El Test de Apgar es un examen rápido que se realiza al recién nacido para obtener una valoración de su estado de salud general nada más llegar al mundo. Se realiza en el primer y quinto minuto después el nacimiento. Si el pediatra lo ve necesario, se realizará de nuevo el examen al décimo minuto.
El test de Apgar evalúa cinco parámetros: esfuerzo respiratorio, frecuencia cardiaca, tono muscular, reflejos y color de la piel, dando una puntuación a cada uno de 2, 1 o 0 puntos, dependiendo de la vitalidad del recién nacido. De este modo, sumando las valoraciones otorgadas en estos parámetros, el recién nacido obtendrá una determinada puntuación, siendo el 0 la puntuación más baja y el 10 la puntuación más alta.
En el primer minuto, el Test de Apgar sirve para saber como el bebé ha tolerado el proceso del alumbramiento, además de orientar la asistencia médica del recién nacido en la sala de partos al profesional que lo realiza; mientras que al minuto 5 le indica como el bebé se está adaptando a la vida extrauterina y, por ello, es más importante como indicador o pronóstico de la salud del bebé.
Fue diseñado por la anestesióloga Virginia Apgar, quien desarrolló diversos estudios para evitar la asfixia y disminuir la mortalidad en los recién nacidos, algo que, medio siglo después, ha conseguido con creces. Aunque se llama así por su creadora, también se utiliza como acrónimo o regla mnemotécnica para recordar los parámetros que evalúa: Apariencia – Pulso – Gesticulación – Actividad – Respiración.
A continuación veremos cómo se dan esos puntos y cómo se interpretan los resultados.