la mañana o el atardecer. Lo ideal, siempre que sea factible, es mantener el mismo horario y realizarlos en el mismo lugar.
Para practicar taichí utilizaremos ropa y calzado holgados, que no aprieten y, a ser posible, de fibras naturales. Es recomendable practicarlo antes de comer o bien, después de haber hecho la digestión para evitar interrumpirla.
En prácticamente todas las ciudades podemos encontrar centros especializados de taichí. Del mismo modo, también es frecuente que en gimnasios y centros deportivos se organicen clases guiadas de esta disciplina. Por no hablar de múltiples ciudades asiáticas donde millones de personas practican esta actividad de forma individual o en grupo.
La duración aproximada es de una hora y cuarto, ya que suele hacerse un calentamiento previo y, posteriormente, se dedican unos minutos para la relajación. El coste dependerá del centro elegido, pero es frecuente encontrar clases de taichí a partir de 35 euros al mes.
Los movimientos del taichí se caracterizan por ser secuencias fluidas y serenadas, donde prima la calma, de ahí que se asocie en parte a la meditación. Se conocen como formas (taolu), consistentes en secuencias que se siguen unas a otras y que reflejan una lucha ficticia contra un adversario imaginario. Cuando se practica en grupo estos movimientos deben realizarse de forma simultánea y sincrónica. En cualquier caso, existen distintas formas cuya ejecución puede constar de un número diferente de movimientos, así las hay desde 24 a más de 100 posiciones.
Entre algunos de sus prinicipios se cuentan que la cabeza debe mantenerse erguida pero relajada, la espalda recta y el pecho hacia atrás, los hombros, codos y la cintura deben estar sueltos, y es fundamental mostrar mesura y coordinación en los movimientos, que deben ser lentos y suaves. La respiración, clave, debe ser profunda y relajada.
Creado: 6 de enero de 2012