Medicamentos y vacunas para tratar la alergia en el embarazo
Actualizado: 28 de junio de 2022
Si estás embarazada y eres alérgica, seguramente dudes de si los fármacos que tomas habitualmente para controlar los síntomas de tu alergia son seguros para el feto. Pues bien, en lo que todos los especialistas están de acuerdo es que lo realmente peligroso en la embarazada alérgica es no tratar sus posibles crisis asmáticas, que pueden provocar que al feto le llegue poco oxígeno, por lo que para evitarlo es imprescindible que tome los medicamentos apropiados, siempre bajo el control del alergólogo y el ginecólogo, y sin caer en la automedicación.
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- Los broncodilatadores: son medicamentos que abren los bronquios, relajando sus músculos durante un ataque agudo y permitiendo el paso del aire. No están contraindicados en el embarazo, según la doctora Ana Rosado, miembro de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEIC) y médico alergóloga de la Fundación Hospital de Alcorcón, pero insistimos en que siempre hay que consultar al médico especialista sobre su uso.
- Los corticoides inhalados: como la budesonida, “se recomiendan en las pacientes asmáticas para que el asma esté bien controlado”, explica la doctora Rosado, quien añade que “los corticoides sistémicos u orales sí deben ser evitados durante el embarazo o reducir su uso a la mínima dosis y el mínimo tiempo posible, y tomarse sólo en caso de necesidad (reacciones alérgicas, crisis de asma…)”.
- Antihistamínicos: los más antiguos como dexclorfeniramina (más conocido por su nombre comercial, Polaramine) “son seguros en el embarazo”. Los de segunda generación, como cetirizina o loratadina, “globalmente son seguros, aunque se recomienda evitarlos en el primer trimestre, pues se han comunicado con loratadina algunos casos de espina bífida, sin que el riesgo esté demostrado. Pasado este primer periodo sí se pueden tomar”, comenta la alergóloga.
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Vacunación de la embarazada alérgica
Actualmente muchas personas alérgicas están tratadas con inmunoterapia: periódicamente se inyectan cantidades de alérgeno para inducir cierta inmunidad. No obstante, “no se recomienda iniciar la vacunación en la gestación por el mayor riesgo de reacciones alérgicas que se pueden producir en esa fase de inicio”, explica la doctora Rosado. Hay una excepción en el caso de las vacunas contra el veneno de himenópteros, es decir, abejas, avispas y hormigas, “donde si la paciente no se vacuna tiene riesgo de ante una picadura sufrir reacciones graves, y en estos casos habría que valorar individualmente el riesgo/beneficio”, añade.
Otra cosa bien distinta es la mujer que se queda embarazada a lo largo del tratamiento, que puede durar varios años. “Si la paciente ya está con la vacuna en fase de mantenimiento, no es necesario interrumpirlo”. Desde hace unos pocos años las vacunas, además de inyectarse, pueden administrarse de forma oral o sublingual.
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“Hay menos experiencia, pero son más seguras a nivel de reacciones sistémicas y no tienen riesgo conocido de teratogenicidad (malformaciones). No se recomienda activamente su uso, pero no parece que sean de especial riesgo”, afirma la experta. El alergólogo y el ginecólogo indicarán en este caso qué actitud es la más adecuada para la embarazada y su bebé.
Creado: 18 de marzo de 2019