Mitos sobre la reproducción asistida
A la hora de recurrir a la reproducción asistida surgen diversas dudas, muchas basadas en falsas creencias. Conoce los mitos más comunes sobre cómo afectan estos tratamientos a la embarazada y al futuro bebé.

Mitos de la reproducción asistida sobre la mujer y el futuro bebé

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

En los tratamientos de reproducción asistida, la mayor carga física y, consecuentemente, también podríamos considerar que emocional, la lleva la mujer. Por eso, es normal que surjan dudas sobre cómo le afectarán a ella específicamente. Y, por supuesto, también nos preguntamos qué podemos esperar de este proceso con respecto a nuestro hijo, ya que se ha investigado mucho sobre los riesgos que pueden sufrir los bebés que provienen de algún tipo de técnica de reproducción asistida.

PUBLICIDAD

  • Podemos elegir el sexo del bebé cuando nos hagamos un tratamiento de reproducción asistida

    Podemos elegir el sexo del bebé cuando nos hagamos un tratamiento de reproducción asistida

    En España esto no es así ya que, aunque es algo posible técnicamente, legalmente está prohibido (sí está permitido en otros países como México, Chipre, Estados Unidos, Panamá, Nigeria, Jordania o Bélgica). En España sólo se puede hacer por causas médicas, en caso de enfermedades genéticas que llevan ligada su transmisión al sexo del bebé, como puede ser la hemofilia. La técnica que se utiliza para detectar estos casos es el diagnóstico genético preimplantacional (DGP), que permite transferir únicamente embriones sanos.

  • Un bebé gestado por un tratamiento de reproducción asistida tiene más riesgo de ser prematuro, o de tener otro tipo de problemas

    Un bebé gestado por un tratamiento de reproducción asistida tiene más riesgo de ser prematuro o de tener otros problemas

    “La prematuridad en reproducción asistida es más alta por los embarazos múltiples, a medida que vayamos disminuyendo esto, conseguiremos que más embarazos lleguen a término”, apunta Agustín Ballesteros, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Es decir, si hay una gestación única, el bebé no tiene por qué nacer prematuro.

    Con respecto a otro tipo de problemas de salud, como malformaciones o alteraciones genéticas, se han realizado muchos estudios que, efectivamente, las han vinculado con los tratamientos de reproducción asistida: desde problemas de corazón, a labio leporino, pasando por alteraciones urogenitales. Esto puede ser debido a las propias técnicas (por ejemplo, las inyecciones de esperma intracitoplasmáticas están asociadas a un aumento muy ligero de anomalías cromosómicas y defectos congénitos), pero también está muy relacionado con los problemas de fertilidad que sufren las parejas que recurren a estos tratamientos.

    En general son porcentajes de riesgo bastante reducidos (todos por debajo del 10%), y los procedimientos están cada vez más avanzados y más controlados. Así, el presidente de la SEF destaca que en nuestro país la “medicina reproductiva es de primer nivel, y no hay nada que temer”.

  • Los tratamientos de reproducción asistida tienen efectos secundarios en la mujer

    Los tratamientos de reproducción asistida tienen efectos secundarios en la mujer

    Aunque el hombre también puede verse afectado si se medica, “prácticamente todos los efectos secundarios de un tratamiento de reproducción asistida son experimentados por la mujer”, reconoce Gustavo Martínez, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva.

    Este experto señala que “son frecuentes los sofocos, la distensión, y las molestias abdominales, las náuseas, y el dolor de cabeza; estando la mayoría de ellos relacionados con las hormonas empleadas para la estimulación ovárica y la preparación del endometrio”. Además, pese a que las complicaciones infecciosas suelen ser mínimas, al manipularse la cavidad uterina, también pueden producirse infecciones genitales.

    Por último, e igualmente con poca frecuencia, puede aparecer el denominado síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO)que, según el Gustavo Martínez “provoca un aumento de volumen del ovario, asociado a retención de líquidos y distensión abdominal”. El riesgo de padecer este síndrome es algo mayor en la fecundación in vitro que en la inseminación artificial, ya que los ovarios son mucho más estimulados. 

PUBLICIDAD

Creado: 31 de octubre de 2016

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD