Semana 8 de embarazo: cambios y pruebas
Actualizado: 3 de octubre de 2022
Uno de los aspectos más importantes que se observan en la semana ocho de embarazo es que se empieza a llamar feto al embrión, coincidiendo con el cambio de dependencia que se ha producido, ya que en las semanas anteriores el embrión dependía del saco vitelino, que le aportaba los nutrientes y el oxígeno necesarios para su adecuado desarrollo. Ahora es la placenta la que asume las funciones alimentarias junto al cordón umbilical.
PUBLICIDAD
Cambios en el bebé en la semana 8
En la semana 8 de gestación se originan grandes cambios morfológicos en el diminuto feto. Ya se aprecia la formación de las orejas, los párpados, la nariz y el labio superior. El cuerpo se ha alargado notablemente, alcanzando una longitud aproximada entre 1,4-2 cm. Se incrementa la longitud de las extremidades, y aparecen los codos.
El esqueleto no está formado por huesos, por el momento son cartílagos suaves, que en las próximas semanas del embarazo se irán definiendo. El corazón muestra la válvula pulmonar y la válvula aórtica con mucha más claridad, ya que hace solo unos días que había comenzado a definir estas cavidades. En apenas una semana el árbol bronquial ya se ha dividido en múltiples bronquíolos (pequeñas vías aéreas que se encuentran en la parte media de los pulmones).
PUBLICIDAD
La mamá en la octava semana de gestación
El útero sigue creciendo inexorablemente, sin embargo, aún es pronto para apreciar cambios en el abdomen o en la cintura, sobre todo si se trata del primer embarazo. Este crecimiento puede provocar la sensación de pinchazos bajo el vientre, o dolores pasajeros similares a los que se padecen en la menstruación. Es posible que surjan calambres en las piernas, que se pueden acentuar por la noche.
Con respecto a los síntomas habituales, persisten las náuseas, los vómitos, el cansancio, el estreñimiento, los ardores de estómago y el aumento del tamaño mamario.
Pruebas durante la semana 8 de embarazo
Para la mayoría de los obstetras la semana 8 de embarazo es el momento idóneo para realizar los primeros análisis de sangre y orina, y así descartar cualquier complicación relacionada con alguna enfermedad (también se han podido llevar a cabo la semana anterior).
PUBLICIDAD
Normalmente, en la sanidad pública se realizan tres análisis en todo el embarazo, uno por trimestre, aunque el intervalo entre uno y otro lo decidirá el obstetra en función del estado de salud de la futura mamá.
Del mismo modo, se realiza la primera ecografía (si no se ha hecho antes), donde se visualizan pequeños movimientos verticales del embrión, así como el latido cardíaco.
Por lo general, la gestante debe acudir al médico cada cuatro a seis semanas, excepto si se produce algún incidente, o si el médico decide adelantar la cita.
Creado: 15 de julio de 2010