Preservativo femenino, el anticonceptivo menos conocido
El preservativo para mujeres es el método anticonceptivo menos conocido, pero el único de uso femenino que previene embarazos no deseados y protege contra el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. Conoce sus pros y contras y cómo se pone.
Periodista especializada en Salud, Embarazo, Infancia y Tercera Edad
Actualizado: 23 de marzo de 2023
A pesar de que hace 20 años que surgió, el preservativo femenino es quizá el método anticonceptivo menos conocido entre las mujeres, a tenor de las estadísticas que hablan de que tan solo lo usan el 1,7%. Algo contradictorio si tenemos en cuenta sus ventajas y que favorece la autonomía sexual de la mujer, ya que puede colocarse antes del inicio de la relación sexual, sin necesidad de interrumpirla, y puede dejarse puesto hasta ocho horas.
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Llamado también condón femenino, se trata de una funda transparente de poliuretano (plástico suave), que mide aproximadamente 17 centímetros de largo y está limitada por un anillo flexible en cada uno de sus dos extremos. El extremo que se coloca en el interior de la vagina está cerrado para impedir que el esperma entre en el útero. El exterior es algo más grande, está abierto y protege los genitales externos de la mujer, de ahí que sea el único de uso femenino que previene embarazos no deseados y protege contra enfermedades de transmisión sexual, incluido el sida.
La efectividad de los preservativos femeninos puede oscilar entre el 75 y el 82%, pero si se usa de forma correcta puede llegar al 95%. En cuanto a las razones por las que puede perder eficacia, son las mimas que en el caso del condón masculino, como que esté defectuoso o se rompa durante el acto sexual, que no esté bien colocado y el pene entre en contacto con la vagina, o que el líquido seminal se derrame en el interior de la vagina al ser retirado, etre otras.