Analítica sanguínea en el embarazo
Por: David Saceda Corralo
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
¿En qué consiste una analítica sanguínea?
La sangre proporciona información muy útil sobre todo lo que ocurre dentro del organismo y, en el caso de un embarazo, también informa sobre el estado del feto, que está conectado a la madre a través del cordón umbilical, y comparte con ella el metabolismo de nutrientes y deshechos.
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Para realizar un análisis de sangre se lleva a cabo una extracción puncionando una vena, normalmente del antebrazo, con una aguja y jeringuilla. La sangre extraída se analiza inmediatamente, o se conserva a una temperatura adecuada hasta que se lleve a cabo el análisis en el laboratorio. Normalmente los análisis se realizan por la mañana, poco después de levantarse y en ayunas, para evitar alteraciones metabólicas del azúcar, grasas y otros.
Durante el embarazo varios elementos resultan de gran importancia para comprobar el buen estado del bebé y su adecuado crecimiento. Una de las sustancias más importantes es la gonadotropina coriónica humana (HCG): cuando el óvulo fecundado se implanta en la pared del útero el organismo comienza a sintetizar esta molécula, que indica a la madre que está embarazada y prepara su cuerpo para la gestación. Esta sustancia aumenta cada vez más durante los tres primeros meses de embarazo, y es de especial importancia en el cribado de malformaciones fetales que se describe más adelante.
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Además, la sangre ofrece información sobre el estado de salud general de la madre, y gracias a su análisis es posible detectar anemias, diabetes, exceso de colesterol, niveles de hormonas, estado inmunológico, etcétera.
¿Cuándo se realiza una analítica sanguínea en el embarazo?
Se realizan al menos dos análisis de sangre durante el embarazo: uno en la primera consulta con el ginecólogo (en el primer trimestre), y otro durante los últimos meses del embarazo, en el tercer trimestre. Para valorar algunos elementos por separado (glucosa, hemoglobina) no es necesario hacer una analítica completa, ya que existen dispositivos que permiten determinar estos valores con una pequeña punción en el pulpejo del dedo.
En el primer trimestre el análisis de sangre también se utiliza para realizar un cribado de enfermedades infecciosas, esto es, detectar las enfermedades infecciosas que sufre o ha sufrido la madre. Las más importantes son las hepatitis víricas, el SIDA y las enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis; el cribado no se repite a no ser que la madre haya vivido situaciones de riesgo durante el embarazo (cortes con material contaminado, sexo sin protección, etcétera). También se estudia si la madre ha pasado ya o no la toxoplasmosis, ya que si no la ha pasado existe riesgo de infectarse durante el embarazo y se deben tomar medidas de precaución.
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Cada vez se resalta más la importancia de realizar una consulta preconcepcional, es decir, una consulta antes de que se produzca el embarazo, para planificarlo adecuadamente y realizar un análisis sanguíneo a la madre para detectar posibles alteraciones que se pueden corregir antes de la concepción, para que el embarazo se desarrolle con normalidad.
Creado: 12 de enero de 2011