Material necesario para la práctica del senderismo
Actualizado: 21 de octubre de 2024
La práctica del senderismo no conlleva la necesidad de tener un material excesivamente especializado, pero sí que es conveniente hacerse con un buen calzado. Es cierto que, para quien vaya a andar por una ruta muy sencilla y sin obstáculos, casi cualquier calzado deportivo cómodo es válido, pero quien desee aumentar un poco el nivel o el tiempo de ejercicio debe buscar un calzado más apropiado.
Cómo deben ser las botas de senderismo
Aunque el calzado más clásico son las chirucas o las botas tipo cleta, la industria textil ha trabajado duramente los últimos años en este aspecto y ha encontrado soluciones más apropiadas. Ahora el calzado para senderismo y otras especialidades deportivas similares como el trekking (rutas más largas y complicados) o el montañismo (puede incluir escalada) está fabricado con materiales ligeros, flexibles, muy cómodos y transpirables, en los que el diseño también se tiene en cuenta.
Lo más importante es que la suela de la bota sea un poco rígida y que tenga un buen dibujo que evite los resbalones; el material ideal es la piel, porque transpira mejor y su altura debe agarrar bien el tobillo, ya que una de las lesiones más habituales en el senderismo es el esguince de tobillo (también de rodilla) cuando se atraviesan terrenos inestables. También es importante elegir modelos que tengan un buen grado de impermeabilidad, sobre todo si vamos a hacer rutas en senderos con arroyos o en días lluviosos.
El resto de la ropa también debe ser cómoda y transpirable. Lógicamente, dependiendo de la época del año, debe ser más gruesa o no, aunque nunca está de más llevar un chubasquero por si llueve y un gorro para el sol para así evitar indeseados golpes de calor e insolaciones.
Qué debe llevar un senderista en su mochila
Cuando sales de senderismo, es fundamental llevar contigo el equipo adecuado para garantizar tu seguridad, comodidad y disfrute durante la ruta. La mochila de un senderista debe estar bien equilibrada entre lo necesario y lo liviano, para no añadir peso innecesario.
Junto a lo ya comentado, en la mochila no puede faltar un botiquín básico (tijeras, esparadrapo, tiritas, vaselina, antiinflamatorios, analgésicos, crema para ampollas, pinzas y cualquier medicación personal…), un móvil con la batería totalmente cargada, una brújula y un mapa con la ruta.
Una crema con una protección solar muy alta también es absolutamente recomendable en los días de senderismo con sol, aunque no hay que olvidar echarse crema protectora siempre porque en los días nublados también hay riesgo de quemaduras solares. Y, cómo no, sobre todo en zonas donde hay muchos insectos (especialmente en verano), recuerda llevar un repelente de insectos, esencial para evitar picaduras.
Te será útil también llevar dos clásicos como son una linterna o un frontal, incluso si no tienes planeado caminar de noche, puede ser necesaria en caso de retraso o emergencia. Asegúrate de que esté cargada o lleva pilas de repuesto. Por otro lado, puedes llevar una navaja multiusos, puede ser muy útil para situaciones imprevistas, desde preparar comida hasta arreglar equipo dañado.
Tampoco podemos olvidarnos en casa comida energética (barritas de cereales, frutos secos, fruta…) y abundante líquido, al menos una botella de 1,5 o 2 litros, dependiendo de la duración de la caminata y las condiciones climáticas, preferentemente de agua o bebidas con sales minerales. No olvidemos que una correcta hidratación es fundamental en cualquier actividad física, más aún si las temperaturas son altas o el esfuerzo físico es elevado.
Por último, cada vez más de moda están los bastones de senderismo, que pueden ser útiles para mejorar la estabilidad, sobre todo en terrenos irregulares, con desniveles o en rutas largas. Y también ayudan a reducir el impacto en las rodillas.
Recuerda siempre llevar una bolsa pequeña para asegurarte de recoger cualquier basura o residuos que generes durante la caminata. El campo es de todos y debemos cuidar la naturaleza para seguir disfrutándola.
Creado: 7 de octubre de 2011