Riesgos del parto con ventosa para el bebé
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Los principales riesgos de esta técnica obstétrica en el parto recaen sobre el bebé, ya que la ventosa se aplica en el cráneo del feto y ejerce una fuerza que puede generar complicaciones, fundamentalmente sangrados. “Si se realiza una tracción muy vigorosa en la cabeza fetal se puede producir un despegamiento de la piel de la superficie ósea y formarse un hematoma entre la piel y el hueso. Se denomina hemorragia galeal o subgaleal, y puede llegar a ser importante”, explica el ginecólogo valenciano Antón Millet. Pero en general, matiza, “los riesgos son bajos si la ventosa se coloca como se debe: con la cabeza fetal ya bastante baja en el canal del parto y controlando muy bien dónde están las fontanelas (separaciones membranosas del cráneo del bebé)”.
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De este modo, para evitar esas lesiones del cuero cabelludo u otro tipo de hemorragias más importantes, como las retinianas, así como la ictericia neonatal (por la descomposición de los glóbulos rojos y la liberación excesiva de bilirrubina), lo que se debe impedir es una aplicación demasiado prolongada o muy intensa de la ventosa. Para ello existen unas indicaciones límite en su utilización que el profesional médico debe dominar: normalmente se ha de abandonar el procedimiento si la copa o campana se ha desprendido en dos ocasiones, y si en siete intentos de tracción, o pasados unos 15-20 minutos, no se ha logrado sacar al bebé y resolver el parto. En este momento debe existir disponibilidad para realizar una cesárea urgente.
A pesar de todo hay que aclarar que, normalmente, lo que se suele producir en el bebé tras un parto con ventosa es un hematoma que se considera leve y que en unos tres días se soluciona.
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Fórceps versus ventosa
A la hora de llevar a cabo un parto instrumentado (este tipo de partos en España alcanzan un porcentaje del 15% aproximadamente, mientras que en Latinoamérica no llegan al 6% de media, y en EE.UU. al 4%), cada ginecólogo escoge qué tipo de herramienta obstétrica utiliza. El ginecólogo valenciano Antón Millet considera que “va un poco por escuelas, pero el fórceps tiene una curva de aprendizaje más larga y además tiene más riesgos aún de desgarros para la madre que la ventosa”.
En general hasta los años 80 del pasado siglo el fórceps (una especie de pinzas) era el instrumento que más se usaba, pero estos últimos años la ventosa ha pasado a ocupar el primer puesto; mientras que las espátulas son las menos utilizadas.
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Aunque la ventosa puede generar más problemas en el bebé, en la inmensa mayoría de los casos no suelen revestir gravedad y se ha estudiado que la mortalidad fetal es menor con este instrumento. Además, se dan más lesiones cutáneas o marcas faciales en el caso de los fórceps, aunque menos hemorragias y hematomas.
Creado: 11 de mayo de 2015