El crecimiento del embrión influye en la salud cardiaca
06/02/2014
Un crecimiento insuficiente del embrión durante el primer trimestre del embarazo puede tener consecuencias negativas sobre la salud cardiovascular a lo largo de la infancia, según se desprende de los resultados de un estudio realizado por investigadores de Países Bajos, y que se ha publicado en British Medical Journal.
PUBLICIDAD
La fase embrionaria, que se desarrolla durante los tres primeros meses de la gestación, es el periodo en el que comienzan a formarse el corazón y otros importantes órganos del ser humano. Por ello, los autores de la investigación decidieron comprobar si un crecimiento intrauterino retardado durante esta etapa podría resultar un factor de riesgo cardiovascular para el futuro bebé.
Los niños con un crecimiento menor en la fase embrionaria, a los seis años tenían más grasa corporal y abdominal, mayor presión arterial diastólica, y un mal perfil de colesterol
Para llevar a cabo el trabajo utilizaron datos de 1.184 escolares cuyas madres tenían un ciclo menstrual regular y conocían el primer día de su última regla antes del embarazo, y a los que se les habían tomado medidas de la longitud cráneo-cóxis, que habitualmente se emplean para calcular la edad del feto. Se registraron también otras características maternas como su edad, índice de masa corporal, etnia, presión arterial, tabaquismo o educación.
PUBLICIDAD
Cuando los niños tenían unos seis años de edad los investigadores evaluaron sus factores de riesgo cardiovascular como la presión arterial, el índice de masa corporal y la distribución de grasa, y los niveles de colesterol e insulina en la sangre.
Se comprobó que los niños que habían tenido un crecimiento menor en la fase embrionaria tenían a los seis años más masa grasa, tanto en cómputo total, como referida a la que se acumula alrededor del abdomen, y presentaban también un incremento en la presión arterial diastólica y un mal perfil de colesterol.
Los autores del trabajo afirman que el primer trimestre del embarazo es un periodo clave para el desarrollo de las funciones cardiovasculares y metabólicas del ser humano y que es preciso realizar estudios adicionales para determinar los mecanismos biológicos causales y las repercusiones a largo plazo, porque de esta forma se podría realizar una intervención temprana en la prevención de este tipo de trastornos incluso antes de la concepción.
PUBLICIDAD
Actualizado: 15 de diciembre de 2016