Asocian antidepresivos en el embarazo y riesgo de autismo

Tomar fármacos antidepresivos durante el segundo y tercer trimestre del embarazo, momento en el que se produce el desarrollo crítico del cerebro del feto, puede aumentar el riesgo de que el niño padezca autismo.
Una embarazada a punto de tomar un antidepresivo

Se estima que entre el seis y el diez por ciento de las embarazadas sigue un tratamiento contra la depresión con fármacos antidepresivos.

Tomar fármacos antidepresivos durante el embarazo puede aumentar significativamente el riesgo de que el futuro bebé desarrolle autismo, según explica el profesor Anick Bérard, de la Universidad de Montreal en Quebec (Canadá) y su hospital alidado infantil CHU Sainte-Justine, en un artículo publicado en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.

El consumo de antidepresivos durante el segundo o el tercer trimestre del embarazo casi duplicaba el riesgo de que el niño fuera diagnosticado con autismo a los siete años de edad

El equipo liderado por el professor Bérard analizó datos de 145.456 embarazos recogidos en la Cohorte de Gestación de Quebec, y observó que el consumo de antidepresivos durante el segundo o el tercer trimestre del embarazo casi duplicaba el riesgo de que el niño fuera diagnosticado con autismo a los siete años de edad, sobre todo en el caso de que la madre hubiera tomado inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS).

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La información a la que tuvieron acceso los investigadores les permitió determinar el impacto específico de los medicamentos antidepresivos, teniendo en cuenta además factores socioeconómicos como exposición a la pobreza, y otros como una mayor edad materna y el diagnóstico de depresión –que se sabe que están asociados al desarrollo del autismo–, o la predisposición genética a padecer este trastorno (antecedentes familiares).

Los autores del trabajo escogieron el periodo comprendido entre el segundo y el tercer trimestre de la gestación porque se trata de la etapa en la que se produce el desarrollo crítico del cerebro del feto, y definieron la exposición a los antidepresivos cuando la embarazada tenía prescritos uno o más fármacos de este tipo. Identificaron también a los niños del estudio que habían sido diagnosticados con autismo, autismo atípico, síndrome de Asperger o un trastorno generalizado del desarrollo. Posteriormente, buscaron una asociación estadística entre ambos grupos y encontraron un incremento del riesgo del 87%.

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Se estima que entre el seis y el diez por ciento de las embarazadas está siguiendo un tratamiento de la depresión con fármacos antidepresivos, y la prevalencia del autismo ha pasado de 4 de cada 10.000 niños en 1966 a 100 de cada 10.000 en la actualidad. Si bien este incremento se puede deber a la mejora en la detección y a la ampliación en los criterios del diagnóstico del autismo, los investigadores opinan que los factores ambientales también desempeñan un papel importante.

Como ha explicado el profesor Bérard es biológicamente posible que los antidepresivos provoquen autismo si se administran en el momento en el que se está desarrollando el cerebro del feto, porque la serotonina está involucrada en diversos procesos de desarrollo pre y postnatal como la división y la diferenciación celular y la sinaptogénesis o creación de vínculos entre las células cerebrales, y ciertos tipos de antidepresivos actúan inhibiendo la serotonina, lo que tendría un impacto negativo sobre la capacidad del cerebro para desarrollarse adecuadamente.

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Actualizado: 18 de febrero de 2021

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