A muchas madres les preocupa el hecho de no poder amamantar a su bebé por falta de leche. Descubre cuándo ‘sube’ la leche, qué hacer si no sucede como esperas o cómo aliviar la congestión del pecho en esta etapa.
¿Qué hacer si noto el pecho demasiado congestionado?
Cuando el mecanismo de producción de leche se pone en marcha, pero por algún motivo no se está drenando eficazmente, tiene lugar la ingurgitación patológica o plétora (“pecho como piedra”). Esto puede dar lugar a intenso dolor en la madre, hipersensibilidad, febrícula, y dificultades en el agarre del bebé, ya que la areola está tan tensa por el exceso de presión que el bebé no puede fijar bien su boquita.
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Tal y como recomienda la Asociación Española de Pediatría la mejor forma de evitar esta situación es iniciar la lactancia materna lo más precozmente posible tras el parto, y seguir los tres puntos básicos de la lactancia:
Lactancia a demanda, flexible y sin restricciones.
Evitar la interferencia de tetinas, chupetes, biberones y sueros glucosados.
Posición y técnica de amamantamiento correcta.
Si aún así se produce una ingurgitación patológica, estos son algunos consejos para evitar el exceso de presión:
Ponerse al bebé al pecho con frecuencia: el niño es el mejor sacaleches, y su succión a demanda favorece un correcto vaciado de la mama. Revisar la técnica con la matrona para asegurar que el agarre del bebé es adecuado. Si hay alguna zona endurecida, tomar una postura en la que la mandíbula del bebé esté apoyada en ella, ya que así el vaciado es más completo.
Calor local: con una ducha con agua templada, y aplicando paños empapados en agua tibia o una bolsa de agua caliente en el pecho. Es importante que el calor sea indirecto, ya que la aplicación de calor directo puede inflamar aun más la piel, empeorando la situación.
Masajear el pecho: un masaje suave, siguiendo la dirección “norte-sur”, como alisando el pecho hacia el pezón y la areola. Lo mejor es aplicar calor primero y el masaje después.
Si todo lo anterior no ha sido efectivo podemos utilizar un sacaleches para aliviar la presión. Nunca hay que desechar la leche, ni aunque sea calostro: es oro líquido para el bebé, y podemos ofrecérselo entre toma y toma con una cuchara.
Antiinflamatorios: las molestias y el dolor pueden aliviarse fácilmente con un analgésico o antiinflamatorio, ya que prácticamente todos estos fármacos son compatibles con la lactancia materna. Ante cualquier duda se puede consultar la página web de Lactancia y Medicamentos creada por el Dr. José María Paricio (www.e-lactancia.org).