Qué es la donación de semen y cómo es el proceso
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Los problemas de fertilidad masculina pueden truncar el sueño de ser padres de muchas parejas; de hecho, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad, el factor masculino como único responsable supone alrededor del 40% de las consultas en las clínicas de reproducción asistida. Sin embargo, bajo una regulación legislativa específica y cumpliendo una serie de requisitos, un hombre puede ser donante de semen y de este modo ayudar a tener un hijo biológico (aunque con diferente material genético) a muchas personas con este tipo de problemas, o incluso a aquellas con riesgo de transmitir alguna enfermedad genética a sus descendientes, o con determinados condicionantes de salud que lo impiden.
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Actualmente, además, han aumentado los tratamientos en los que el semen de donante es necesario, debido a los nuevos modelos de familia. “Si desde el principio las parejas heterosexuales en las que el marido tenía un bajo recuento espermático se beneficiaban de estas donaciones, actualmente hay que incluir a todas las mujeres que abordan la maternidad por sí solas, y a las parejas homosexuales que desean descendencia”, apunta Luis Gijón Tévar, embriólogo del laboratorio FIV de Valencia.
Cuánto pagan por donar esperma
La donación de esperma en España es voluntaria, anónima y altruista, a pesar de que se obtiene una compensación económica por las molestias que puedan derivarse del proceso (desde 30 a 50 euros por cada muestra donada según la consulta). Concretamente, tal y como indica Luis Gijón, “por cada muestra que se entrega se gratifica en concepto de molestias o desplazamiento. El procedimiento habitual es pagar el 50% tras la donación y el 50% restante a los seis meses, después de la última analítica”. Y es que el proceso puede durar varios meses, ya que se requiere un mínimo de donaciones consideradas válidas, de entre 15 y 25.
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La Ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción humana asistida especifica en su artículo 5 que no se paga por el esperma si no que: "la compensación económica resarcitoria que se pueda fijar solo podrá compensar estrictamente las molestias físicas y los gastos de desplazamiento y laborales que se puedan derivar de la donación".
El experto embriólogo aconseja que “tanto el donante como el paciente acudan a un lugar especializado que les inspire confianza y donde se encuentren a gusto; una clínica o un banco de semen donde puedan dirigirse a un sanitario para que les explique los pormenores del proceso que, si bien es siempre similar, está adaptado a los procedimientos internos de cada centro”.
Proceso de donación de semen, cómo se realiza
Sobre el proceso de donación de esperma, si se cumplen los requisitos –que analizamos en el siguiente artículo–, el donante de semen tiene que firmar un consentimiento informado y formalizar el acto con un contrato escrito. “Un donante ha de saber que su aportación es vital para muchas personas y debe tener claro cuáles son sus derechos y obligaciones. Existen casos en los que el contrato registra un mínimo de donaciones obligatorias (en función de los centros), e incluso la legislación prevé la circunstancia de que, por alguna razón, el donante necesite su semen congelado. En este caso el contrato quedaría anulado y las muestras pasarían de nuevo a ser propiedad del donante”, aclara el embriólogo de la clínica FIV Valencia, Luis Gijón Tévar.
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Tras la entrevista con el médico, en la que se establece el historial del donante, y las pruebas y análisis pertinentes para asegurar su buena salud (que se pueden repetir cada vez que sea necesario), empieza la donación propiamente dicha, es decir, la recogida de muestras. Su duración será variable según a la clínica o centro especializado al que acudamos, la época del año (atendiendo a los períodos vacacionales, por ejemplo), y las propias necesidades del donante: de tres a ocho meses, aunque la media está en los seis meses.
Lo normal es que se hagan una o dos donaciones a la semana, por lo que el donante debe tener disponibilidad para acudir a la clínica. Allí, en salas preparadas para ello, deberá, mediante masturbación, obtener la muestra que guardará en un recipiente estéril (aunque en algunos casos muy minoritarios el médico suministra un condón especial para recoger la muestra durante una relación sexual). Para cuidar la calidad del esperma, las clínicas exigen un período de abstinencia sexual y de ausencia de eyaculación de entre tres y siete días.
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Las muestras obtenidas se congelan y se almacenan durante al menos seis meses; tras este periodo de cuarentena se realiza de nuevo una analítica para descartar enfermedades infecciosas que el donante pudiera estar incubando.
Aquí finaliza el proceso por parte del donante, habiendo proporcionado muestras totalmente fiables que ya se pueden utilizar en la aplicación de técnicas de reproducción asistida. En ese momento, tal y como establece la Ley de Reproducción Asistida, la elección del donante de semen la realizará el propio equipo médico, garantizando la mayor similitud posible con las muestras de la mujer receptora (en base a factores como el RH y también a las características físicas de la receptora o de su pareja). Se utilizarán las muestras necesarias, ya que los primeros intentos tienen un 20% de posibilidades de éxito, mientras que después de ocho intentos la posibilidad de que se produzca un embarazo aumenta hasta el 85%.
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Para evitar problemas de consanguinidad, se establece que cada donante puede tener un máximo de seis hijos nacidos, ya sean propios o procedentes del empleo del semen donado (lo que es controlado mediante el Registro de Donantes). Una vez superado este límite, el banco de semen deberá eliminar todas las muestras de ese donante.
Creado: 23 de marzo de 2015