Parto sin dolor
Una de las cosas que más preocupan a las embarazadas es el miedo a padecer un gran dolor durante el parto. Conoce los métodos naturales y farmacológicos que pueden ayudarte a evitarlo.

Métodos farmacológicos para un parto sin dolor

Mujer de parto con la epidural

La anestesia epidural se emplea cuando el cuello del útero ha alcanzado una dilatación de 3 o 4 centímetros.

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Existen diferentes métodos farmacológicos dirigidos a lograr un parto sin dolor. La epidural, la intradural y los analgésicos son los más extendidos:

Epidural

La anestesia epidural se aplica mediante una inyección en la zona lumbar de la columna vertebral, previamente insensibilizada con un anestésico local. La aguja se inserta entre la segunda y la tercera vértebra y penetra hasta el “espacio epidural”, situado entre las paredes óseas del canal medular y la duramadre (envoltura de la médula espinal). Posteriormente se introduce un catéter (que queda insertado tras retirar la aguja) a través del cual se van administrando las dosis de anestesia mediante una bomba de infusión. Es necesario que un anestesista controle las constantes de la mujer y cualquier incidencia que se presente. En general, se inyecta una vez que ha empezado el trabajo de parto y el cuello del útero ha alcanzado una dilatación de al menos 3 o 4 centímetros.

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Intradural

Es una variante de la epidural que se utiliza cada vez con mayor frecuencia en algunos tipos de cesáreas y en partos que requieren fórceps. Se aplica en el mismo punto que la epidural (entre dos vértebras), pero en este caso la aguja sí atraviesa la duramadre, llegando al líquido cefalorraquídeo. El efecto analgésico es similar, pero se nota antes (a los cinco minutos de su aplicación). A diferencia de la epidural, la paciente pierde totalmente la sensibilidad y el tono muscular de cintura para abajo, razón por la cual no se usa en partos vaginales normales, ya que la mujer no podría empujar.

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Analgésicos

Entre un treinta y un cincuenta por ciento de las mujeres reciben analgésicos durante el parto. Estos fármacos actúan sobre el sistema nervioso central y alteran la forma de percibir el dolor. Pueden inyectarse o administrarse por vía intravenosa, y su efecto empieza a apreciarse en unos 5 o 10 minutos. Sin embargo, estudios de investigación han comprobado que la anestesia epidural es más efectiva que los analgésicos en el alivio del dolor.

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Una de las ventajas de estos medicamentos es que no interfieren con el trabajo de parto como lo hace una epidural o bloqueo espinal. A diferencia de las embarazadas que reciben la epidural, las tratadas con analgésicos tienden a tener un trabajo de parto más corto, menos partos vaginales con extracción instrumental y el uso de oxitocina es menos común.

No obstante, algunos analgésicos causan efectos secundarios en la madre, incluso somnolencia, náuseas, vómitos y, en raras ocasiones, dificultad para respirar. Estos fármacos se usan más a menudo al principio del trabajo de parto (a veces antes de una epidural) debido a que pueden causar dificultad respiratoria y reflejos lentos en el bebé; si se utilizan poco antes del nacimiento. 

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Creado: 6 de mayo de 2011

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