Antidepresivos y embarazo, ¿son compatibles?

Un estudio realizado por un investigadores del Beth Israel Medical Center ha asociado el consumo de antidepresivos durante el embarazo con el riesgo de sufrir desde un aborto hasta un parto prematuro.
Mujer embarazada tomándose un antidepresivo

Tomar antidepresivos estando embarazada puede conllevar riesgos para el feto.

Un estudio realizado por un grupo de investigadores del Beth Israel Medical Center y publicado en ‘Human Reproduction’, ha asociado el consumo de antidepresivos durante el embarazo con el riesgo de sufrir desde un aborto hasta un parto prematuro, así como con diversas complicaciones que afectarían al recién nacido o a su comportamiento a largo plazo, incluyendo la posibilidad de que el niño padezca autismo.

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En concreto, en el trabajo se hace referencia a los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) –uno de los tipos de antidepresivos más comunes–, indicando que se debe valorar la relación riesgo beneficio antes de recetarlos y explicar a las pacientes los riesgos que se pueden derivar de su consumo durante la gestación.

Los investigadores revisaron literatura científica que incluía a mujeres que tomaban antidepresivos mientras se sometían a tratamientos de reproducción asistida, algo que suele ser frecuente, especialmente cuando los tratamientos no tienen éxito y las pacientes no consiguen quedarse embarazadas durante varios ciclos.

Siempre se debe hacer un balance entre los riesgos y los beneficios que pudiera implicar el tratamiento, porque las depresiones graves resultan perjudiciales para la madre y para el feto en desarrollo

Adam Urato, director del estudio y autor de algunos de los trabajos que revisaron para llevar a cabo la investigación, se ha mostrado muy crítico respecto al empleo de este tipo de fármacos durante la gestación, y ha explicado que existe evidencia científica de que su consumo se relaciona con los partos prematuros. Según este especialista, además, ningún antidepresivo ha demostrado mejorar el pronóstico de la madre o el bebé, y considera que las embarazadas que sufren depresión deberían recurrir a otro tipo de tratamientos como la terapia cognitivo conductual o el ejercicio, entre otras opciones.

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Otros expertos, sin embargo, defienden que en estos casos siempre es necesario hacer un balance entre los riesgos y los beneficios que pudiera implicar el tratamiento, porque las depresiones graves resultan perjudiciales para la madre y para el feto en desarrollo.

Por ello, Jerónimo Saiz, jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, aunque aclara que la administración de medicamentos antidepresivos a mujeres embarazadas es controvertido, y que diversos estudios han aportado datos contradictorios al respecto, explica que, en todos los casos, se debe seguir siempre el principio de precaución, evitando estos fármacos en el primer trimestre de embarazo siempre que sea posible, y también al final del embarazo, ya que traspasan la barrera placentaria y pueden causar síndrome de abstinencia en el feto.

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Actualizado: 29 de mayo de 2020

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