Microinyección o inyección intracitoplasmatica de espermatozoides (ICSI)
Médico de Familia
Actualizado: 14 de octubre de 2024
Hay causas de esterilidad masculina que no se pueden abordar con las técnicas de reproducción asistida convencionales. Los fracasos más frecuentes de la fecundación in vitro (FIV) se producen cuando el varón tiene muy pocos espermatozoides, o sus espermatozoides tienen una morfología alterada o presentan una movilidad limitada.
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Qué es el método ICSI
La inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) consiste en que los profesionales inyectan un único espermatozoide directamente en el ovocito para conseguir el embarazo. Para ello se emplea un dispositivo denominado micromanipulador, y el procedimiento se puede realizar con espermatozoides procedentes del semen eyaculado por la pareja de la paciente, u obtenidos por aspiración o del testículo mediante biopsia.
Una vez fecundado el óvulo en el laboratorio, se siguen los pasos descritos en la FIV, ya que la única variación estriba en la forma de fertilizarlo. Esta técnica está indicada en los casos de esterilidad masculina severa, que no se pueden resolver con otras técnicas, o en la esterilidad de larga evolución.
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El ICSI es una técnica con altas tasas de éxito para la fertilización en casos de infertilidad masculina y otras condiciones que impiden la fecundación convencional, y se realiza en combinación con la fecundación in vitro bajo estricta supervisión médica.
Indicaciones del Método ICSI
El ICSI se utiliza principalmente para resolver problemas relacionados con la infertilidad masculina, pero también puede ser recomendada en otros casos específicos de infertilidad. Las principales indicaciones del método ICSI incluyen:
- Esterilidad masculina grave: solo se necesita un número mínimo de espermatozoides móviles, de aspecto normal. En los siguientes casos, el ICSI es muy útil porque permite seleccionar un solo espermatozoide viable para fertilizar el óvulo:
- Oligozoospermia: bajo conteo de espermatozoides.
- Astenozoospermia: baja movilidad espermática.
- Teratozoospermia: morfología anormal de los espermatozoides.
- Azoospermia: ausencia de espermatozoides en el semen, donde se pueden recuperar espermatozoides directamente de los testículos o el epidídimo a través de técnicas quirúrgicas como TESA o PESA.
- Semen valioso: se trata de situaciones en las que el número de espermatozoides suele ser muy limitado, y normalmente han sido criopreservados a petición del varón, antes de fallecer o someterse a intervenciones con radioterapia o quimioterapia, o a una vasectomía. Con la ICSI se pueden emplear mínimas cantidades de espermatozoides viables, según se vayan requiriendo.
- Enfermedades infecciosas o infertilidad por causa inmunitaria.
- Infertilidad masculina de origen desconocido: si se han realizado múltiples intentos de FIV y no se ha logrado el embarazo sin una causa aparente de infertilidad masculina, el ICSI puede ser una solución para superar posibles problemas de fertilización no detectados en el análisis del semen.
- Anticuerpos antiespermatozoides: cuando el sistema inmunológico de la mujer o del hombre produce anticuerpos que atacan los espermatozoides, estos anticuerpos pueden afectar la movilidad o impedir que los espermatozoides fertilicen el óvulo de manera natural o incluso en FIV convencional. El ICSI evita este problema al inyectar directamente el espermatozoide en el óvulo.
- Problemas para eyacular: en casos en que el hombre no puede eyacular esperma de forma natural debido a condiciones como la eyaculación retrógrada por problemas neurológicos (el semen se dirige hacia la vejiga en lugar de salir del pene) o la aneyaculación (falta de eyaculación), el ICSI se utiliza después de la recuperación quirúrgica de los espermatozoides.
- Fallos de fecundación previos al emplear otras técnicas de reproducción (especialmente cuando se desconoce la causa de la infertilidad). Si en ciclos previos de fecundación in vitro (FIV) no se logró la fertilización de los óvulos a pesar de la presencia de espermatozoides, se puede utilizar ICSI para asegurar que la fecundación ocurra.
Bajo número de óvulos disponibles: en mujeres con baja reserva ovárica o que producen pocos óvulos durante la estimulación ovárica, el ICSI maximiza las probabilidades de fertilización, ya que asegura que cada óvulo tenga la oportunidad de ser fecundado.
Fertilización con esperma de donante: cuando se utiliza esperma de un donante y la muestra tiene características limitadas, el ICSI se emplea para garantizar que un espermatozoide viable pueda fertilizar el óvulo.
- Diagnóstico genético preimplantacional: de esta manera se puede evitar problemas genéticos en la descendencia, pues se realiza un estudio previo a la gestación.
Fallo de capacitación espermática: en algunos hombres, los espermatozoides no pueden pasar por el proceso natural de "capacitación" que les permite penetrar el óvulo. El ICSI facilita este paso al inyectar directamente el espermatozoide dentro del óvulo.
Parejas con infecciones oculares (VIH o Hepatitis B y C): en estas situaciones, el ICSI minimiza el riesgo de transmisión del virus al limitar la cantidad de esperma utilizado y mejorar las posibilidades de obtener espermatozoides sanos, evitando la transmisión al embrión.
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Procedimiento del método ICSI
Para llevar a cabo la inyección intracitoplasmatica de espermatozoides, al igual que en la mayor parte de los tratamientos de reproducción asistida, a la mujer se le somete a una estimulación ovárica para conseguir un mayor éxito en la fecundación. Este tratamiento para conseguir aumentar el número de ovocitos generados tarda entre 10 y 20 días y están acompañados de unas ecografías para conocer el estado del útero.
Cuando los folículos están preparados en cuanto a tamaño y calidad se programa la punción folicular. Esta tarea se lleva a cabo en un quirófano durante aproximadamente 15 minutos y es necesaria la sedación de la paciente.
Una vez que se extraen los óvulos y se han obtenido los mejores espermatozoides de la muestra de su pareja se unen mediante una microinyección directa, lo que facilita la fecundación. Los embriones podrán desarrollarse durante unos 3 o 5 días en el laboratorio. Puede que sean varios los embriones resultantes por lo que de todos ellos se elegirán varios según su capacidad de división y su morfología.
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En ese momento se producirá la transferencia del embrión al útero materno para que siga su crecimiento de forma natural. Para ello, la mujer tendrá que volver a pasar por el quirófano aunque esta vez sin sedación, pues el proceso es indoloro y rápido.
Después de todos los pasos anteriores solo quedaría esperar a que el ciclo del embarazo continue su curso. En el caso de que hayan sobrado embriones, estos pueden vitrificarse para lograr futuros embarazos sin tener que pasar de nuevo por la estimulación ovarica o para donarlos a otras mujeres para que puedan ser madres.
Creado: 28 de diciembre de 2010