Noveno mes de embarazo
A partir del noveno mes de gestación el parto puede presentarse en cualquier momento, así que conviene que estéis preparados para el comienzo de la aventura de ser padres. Conoce qué ocurre en las últimas semanas.

Semana 39 de embarazo: cambios y síntomas

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Actualizado: 5 de octubre de 2022

En la semana 39 de embarazo, el bebé ya está totalmente desarrollado, por lo que el parto es inminente, aunque puede adelantarse o retrasarse unos días. Estos son los cambios y síntomas que puedes experimentar:

El bebé a las 39 semanas de embarazo

Su madurez es completa y el útero ya no es solamente un espacio innecesario para el bebé, sino que ahora puede ser un entorno poco favorable, ya que el tamaño y desarrollo del feto es tal que, en ocasiones, la placenta es incapaz de aportar los nutrientes necesarios para el bienestar del bebé dentro de la mamá.

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La cabeza se encuentra a un paso de la salida del útero materno. Los huesos que la forman son lo suficientemente resistentes como para proteger al cerebro durante el parto y, a la vez, no están unidos fuertemente como en el adulto, sino que pueden montarse entre ellos para hacer más pequeño el contorno de su cabeza.

El cordon umbilical seguirá funcionando con normalidad hasta unos minutos después del parto.

La mamá en la semana 39 de gestación

El cuerpo de la mamá experimentará las sensaciones o síntomas que indican el comienzo del parto. Las contracciones uterinas son más frecuentes e intensas, y pueden ser algo dolorosas. Las contracciones ayudan a que la cabeza del bebé se encaje todavía más en la pelvis, y a que vaya descendiendo poco a poco. Además, el cuello del útero estará cada vez más blando y eso facilitará que cuando llegue el momento del parto pueda dilatarse sin problemas.

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Es normal que antes del parto la mamá manche con un poco de sangre la ropa interior; esto se debe a que el tapón mucoso que obstruye el orificio del útero se expulsa. Las ganas de ir al baño son más frecuentes que durante el resto del embarazo porque la cabeza del bebé está situada tan abajo que impide que la vejiga retenga mucha orina. El bebé también comprime mucho la pelvis, y son frecuentes los calambres musculares que dificultan que la mamá pueda andar con normalidad.

Embarazada en el hospital

Además de todo lo anterior, la mamá se notará muy incomoda y nerviosa, con un desasosiego que se aliviará una vez comience el parto. En caso de duda sobre si el parto ha comenzado o no, es mejor acudir al hospital más cercano para disipar dudas y en caso afirmativo ser atendida con garantías.

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Pruebas de control en la semana 39

A estas alturas del embarazo el médico revisará a la mujer cada tres días o, incluso, diariamente, para comprobar que el bebé se encuentra bien y que todavía se puede esperar a que el parto comience por sí solo. A veces, el ginecólogo decide que se debe provocar el parto administrando a la gestante hormonas como la oxitocina, porque el bebé no se encuentra bien dentro del útero, o por otras razones médicas. La mamá debe estar bien informada de los motivos y el método que se va a emplear para adelantar el parto, así como de las posibles alternativas.

Creado: 1 de octubre de 2010

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