Ciclo menstrual: fases y cómo te afecta
28 días que traen de cabeza a la mayoría de las mujeres. Conoce en qué fases se divide, qué ocurre cada día, cuál es la función de las hormonas sexuales y los elementos que intervienen en el ciclo genital femenino.

Componentes del ciclo menstrual

Por: Natalia Bermejo Rubio

Médico de Familia

Por: José González Sancho

Periodista especializado en salud y bienestar

Actualizado: 26 de marzo de 2025

Cuando hablamos del ciclo menstrual, no debemos olvidar que en realidad hay varios procesos paralelos que se desarrollan en diferentes estructuras del aparato genital femenino. Todos ellos están sincronizados por las hormonas sexuales, aunque cada uno tiene su ritmo y sus manifestaciones propias.

Ciclo ovárico: lo que ocurre en los ovarios

Los fenómenos que suceden en el ovario durante el ciclo genital femenino constituyen el ciclo ovárico. Es el que dirige la maduración y liberación del óvulo. La salida del ovocito al exterior del ovario, la ovulación, crea la división entre una menstruación y la siguiente, en dos fases: de maduración folicular y de cuerpo lúteo.

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Los ovarios tienen numerosas formaciones llamadas folículos primordiales, en el centro de los cuales está la célula germinal (ovocito primario), de la cual derivará el óvulo.

Fase de maduración folicular

Tiene una duración de 10 a 15 días (aunque antes del comienzo del ciclo que llevará a la maduración de un folículo con su ovocito, se ha producido un período de diferenciación de unos 60 días) y durante la misma un solo folículo (salvo casos excepcionales en que maduran dos o más, lo cual podría originar un embarazo múltiple si son fecundados) se transformará en folículo maduro.

Entre los folículos primarios se selecciona un grupo de folículos que va a salvarse de la muerte celular programada o apoptosis, y a proseguir su desarrollo. Es el llamado reclutamiento folicular.

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Los folículos crecen, pero solo el folículo dominante llegará a ovular en ese ciclo.

El folículo dominante continúa su crecimiento y va aproximándose a la superficie del ovario. Al final de su desarrollo ocupa casi la mitad del ovario y pasa a llamarse folículo de Graaf, maduro, terciario o preovulatorio.

Una vez madurado el folículo, se producen una serie de cambios que conducen a la ovulación, en la que el folículo hace prominencia en la superficie del ovario, y el ovocito queda flotando en el líquido folicular.

Tras la ovulación, el folículo maduro pasa a ser folículo hemorrágico, de corta vida porque pronto se inician los fenómenos que caracterizan a la segunda fase del ciclo ovárico.

Fertilización

Fase de cuerpo lúteo

Esta fase tiene, en condiciones normales, una duración más constante (14 días con una posible variación de 2 días) que la anterior, se subdivide en cuatro períodos:

  • Proliferación. Se caracteriza por división celular, que se produce en los tres días que siguen a la ovulación.
  • Vascularización. Proliferación de vasos que van invadiendo la zona.
  • Florescencia. Es la fase de máxima producción hormonal del cuerpo lúteo. Dura entre el 5° y el 9° día.
  • Regresión o luteólisis. Si no se ha producido embarazo, el cuerpo lúteo inicia su involución alrededor del décimo día tras la ovulación. Se inicia entonces un nuevo ciclo en otro lugar del ovario.

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Una vez que degenera, el cuerpo lúteo se reduce a un tejido conjuntivo que permanece en el ovario como una cicatriz fibrosa, de manera que al llegar la menopausia la mayor parte de lo que queda de ovario está cubierto por estas cicatrices.

Si el ovocito hubiera sido fecundado, el cuerpo lúteo permanecería y aumentaría su tamaño y su producción hormonal (cuerpo lúteo verdadero o de embarazo), permaneciendo hasta el tercer mes de gestación, momento en que involuciona al ser sustituido por la placenta.

Puede decirse que es el ciclo que determina tu fertilidad: si no ovulas, no puedes quedar embarazada.

Ciclo endometrial: lo que ocurre en el revestimiento del útero

El endometrio sufre una serie de modificaciones con objeto de albergar el huevo en caso de fecundación, debido a la acción de las hormonas sobre el folículo ovárico y el cuerpo lúteo.

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En el endometrio se distinguen dos capas: la basal, que no sufre cambios cíclicos ni se descama en la menstruación, y la funcional, que se descama en cada menstruación para regenerarse en cada nuevo ciclo.

Paralelamente a las fases del ovario antes descritas, se diferencian por lo tanto en el endometrio dos fases: de proliferación y de secreción.

Durante la fase folicular, que da comienzo al ciclo menstrual, el endometrio (revestimiento uterino) se desprende y es expulsado con la menstruación o regla. Al final de esta fase, el nivel de estradiol que segregan los ovarios se incrementa y estimula el engrosamiento del endometrio, así como la vascularización.

Por último, si no se ha producido un embarazo, la capa funcional del endometrio se desmorona, produciéndose pequeñas hemorragias que arrastrarán las dos capas del endometrio (superficial e intermedia) que se han desprendido, fenómeno conocido como menstruación. La menstruación, por lo tanto, es un fenómeno periódico, que se produce como consecuencia de la ausencia de fecundación en un ciclo normal, y se basa en la descamación hemorrágica del endometrio y la salida de estos restos al exterior a través de la vagina.

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Por tanto, este ciclo explica por qué sangramos si no hay embarazo: porque el cuerpo se reinicia.

Ciclo endocervical: lo que ocurre en el cuello del útero

El moco cervical cambia su composición y textura durante el ciclo, favoreciendo o dificultando el paso de espermatozoides según el momento. Así:

En la fase folicular se produce un aumento de secreción de moco, que se mantiene hasta el momento de la ovulación. Este moco se va haciendo más abundante, más fluido, más claro, y aumenta su capacidad para estirarse (filancia); por lo tanto, en el periodo periovulatorio el moco tiene unas características que favorecerían el ascenso de los espermatozoides al útero. 

De manera inversa, tras la ovulación, el moco pierde estas propiedades, y se vuelve espeso y opaco, creando una barrera para proteger el útero, de manera que si ha habido fecundación sería más difícil que ascendieran más espermatozoides.

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Por ello, observar tu flujo vaginal te da pistas claras sobre en qué fase estás

Ciclo miometrial: lo que ocurre en el músculo del útero

El miometrio es la capa muscular del útero. Aunque no tiene fases tan definidas como el resto, también responde a las hormonas.

En la fase periovulatoria el cuello uterino está abierto, mientras que en el miometrio se producen contracciones que favorecen el ascenso espermático. Cuando estas contracciones son muy intensas, se produce el dolor menstrual.

Sin embargo, tras la ovulación el cuello se cierra, y el miometrio queda en reposo, favoreciendo la posible anidación uterina en caso de fecundación.

Ciclo vaginal

La vagina no es solo un canal, es un órgano dinámico y sensible que cambia a lo largo del ciclo en función de los niveles hormonales, sobre todo de los estrógenos. Se distinguen dos fases, paralelas a las del endometrio: de proliferación (desde la menstruación hasta la ovulación el grosor de las capas externas vaginales se duplica) y de descamación tras la ovulación. Así:

Durante la fase folicular y la ovulación: el epitelio vaginal se engrosa y aumenta su lubricación. La flora vaginal (compuesta en gran parte por lactobacilos) está más equilibrada. El pH es más ácido, lo que protege frente a infecciones.

Durante la fase lútea y la menstruación: puede haber más sequedad o cambios en el olor o textura del flujo. El pH puede volverse más neutro, lo que facilita la aparición de infecciones en algunas mujeres.

Ciclo mamario: cambios en los senos

En la mama también hay modificaciones cíclicas. y es que, los senos también tienen receptores hormonales y responden, sobre todo, a la progesterona. Por eso muchas mujeres notan cambios notables a lo largo del ciclo. Se produce un aumento de volumen y de tensión mamaria a medida que progresa el ciclo, y estos son máximos en el período premenstrual, aunque son inconstantes y afectan de forma diversa a cada mujer:

Durante la fase folicular: las mamas suelen estar más blandas y sin molestias.

Durante la fase lútea (tras la ovulación): muchas mujeres experimentan tensión mamaria, sensibilidad o incluso dolor. El tejido mamario puede volverse más denso debido al efecto de la progesterona.

Durante la menstruación: esta sensibilidad suele disminuir.

Creado: 4 de octubre de 2010

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