La prueba de Posse o test de oxitocina no es una prueba habitual del embarazo, pero tu médico podría recomendártela para saber cuál será el efecto de las contracciones en el bebé durante el parto. Conoce cómo se hace.
Periodista especializada en vida sana, maternidad e infancia y mascotas
Actualizado: 4 de mayo de 2023
A lo largo del embarazo son varias las pruebas rutinarias que suelen hacerse para controlar el bienestar y la salud del bebé y de la madre. También existen otros métodos diagnósticos que se emplean de forma extraordinaria cuando existe la sospecha de posibles problemas durante el embarazo o el parto. La prueba de Posse o de tolerancia a las contracciones uterinas, también conocida como test de oxitocina, forma parte de esos métodos de control, y sirve para conocer la respuesta del bebé a las contracciones que se producirán durante el parto.
Según Maribel Martín, matrona y enfermera fundadora del proyecto de preparación al parto onlineMaral Maternal, el test de oxitocina no es una prueba habitual en la actualidad: “la recomendación de esta prueba de Posse generalmente llega a las embarazadas cuando en un registro basal el bebé está poco reactivo, o cuando se sospecha que puede presentar problemas en el momento del parto con las contracciones uterinas (aparecen las famosas desaceleraciones-disminuciones de la frecuencia cardiaca del bebé tras una contracción), pero es raro que se practique, porque normalmente se opta por otro tipo de controles”.
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Comparte este argumento la ginecóloga Sofía Fournier, quien reconoce que en el centro en el que trabaja, hace más de 10 años que no se realiza. “Hoy en día no es una prueba que se recomiende. Cuando se realizaba de forma más frecuente, hace varios años, se indicaba en pacientes en las que había una sospecha de que el bebé no fuese a tolerar el trabajo de parto, pero se cree que entraña más riesgos que beneficios”, explica.
Cuándo no conviene realizar el test de Posse
En cuanto a las contraindicaciones, se trata de una prueba que, según Fournier, no debe realizarse en casos de placenta previa, cicatrices uterinas, ni embarazos gemelares. Además, para la ginecóloga es importante destacar que el test de oxitocina nunca se practica en embarazadas de menos de 28 semanas; siendo a partir de la semana 37 el momento más idóneo porque “la prueba puede desencadenar el parto”, y no será hasta a partir de este momento cuando el bebé podrá nacer con una mayor seguridad.