Dr. Juan Antonio García Velasco
15 de marzo de 2011
Coincidiendo con la Semana Internacional de la Endometriosis hablamos con el Dr. Juan Antonio García-Velasco, director de la clínica IVI- Madrid y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos. Con un extenso historial investigador a sus espaldas está especializado en reproducción asistida y en el tratamiento de lesiones endometriósicas, en ambos campos ha sido reconocido con premios nacionales e internacionales de gran prestigio. Aprovechamos para formularle algunas preguntas quizás no tan frecuentes a cerca de la endometriosis y que se encuentran en la mente de muchas afectadas a las que esperamos sean de utilidad sus aclaraciones y consejos.
A pesar de que el origen de la endometriosis es desconocido, se barajan diversas hipótesis para tratar de explicar su aparición: menstruación retrograda, mal funcionamiento del sistema inmune, factores genéticos o factores externos como el contacto con diversos químicos tales como dioxinas, e incluso las hormonas presentes en la alimentación de los animales que consumimos. Me gustaría saber cual de estas teorías está, en su opinión, en la dirección más acertada.
Sin duda, la menstruación retrógrada es la teoría más aceptada y de la que existen más evidencias, pero no explica todos los casos (endometriosis rectovaginal, endometriosis pulmonar, etcétera). Aunque ésa sea la teoría, lo que no está claro es por qué en unas mujeres la mentruación retrógrada no produce ningún síntoma ni enfermedad y en estas mujeres les induce una enfermedad, a veces muy severa. Claramente hay una predisposición genética, pero además una alteración de sistema inmunológico que no elimina de la cavidad abdominal las células que no deben de estar allí.
Algunas pacientes que se han realizado reconocimientos anuales en los que nunca ha aparecido ninguna alteración, asisten con sorpresa a la aparición de endometriomas (quistes) cuya formación se ha producido en pocos meses. ¿Podemos pensar, por tanto, que la enfermedad siempre ha estado ahí y no se había detectado en ecografías previas? ¿O bien que algún factor externo como el estrés ha hecho que aumenten de tamaño dichos implantes que siempre han estado en el organismo de forma latente? ¿Es posible que la enfermedad aparezca de un día para otro?
No, la endometriosis no aparece de un día para otro. El ritmo de progresión de la enfermedad puede ser muy variable, hay pacientes en las que apenas avanza su enfermedad y otras donde en seis meses se produce una progresión espectacular. Lo que sí es verdad es que cuando la lesión tiene el tamaño suficiente como para verse por ecografía, esa lesión ya estaba allí hace tiempo, y seguramente no se veía por ser un tamaño aún pequeño.
En alguna ocasión se ha barajado la posibilidad de que exista una relación entre el hongo Candida Albicans y la aparición de la endometriosis, ya que muchas veces las afectadas han presentado trastornos recurrentes de candidiasis vaginal a lo largo de su vida. ¿Cree que tiene algún valor esta relación?
La candidiasis y los hongos son muy frecuentes en la mujer, y la endometriosis también, por lo que pueden coincidir, sin duda. Tal vez, una alteración inmunológica puede favorecer tanto el crecimiento de los hongos como de la endometriosis, pero no existe una evidencia sólida de la relación entre ambos procesos.
Se estima que una paciente tarda en ser diagnosticada entre cinco y ocho años, y en muchos casos su hallazgo ocurre de forma casual. ¿Con qué mecanismos de detección precoz contamos en la actualidad?
Realmente aún hoy son los síntomas de la paciente los que nos ponen sobre aviso: el dolor intenso con la regla, o el dolor con las relaciones sexuales, o con la micción/defecación, o el dolor pélvico crónico. El problema es justo ése, desde que una niña se queja de su dolor con la regla hasta el diagnóstico, pasa mucho tiempo, y a base de analgésicos la enfermedad no se detiene.
Algunos especialistas han propuesto su detección a través del marcador CA 125 en sangre, si bien a día de hoy el único medio cien por cien fiable es la laparoscopia quirúrgica. ¿Qué nos podría comentar acerca de su pionero estudio, que permitiría saber si una persona padece esta enfermedad a través de un análisis de líquido endometrial?
No existe aún una detección no invasiva (no quirúrgica). Se han propuesto varios marcadores en sangre con dudosa eficacia. Nosotros hemos descrito un perfil de proteínas que se pueden identificar en las secreciones uterinas (se obtienen en la consulta y su obtención no es dolorosa, es similar a una citología) y que se asocian con la endometriosis. Esto necesita ser replicado en una población más amplia, pero el futuro va por ahí: un perfil de riesgo que se pueda obtener en un fluido corporal y que nos permita identificar a estas pacientes antes de que la enfermedad avance, para poder hacer una prevención.
También hay expertos que apuntan al hecho de que lo único cierto en relación con la endometriosis es que teniendo un sistema inmune fuerte no se desarrolla la enfermedad. ¿Está de acuerdo con está afirmación? ¿Qué podríamos hacer para fortalecer nuestro organismo en aras de tratar de evitar su aparición?
Yo creo que no es sólo eso: hay muchas mujeres inmunocompetentes que tienen endometriosis. Es una enfermedad multifactorial. Es más, yo diría que no es una única enfermedad, sino diferentes modalidades con un único nombre, lo cual complica un poco más el tema.
¿Qué opinión le merecen los estudios que apuntan a que la ingesta de melatonina podría ayudar a tratar la enfermedad?
No hay evidencia clara sobre esto, y de hecho, en general, los médicos e investigadores desconfiamos de los fármacos milagro que valen para todo: alteraciones del sueño, envejecimiento… ¿endometriosis?
A través de diversas asociaciones de afectadas, hemos sabido que muchas enfermas toman determinados suplementos vitamínicos como el aceite de onagra o la vitamina b12, con el fin de mitigar los dolores y la inflamación provocada por la enfermedad. ¿Cree qué es efectiva su ingesta?
Como médico no tengo una explicación científica, pero la realidad es que muchas de mis pacientes han experimentado una mejoría sintomática importante con el aceite de onagra. Tal vez reduzca la gran inflamación peritoneal y la irritación de la fibras nerviosas, y de ahí su impacto.
Actualmente las pacientes sometidas a laparoscopia quirúrgica suelen pasar unos meses tratándose con una medicación que provoca una menopausia inducida. Si bien, el motivo es que se deja descansar a los ovarios durante unos meses, parece que sus efectos secundarios son bastante desagradables, entre los que se cuentan: mareos, sofocos, insomnio e incluso pérdida de masa oséa. En la clínica IVI, están experimentado con la posibilidad de extraer y congelar tejido ovárico, con el fin de sustituir dichas terapias hormonales. ¿Qué nos puede contar acerca de este proyecto?
Efectivamente, y de forma clásica, tras una cirugía se indicaba a la mujer un tratamiento con análogos de la GnRH para frenar la producción de estrógenos y prolongar la mejoría, pero los efectos secundarios severos limitan este tratamiento a 3-6 meses. Hoy en día hay dos alternativas: a) sustituir estos análogos por un anticonceptivo continuo, que va a tener efectos similares sin los efectos secundarios, y b) congelar bien ovocitos o bien tejido ovárico. Si bien con los ovocitos tenemos una experiencia amplia y muy favorable para evitar el envejecimiento ovárico, la congelación de tejido se emplea aún mucho menos y debemos de considerarla experimental, pero en el caso de que se vayan a extirpar los ovarios es al menos para discutirlo.
Por desgracia, uno de los efectos adversos de la endometriosis es la incapacidad para lograr un embarazo. Explíquenos de forma sencilla cuál es el motivo de dicha esterilidad y de qué forma podemos combatirla.
Básicamente la endometriosis va a producir adherencias en las trompas y quistes en los ovarios. Esto va a dificultar el tránsito de ovocitos y embriones por las trompas y va a reducir tanto el número como la calidad de los óvulos. Esto hace que sea más difícil embarazarse en estos casos. No hay ningún tratamiento con pastillas que lo mejore, en estos casos, y si el embarazo no llega, habrá que recurrir a la reproducción asistida.
La enfermedad se divide en cuatro grados, ¿podría explicarnos brevemente las características de cada uno de ellos, y si existe algún tipo de correspondencia en estos grados y el nivel de fertilidad?
Los grados de severidad se basan en la clasificación de la Sociedad Americana de Reproducción, y nos sirven para que todos los médicos hablemos del mismo caso de forma objetiva. La correlación con el dolor pélvico no es muy buena, pero la correlación con la infertilidad es ninguna, es decir, un grado I puede ser infertil y un grado IV tener varios hijos en casa.
¿Cuál es la rapidez con la que evoluciona la enfermedad? Algunos médicos sostienen que si se consigue un embarazo tras la realización de un laparoscopia en la que se han extirpado todos los implantes. Su desarrollo podría ralentizarse. ¿Esto es así?
Es cierto que al tratarse seguramente de enfermedades diferentes, en algunas mujeres la progresión es rapidísima y otras apenas varía. La gestación es la única situación en la que la enfermedad no progresa o incluso a veces regresa, pero no se cura nunca.
¿Qué otros métodos para su control existen tras una intervención quirúrgica? (Toma de píldora, DIU Mirena…)
Hoy en día los gestágenos son una muy buena opción. Pueden tomarse en pastillas (el dienogest tal vez sea el que tenga un perfil más adecuado para esta enfermedad). También el DIU con gestágenos es una opción excelente para controlar el dolor de esta enfermedad.
La enfermedad se relaciona también con muchas otras enfermedades como fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, e incluso esclerosis múltiple. ¿Cree que realmente existe una relación entre todas ellas, o que tener una puede provocar la aparición de las restantes?
Yo creo que hoy la endometriosis se puede asociar con muchas otras enfermedades, ya que es muy frecuente (10-30% de las mujeres). Si la asociación es causal o casual es lo que no está tan claro, pero muchas de estas enfermedades (síndrome de fatiga crónica…) comparten síntomas y, tal vez, mecanismos de desarrollo.
Para finalizar, ¿nos podría indicar que puede hacer una afectada de cara a mejorar su calidad de vida?
Lo primero es informase bien para entender su enfermedad: nada mejor que saber lo que le pasa a uno como para poder tolerar los síntomas. En función de cada caso ya habrá que intentar mejorar en primer lugar el dolor, que es lo más incapacitante, bien con tratamientos orales, bien con otros dispositivos o incluso con cirugía por un profesional entrenado y con experiencia. Y si además hay infertilidad asociada, entonces habrá que recurrir a reproducción asistida en un centro donde vean casos similares con frecuencia.