Alergia en el embarazo
Si estás embarazada y tienes alergia aclaramos tus dudas sobre cómo afecta este trastorno al feto, al parto y a la lactancia y qué medicamentos puedes tomar para tratar los síntomas. Te damos consejos para aliviar sus molestias.

Cómo afecta la alergia a la embarazada y al futuro bebé

Por: Caridad Ruiz

Periodista especializada en salud y nutrición

Actualizado: 25 de junio de 2024

En primavera se exacerban los síntomas de las alergias respiratorias debido al polen de las plantas, pero existen muchos otros alérgenos como los ácaros (animales diminutos que viven en el polvo), el moho o el pelo de las mascotas, que pueden resultar peligrosos para una embarazada alérgica si desencadenan una crisis asmática que provoca la obstrucción de las vías aéreas. Te explicamos qué precauciones debes tomar si sufres alergia durante el embarazo, y si puedes tomar medicamentos o vacunarte para controlar los síntomas.

PUBLICIDAD

Cómo afecta el embarazo a la mujer alérgica

Lo primero a aclarar es que, en principio, en el embarazo “la alergia no influye cuando se trata de una hipersensibilidad a fármacos o alimentos”, comenta a Webconsultas la doctora Ana Rosado, miembro de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y médico alergóloga del Hospital Fundación de Alcorcón. En estos casos la alergia no empeora, pero tampoco mejora; es decir, que una embarazada alérgica, por ejemplo, a los frutos secos, debe seguir las mismas pautas que si no esperara un bebé: evitar todo contacto con este alimento. Pero cuando se trata de alergias respiratorias, como el caso de la alergia al polen, síntomas como la rinitis o el asma pueden experimentar alteraciones durante la gestación. Así:

  • La rinitis –el picor nasal, los estornudos y la mucosidad– suele empeorar en el embarazo por culpa de las hormonas, en concreto de los estrógenos, que provocan “una mayor congestión nasal, que se sumaría a la rinitis previa de la paciente”, apunta la doctora Ana Rosado. y es que estas hormonas que aumentan en el embarazo, el estrógeno y la progesterona, pueden afectar las vías respiratorias y las membranas mucosas, lo que puede influir en la severidad de los síntomas alérgicos. El estrógeno, por ejemplo como decíamos, puede provocar que las membranas nasales se hinchen y produzcan más mucosidad, lo que puede agravar la congestión nasal.
  • En el caso del asma, como dice la doctora Rosado, “clásicamente se ha dicho que un tercio de las pacientes embarazadas mejora, otro tercio empeora y el último permanece igual”. El empeoramiento en el último trimestre de la gestación en ocasiones se puede deber al aumento del volumen abdominal, que reduce algo la capacidad pulmonar” aunque, según la experta, esto no supone ningún riesgo si el asma estaba controlada. En cualquier caso, es importante que las mujeres asmáticas controlen adecuadamente su asma durante el embarazo, ya que los ataques severos pueden afectar el suministro de oxígeno al bebé.

PUBLICIDAD

Embarazada estornudando con un pañuelo

Hay que tener en cuenta también que el sistema inmunológico de una mujer embarazada se adapta para proteger al bebé en desarrollo, lo que puede alterar la respuesta alérgica. Algunas mujeres pueden experimentar una mejoría en sus síntomas alérgicos, mientras que otras pueden notar un empeoramiento. De hecho, las defensas inmunológicas se vuelven más tolerantes, lo que puede reducir la severidad de las reacciones alérgicas en algunas mujeres.

Síntomas del embarazo que se pueden confundir con alergia

Determinados síntomas pueden confundir a la gestante, que no está segura de si el moqueo constante se debe a una reacción al polen o a la alteración de las hormonas característica del embarazo, ya que:

  • Congestión nasal / Rinitis del embarazo: el embarazo provoca un aumento del flujo sanguíneo y la hinchazón de las membranas mucosas en la nariz, faringe y vías aéreas inferiores, aumentando la congestión, que se da a lo largo de la gestación y en todo momento, no solo cuando la embarazada está dando un paseo por el campo o limpiando el polvo. Pero hay más signos que, en ocasiones, pueden ayudar a diferenciar si se trata de alergia. “La rinitis del embarazo se manifiesta básicamente por congestión y algo de rinorrea. En la rinitis alérgica aparecerían también estornudos en salvas, prurito nasal y afectación ocular. A veces los síntomas se superponen y no siempre son fáciles de distinguir”, advierte la doctora Rosado.  

PUBLICIDAD

Embarazada rascándose la barriga por prurito
  • Dermatitis alérgica / Picazón de piel: el picor o prurito es muy frecuente en la gestación, sobre todo en las mamas, la tripa y los muslos. Se debe, en muchos casos, a una pequeña alteración del hígado a causa de los estrógenos. En el abdomen también puede deberse a la distensión y a la sequedad de la piel, pero si además percibes que te aparecen unos granitos o sarpullido consulta con el médico, pues en este caso sí que puede ser una alergia de contacto.
  • Estornudos y goteo nasal / Hormonas y membaranas mucosas: los cambios hormonales pueden hacer que las membranas mucosas produzcan más moco, lo que puede provocar estornudos y goteo nasal, síntomas que son comunes en las alergias.
  • Ojos llorosos e irritados / Ssensibilidad ocular: algunas mujeres experimentan ojos llorosos e irritados debido a la sequedad ocular o sensibilidad aumentada durante el embarazo, lo que puede parecerse a la conjuntivitis alérgica.
  • Cansancio / Fatiga del embarazo: la fatiga es un síntoma común del embarazo, especialmente en el primer y tercer trimestre. Aunque la fatiga también puede ser un síntoma de alergias, en el contexto del embarazo, es más probable que se deba a los cambios hormonales y al esfuerzo adicional del cuerpo.
  • Dolor de cabeza / Cambios hormonales: las mujeres embarazadas pueden sufrir dolores de cabeza debido a los cambios hormonales, la fatiga y la tensión. Estos dolores de cabeza pueden confundirse con los dolores de cabeza que algunas personas experimentan debido a las alergias.
  • Dificultad para respirar / disnea del embarazo: la dificultad para respirar o disnea es común en el embarazo debido al aumento del volumen sanguíneo y el crecimiento del útero, que puede presionar contra el diafragma. Esto puede parecerse a la disnea causada por asma o alergias severas.
  • Aumento de la producción de moco / Hiperplasia glandular: el aumento de la producción de moco en la nariz y la garganta es común durante el embarazo y puede ser similar a la producción excesiva de moco asociada con las alergias.
  • Irritación de la garganta / Reflujo gastroesofágico (ERGE): el reflujo ácido es común en el embarazo y puede causar irritación de la garganta, lo que puede confundirse con la irritación de garganta causada por alergias.

PUBLICIDAD

Por tanto, para distinguir entre los síntomas del embarazo y los síntomas de una alergia, es importante observar el contexto y la duración de los síntomas. Si los síntomas son persistentes y están presentes en un ambiente libre de alérgenos, es más probable que estén relacionados con el embarazo. Si una mujer embarazada tiene antecedentes de alergias, es recomendable que consulte a su médico para determinar la causa de sus síntomas y recibir el tratamiento adecuado.

Cómo afecta la alergia al feto

Síntomas de la alergia respiratoria como los estornudos, el moqueo constante o los ojos llorosos son tremendamente incómodos para la embarazada e impedirán incluso que pueda salir a dar un paseo, pero puede estar tranquila porque no van a afectar al futuro bebé. Sin embargo, si la alergia desencadena en la gestante una crisis de asma, entonces debe tener cuidado.

PUBLICIDAD

Durante un ataque de asma el organismo de la mujer recibe poco oxígeno: la mucosa bronquial que cubre los conductos respiratorios se inflama y se produce un moco espeso que obstruye las vías aéreas, que se contraen y estrechan, impidiendo el paso del aire y complicando la respiración. Esto, en una mujer embarazada, que además de proveerse ella de oxígeno debe proporcionárselo al bebé, se puede convertir en un grave contratiempo. Si ella no consigue suficiente oxígeno, su bebé tampoco, y un estado de hipoxia (disminución del aporte de oxígeno) puede resultar muy peligroso para el feto.

Medición de la tensión arterial a la embarazada
La hipertensión gestacional es una de las posibles complicación del asma en la embarazada.

“El verdadero riesgo para el feto y la madre es que ésta padezca un asma mal controlado, porque hay un mayor riesgo de bajo peso al nacer, prematuridad, o que la madre desarrolle hipertensión gestacional y preeclampsia”, advierte la doctora Ana Rosado, miembro de la SEAIC y médico alergóloga del Hospital Fundación Alcorcón.

PUBLICIDAD

Pero como hemos dicho, estas complicaciones se darán si el asma no está tratada por un alergólogo, que se encargará de prescribir los fármacos necesarios para tratar esa alergia sin que afecte a la gestación ni al bebé. “En estas pacientes se recomienda que sean revisadas por su especialista una vez por trimestre”, subraya la alergóloga.

Cómo influye la alergia en el parto

La rinitis alérgica no tiene por qué afectar al momento del nacimiento del bebé. “En el caso de una embarazada asmática debe estar lo más controlada y estable posible”, incide la doctora Rosado. Tanto es así, que incluso en algunos casos “se recomienda aumentar el tratamiento de base ante la cercanía del parto”, añade.

Como ya hemos indicado, conviene que la mujer embarazada con asma visite a su especialista una vez por trimestre y “en esas visitas se pueden planificar las pautas de tratamiento”.

La lactancia materna con alergia

Después del parto, la rinitis del embarazo que no está relacionada con la alergia remitirá con la caída hormonal que se produce tras el nacimiento del bebé. Pero la inflamación de las mucosas, los estornudos, el lagrimeo y el asma provocados por una reacción alérgica seguirán su curso, y por lo tanto la madre continuará necesitando fármacos para tratar esos síntomas.

Mujer alérgica dando el pecho a su bebé

Y entonces surge la duda: ¿afectan estos medicamentos para la alergia a la leche materna? Como indica la doctora Rosado, “en general se considera que pasa a la leche materna un 1% de la dosis recibida por la madre de cualquier fármaco. Los que se usan en la patología alérgica –antihistamínicos, corticoides y broncodilatadores– son bastante seguros en este sentido y su uso no tiene especial riesgo en los recién nacidos”. No obstante, conviene siempre que consultes con tu médico tu caso en particular.

Creado: 18 de marzo de 2019

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD

Ver artículos de esta sección