Síntomas del posparto: cuándo ir al médico
Actualizado: 23 de marzo de 2023
Tras dar a luz, hay una serie de síntomas más o menos comunes que pueden llegar a aparecer o sentir las mamás tras el parto, y que conviene conocer para no alarmarse y saber qué hacer en cada caso. Estos son los más habituales:
Hemorragia vaginal (loquios)
En las primeras horas después del parto es normal que se produzca una hemorragia vaginal, conocida como loquios, a consecuencia de la separación de la placenta de la pared uterina. Los primeros días el color del flujo será rojo intenso, se irá oscureciendo paulatinamente (marrón) y, finalmente, a medida que disminuye su cantidad, adquirirá un tono blanco amarillento.
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Contracciones posparto
Las contracciones posparto o entuertos tienen como objetivo la retracción del útero, evitando de esta forma hemorragias importantes y facilitando que el útero recupere el tamaño que tenía antes de la gestación. Estas contracciones a menudo son dolorosas, y su intensidad aumenta cuando se amamanta al bebé, porque durante la lactancia el organismo segrega de forma natural la hormona oxitocina, que estimula estas contracciones.
Fatiga
Es habitual que durante los primeros días la madre se sienta muy cansada. La falta de horas de sueño contribuye a incrementar el cansancio.
Dolores
Tras el parto, es normal sentir dolor en las zonas afectadas:
Cicatrices resultantes de la episiotomía y de la cesárea
Las cicatrices resultantes de la episiotomía o de la cesárea provocan bastantes molestias:
La cesárea es una intervención quirúrgica en el abdomen que requiere recuperación, y es preciso administrar analgésicos para el dolor.
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La herida de la episiotomía (incisión que se practica en la zona situada entre la vagina y el ano para facilitar la salida del bebé y evitar desgarros), tarda en cicatrizar aproximadamente 10 días. Es importante mantener la zona limpia y seca (lavarla con jabones neutros tres o cuatro veces al día) y se puede aplicar hielo local para aliviar las molestias. Se utiliza un tipo de almohadones con el centro hueco para no apoyar el área de la episiotomía al sentarse.
Los músculos del canal del parto
La distensión de los músculos del canal del parto, que se produce durante el nacimiento del bebé, suele provocar malestar.
Las mamas
En el inicio de la lactancia, las mamas aumentan su tamaño y su temperatura, y pueden presentar dolor cuando se incrementa la producción de leche.
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Zona perineal
La zona perineal (área situada entre el ano y los órganos sexuales) frecuentemente queda dolorida, aunque no se haya practicado la episiotomía, debido al estiramiento muscular que se produce durante el nacimiento del bebé.
Dificultad para orinar
En las primeras horas tras el parto la madre puede tener dificultades para orinar, pero es importante vaciar la vejiga con frecuencia para evitar infecciones del tracto urinario y otras complicaciones.
Incontinencia urinaria
La distensión de los músculos del piso pelviano (que sustentan la uretra, vejiga, útero y recto) durante el embarazo puede originar pérdidas de orina al realizar algún esfuerzo. Para prevenir o corregir este problema se recomienda realizar los ejercicios de Kegel, que han demostrado su eficacia para fortalecer esta musculatura.
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Dificultad para evacuar el intestino
La primera evacuación intestinal debería producirse en los tres días posteriores al parto, pero es habitual que se presente estreñimiento. A veces, el miedo al dolor reprime el reflejo. Para facilitar el tránsito intestinal es conveniente caminar con frecuencia, ingerir agua en abundancia y seguir una dieta rica en fibra. En caso necesario, el médico aconsejará utilizar laxantes suaves.
Hemorroides
Las hemorroides son frecuentes (alrededor del 40 por ciento de las mujeres las padecen durante el embarazo o tras el parto), aunque transitorias, y pueden contribuir a que se produzca estreñimiento. Se utilizan pomadas específicas y baños de asiento con agua tibia para tratarlas.
Depresión posparto
La depresión posparto puede aparecer generalmente en las primeras 24 horas después del parto, durante un breve lapso de tiempo, entre 36 y 48 horas. Es una reacción que se produce como consecuencia del estrés físico y psíquico del embarazo y el parto, que también guarda relación con los cambios hormonales. Los síntomas más frecuentes son: sentimiento de culpa, tristeza, ansiedad, episodios de llanto, cambios de humor, irritabilidad, inquietud, cefalea, trastornos del sueño, dificultad para concentrarse y falta de energía. Puede requerir tratamiento si dura más de 72 horas, o se presenta acompañada de otros síntomas como indiferencia hacia el bebé, pensamientos suicidas u homicidas, alucinaciones o conducta psicótica.
Creado: 29 de septiembre de 2010