Varices vulvares durante el embarazo: cómo aliviarlas

Las varices vulvares aparecen en la zona genital de algunas embarazadas y suelen desaparecer tras el parto, pero pueden causar complicaciones y reaparecer en un embarazo posterior. Conoce sus causas y cómo aliviar sus molestias.
Varices vulvares

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 25 de septiembre de 2023

Durante el embarazo son numerosos los cambios que se producen en el cuerpo de la mujer y la aparición de varices es una de las molestias más habituales, ya que hasta el 80% de las gestantes las sufren. Aunque frecuentemente se manifiestan más en las piernas, también se pueden presentar en la zona genital (vulva y periné), tanto de forma aislada, como asociadas. Es lo que se conoce como varices vulvares.

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Qué son las varices vulvares

“Se estima que entre un 4-7% de las mujeres pueden presentar esta patología, aunque no disponemos de datos objetivos en nuestro país”, indica a Webconsultas el especialista en angiología y cirugía vascular Ignacio Leal, responsable del Departamento de Cirugía Vascular de la Clínica Universidad de Navarra (sede de Madrid).

En palabras de este experto son “dilataciones de las venas de la región genital externa, sobre todo de los labios mayores, que mayoritariamente se asocian a una dificultad en el retorno de sangre venosa en la zona pélvica o periuterina”. Pueden ser internas, y la mujer no las nota ni las puede palpar, pero en otras ocasiones son muy evidentes, sobresaliendo en forma de protuberancias de aspecto azulado.

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Mujer embarazada

Normalmente, desaparecen de manera espontánea unas seis semanas después del parto, aunque pueden volver a presentarse en siguientes gestaciones. Lo importante es no perderles la pista por si derivan en patologías más graves.

Causas y síntomas de las varices vulvares

La propia fisiología del embarazo, principalmente a partir de la semana 20, favorece la aparición de las varices y, de hecho, “el escenario típico afecta a mujeres jóvenes, con varias gestaciones y como efecto directo de éstas, desapareciendo tras el parto”, indica Ignacio Leal. Concretamente, se deben a:

  • Factores hormonales, como el aumento del nivel de estrógenos y la progesterona.

  • Causas mecánicas, como el incremento de la presión intraabdominal y de la presión del útero sobre la vena cava.

  • Factores genéticos también pueden influir.

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El especialista expone que las varices vulvares “clínicamente se manifiestan en forma de aumento de tamaño de los labios mayores, edema, picor o sensación de pesadez”, aunque no en todos los casos se presentan síntomas.

Mujer embarazada con los pies elevados

Hay que destacar que la hinchazón y las molestias pueden presentarse también tras tener relaciones sexuales y que pueden intensificarse durante el verano o la menstruación. De hecho, las molestias durante el acto sexual suelen ser el motivo de consulta más habitual. Son, por tanto, síntomas leves, pero que pueden llegar a afectar a la calidad de vida de la mujer.

Consejos para aliviar las varices vulvares durante el embarazo

Como hemos dicho, las varices vulvares suelen desaparecer por sí solas unas semanas después del parto, por lo que no hay que alarmarse. Por eso, en general no se recomienda un tratamiento como tal, pero sí que se pueden tomar algunas medidas para aliviar las molestias que producen:

  • Posturales: evitando estar de pie o sentada durante mucho tiempo. Además, siempre que podamos elevaremos las piernas para ayudar a mejorar la circulación.

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  • Locales: aplicar compresas frías en la vulva puede proporcionar alivio.

  • Vestimenta: la ropa interior que sujeta la zona pélvica puede ser de ayuda. Por ejemplo, hay fajas con compresión en la zona de las ingles que pueden resultar útiles. Siempre hay que buscar el asesoramiento del profesional médico.

  • Dieta sana y ejercicio: además, “cuidados generales como realizar ejercicio físico, el control del peso y la dieta pueden ayudar a controlar los síntomas”, añade el especialista en angiología y cirugía vascular Ignacio Leal.

  • Medicamentos: en cuanto al uso de fármacos, no hay evidencias de su seguridad durante la gestación. En algunos ensayos clínicos se apunta a que ciertos medicamentos (fracción flavonoide micronizada oral) podrían mejorar los síntomas tanto de mujeres no embarazadas, como embarazadas.

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Por último, es importante aclarar que, a pesar de tener varices vulvares, el parto vaginal es posible, ya que, aunque sangren durante el alumbramiento, como tienen un flujo sanguíneo bajo, generalmente se pueden controlar sin mayores consecuencias.

Síndrome de congestión pélvica, complicación de las varices vulvares

Una vez que la mujer ha padecido varices vulvares es importante hacerles un seguimiento. Hay estudios que señalan que durante el posparto las venas perineales pueden persistir y agrandarse con el tiempo en un porcentaje del 4% al 8% de las pacientes. Así, si no desaparecen pasado un tiempo, o vuelven a presentarse en siguientes embarazos, acompañadas de dolor pélvico crónico (se prolonga más de seis meses) u otras manifestaciones como dolor lumbar, se ha de solicitar la valoración por parte de un profesional médico adecuado.

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El doctor de la Clínica Universidad de Navarra Ignacio Leal explica que: “Cuando persisten y se mantienen fuera del embarazo suelen indicar que la alteración que las provocó no se ha resuelto y la dificultad en el retorno venoso pélvico persiste, algo que llamamos insuficiencia venosa pélvica, enfermedad venosa pélvica o síndrome de congestión pélvica”.

Mujer joven en revisión médica

Para distinguir las varices puramente vulvares de las varices vulvares que se asocian con insuficiencia venosa pélvica y establecer una correcta estrategia diagnóstica y planificar el tratamiento, este experto puntualiza: “hay que realizar una exploración física adecuada y la combinación de un estudio ecográfico (abdominal o transvaginal) con un estudio vascular abdominal en forma de resonancia magnética o TAC”.

En los casos en los que ya hablamos de esta patología, el síndrome de congestión pélvica, el abordaje va más allá y se tiene que tratar de forma multidisciplinar. De hecho, Ignacio Leal expone: “La pelvis femenina es una zona anatómica compleja en la que confluyen el sistema reproductor, urinario, digestivo, así como la musculatura del suelo pélvico, los nervios acompañantes y las estructuras vasculares que llevan la sangre y la devuelven el corazón. No tiene sentido aislar las cuestiones circulatorias de los órganos que están en vecindad y compartimentalizar el tratamiento cuando en realidad todo se relaciona en mayor o menor medida. Por eso, es esencial que el enfoque de esta patología sea compartido con ginecólogos y cirujanos vasculares, pero también radiólogos, urólogos y proctólogos. Lo esencial es que estas pacientes reciban una valoración holística y, de este modo, que todos los especialistas implicados se coordinen en cómo actuar”.

En cuanto a posibles recursos clínicos, la embolización es uno de los procedimientos más efectivos, poco agresivos y con una tasa de complicaciones muy baja. Como indican desde El Instituto Vascular y Endovascular Internacional en el 90% de las mujeres tratadas disminuyen o desaparecen los síntomas de pesadez, dolor y cansancio a nivel de la pelvis.

El doctor Leal explica: “Habitualmente, siempre optamos por estrategias mínimamente invasivas, es decir, sin incisiones, sin abordaje quirúrgico tradicional. Por medio de una embolización, sellando las venas que disfuncionan y que generan las varices, o incluso tratándolas directamente con escleroterapia con microespuma, podemos conseguir resultados tanto estéticos, como funcionales, fantásticos. Ningún tratamiento de los que realizamos en la actualidad impide los embarazos posteriores y, de hecho, cuando hay síntomas y afectación durante un embarazo y realizamos un tratamiento dirigido previo al siguiente, las mujeres mejoran significativamente y los síntomas durante el embarazo posterior se reducen significativamente”.

Creado: 25 de septiembre de 2023

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