Primer bebé nacido tras un trasplante de útero
06/10/2014
Acaba de nacer el primer bebé tras habérsele trasplantado a su madre el útero de una donante, lo que demuestra, tras otros intentos fallidos –como el de la turca Derya Sert que quedó embarazada después de haberse sometido a un procedimiento similar, pero abortó posteriormente–, que se trata de una alternativa terapéutica eficaz en el caso de aquellas mujeres que carecen de este órgano y desean ser madres.
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Las mujeres que sufren infertilidad por causas uterinas tienen únicamente dos opciones si quieren tener un hijo, o bien recurren a un vientre de alquiler, lo que está prohibido en algunos países, entre ellos España, o se someten a este procedimiento que, aunque ha mostrado su efectividad, no está exento de riesgos y complicaciones, y también requiere una autorización previa por parte de las autoridades sanitarias.
Uno de los principales problemas que presenta el trasplante de útero es que las pacientes trasplantadas necesitan tomar fármacos inmunosupresores para evitar el rechazo del nuevo órgano mientras este permanezca en su cuerpo, lo que puede originar efectos secundarios a largo plazo, algo que solo se podrá comprobar dentro de un tiempo.
Las pacientes a las que se les realiza un trasplante de útero deben tomar inmunosupresores para evitar el rechazo del órgano, lo que puede originar efectos secundarios a largo plazo
Posteriormente, además, y una vez cumplido el deseo de ser madre, el útero se extirpa de nuevo a la paciente; una nueva intervención quirúrgica que conlleva sus propios riesgos. El hecho de que el implante tenga carácter temporal, sin embargo, supone una ventaja y que, como ha explicado el doctor César Díaz-García, ginecólogo del Hospital La Fe de Valencia que ha participado en el proceso que ha permitido el nacimiento del primer bebé fruto de un trasplante de útero, cuanto menos tiempo sea necesario tomar inmunosupresores, mejor.
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A pesar de lo complicado del procedimiento y de los riesgos que implica, y que debe conocer toda mujer que desee someterse al mismo, el nacimiento de este niño supone un hito médico, que ha permitido comprobar que con un útero de donante se puede lograr que un embarazo llegue a término. En este caso se utilizó el útero de una donante viva, mientras que el útero de la turca que abortó procedía de un cadáver. Tal vez esa sea la diferencia que ha marcado el éxito del proceso, pero también supone que la donante se expone a los riesgos de la cirugía, algo a tener en cuenta.
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Actualizado: 16 de enero de 2017