El embarazo y la lactancia aumentan las necesidades hídricas de las madres, pero ¿es necesario recomendar que las mujeres beban más durante estos periodos vitales? Te contamos qué dicen al respecto los expertos.
Periodista especializado en maternidad y comunicación médica
Actualizado: 5 de mayo de 2023
Algo similar a lo que sucede con la hidratación durante el embarazo ocurre también con las necesidades hídricas durante la lactancia. Según el documento Scientific Opinion on Dietary Reference Values for water, de la EFSA, “la ingesta de agua durante la lactancia debe compensar la pérdida de agua a través de la producción de leche materna”. Por lo tanto, para la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, la ingesta de agua debe ser al menos tan alta como en mujeres no lactantes de la misma edad, a lo que habría que añadir el contenido de agua de la leche producida (que es en un 88% agua): entre 600 y 700 mililitros al día, unas dos botellas pequeñas.
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¿Significa esto que una mujer que da el pecho a su hijo debe beber tres litros de agua al día? “Para nada. Esos mensajes complican la lactancia materna. Ya hay demasiadas presiones para que las mujeres dejen de dar el pecho y ya tienen suficientes dificultades como para que encima les añadamos una más: tener que estar pegadas todo el día a una botella de agua”, reflexiona el dietista-nutricionistaJulio Basulto, que vuelve a hacer referencia al mecanismo de la sed que permite regular las necesidades de cada cual y recuerda que casi todos los alimentos que comemos “tienen agua en su composición”.
Este experto en nutrición remite también al estudio Cochrane Líquidos adicionales para madres que amamantan para aumentar la producción de leche. “En ocasiones se aconseja a las madres que aumenten su ingesta de líquidos con la esperanza de que esto mejore la producción de leche materna”. De esta premisa parte la investigación, que no obstante concluye que “no hay suficiente evidencia para apoyar un aumento en la ingesta de líquidos más allá de lo que es probable que requieran las madres que amamantan para satisfacer sus necesidades fisiológicas”.
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En el mismo sentido se pronuncia, por último, el Manual de lactancia materna: De la teoría a la práctica de la Asociación Española de Pediatría. En el capítulo dedicado a la dieta y los suplementos para la madre lactante, el pediatra Carlos González explica que “la madre que lacta necesita tomar más agua, pero no es preciso imponerle un consumo determinado. Basta con que beba según su sed”. También recuerda que “beber agua extra no aumenta la producción de leche. Ni a corto ni a medio plazo”.