Antes de los 40 años algunas mujeres sufren insuficiencia ovárica precoz, un problema que afecta a su fertilidad y a su salud física y emocional. Conoce cómo se tratan sus síntomas y las opciones para poder lograr el embarazo.
Consecuencias de la insuficiencia ovárica precoz y tratamientos
Periodista especializada en vida sana, maternidad e infancia y mascotas
Actualizado: 5 de mayo de 2023
Debido a que la insuficiencia ovárica precoz (IOP) supone el agotamiento de la reserva ovárica inevitablemente tiene consecuencias para la fertilidad: las mujeres que la padecen tienen enormes dificultades para lograr un embarazo. Según explica a Webconsultas Beatriz Álvaro, ginecóloga especialista en Endocrinología Ginecológica y Reproducción en Dexeus Mujer, “la posibilidad de quedarse embarazadas de manera natural oscila entre un 2% y un 5%”, por lo que las técnicas de reproducción asistida se presentan como la solución al problema de la insuficiencia ovárica en la mayoría de los casos cuando existe un deseo de ser madre.
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Pese a que suele pensarse que la estimulación de la ovulación sería el método más efectivo, en realidad es la donación de óvulos la técnica de reproducción asistida más recomendada cuando se trata de una IOP, debido a que la posibilidad de recuperar la función ovárica es muy escasa (del 20%, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad) y bastante impredecible.
Otros problemas físicos y emocionales asociados a la IOP
Además, añade la experta que “la ausencia de estrógenos, aumenta el riesgo cardiovascular y de pérdida de la masa ósea a largo plazo (osteoporosis) e incluso pueden darse alteraciones cognitivas como pérdida de memoria”. Por esto, la terapia hormonal sustitutiva (THS), siendo preferible la vía transdérmica a la oral, suele ser la opción más habitual para combatir la sintomatología y para evitar los problemas asociados a la IOP, a corto y largo plazo. Eso sí, los expertos recomiendan extender dicho tratamiento al menos hasta la franja de los 50 años.
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Llevar un estilo de vida saludable, con la práctica de ejercicio frecuente, una adecuada ingesta de calcio mediante la dieta, evitar la obesidad o malos hábitos como el tabaco, ayudarán a mejorar el ánimo y la salud con el fin de evitar en lo posible el desarrollo de estas consecuencias asociadas a la IOP.
También pueden producirse alteraciones de tipo psicológico y emocional, ya que el deseo de tener un hijo puede ser determinante en la salud mental de las mujeres en edad reproductiva que se enfrentan de manera inesperada a una patología de este tipo, y que en muchas cosas se asocia al proceso de envejecimiento. La ansiedad y la depresión son dos de los trastornos asociados más habituales, por lo que el manejo terapéutico de la IOP necesita de un enfoque multidisciplinar que no sólo se centre en el aspecto físico, sino también en las consecuencias psíquicas.