Natalia Hospido

Dietista-nutricionista miembro de Nutricoles, especializada en nutrición infantil, BLW y educación alimentaria
La alimentación infantil tiene dos pilares: los padres y el colegio. Natalia Hospido, miembro de Nutricoles, nos propone cómo retomar las rutinas saludables y elaborar un menú semanal para comer mejor en la vuelta al cole.
Natalia Hospido
“No se debería de obligar a comer y mucho menos gritar o castigar a un niño o niña por no querer comer un alimento”

2 de septiembre de 2021

Todas las familias deseamos lo mejor para nuestros hijos pero, ¿qué es lo mejor cuando hablamos de alimentación? Esta es la pregunta que varias nutricionistas de diferentes puntos de España se propusieron responder con el objetivo de ofrecer información veraz y útil a las familias. Nacía así en 2018 Nutricoles, un proyecto en el que a través de charlas, talleres y recursos prácticos en su blog y en las redes sociales acercan la alimentación saludable a padres y niños de forma divertida, fácil y, sobre todo, realista. Natalia Hospido, farmacéutica, dietista-nutricionista infantil y una de las fundadoras del proyecto, cree que el principal problema que encontramos las familias es el de no saber muy bien en qué consiste lo que es una alimentación saludable. La culpa, obviamente, no es de las familias, sino del caos informativo originado por las noticias falsas y el marketing alimentario. Como siempre, la mejor herramienta para combatirlo: la información. También el ejemplo, porque, como nos recuerda Natalia Hospido, si queremos que los niños coman de forma saludable, los adultos debemos hacerlo primero.

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¿Qué dirías que nos cuesta más integrar en nuestro día a día a las familias con niños pequeños?

Sin duda el principal problema de hoy en día es que muchas familias no saben en qué consiste una alimentación saludable. En la era de la información existe más desinformación que nunca y un entorno saboteador que abruma a todo aquel que se quiere salir del camino preestablecido por la industria alimentaria.

Lo que más cuesta integrar es que para que los niños coman de forma saludable, los adultos tienen que hacerlo primero. Así que, si queremos que coman fruta, tenemos que comer fruta.

“Para que los niños coman de forma saludable, los adultos tienen que hacerlo primero”

No sé si el verano puede ser un momento de mayor “relajación” en cuanto a hábitos (nos acostamos más tarde, por ejemplo) y la alimentación puede verse resentida. ¿Debemos preocuparnos?

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Deberíamos de preocuparnos de los excesos durante todo el año. Quizás es cierto que el verano da pie al consumo de más helados, pero el resto del curso escolar están todas las fiestas: cumpleaños, navidades, Halloween… Siempre hay excusas para que las chuches se cuelen en la alimentación de los más pequeños de la casa.

“Siempre hay excusas para que las chuches se cuelen en la alimentación de los más pequeños de la casa”

¿Cómo podemos retomar una alimentación más saludable si el verano nos ha trastocado la hoja de ruta?

Con calma y con paciencia. Es importante recuperar rutinas de forma progresiva y planificar el menú semanal en familia, para recuperar el consumo de vegetales frescos y legumbres con el acuerdo de todos.

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La educación nutricional en los colegios

Con la vuelta al colegio muchos niños vuelven al comedor escolar. ¿Cómo dirías que gestionan los colegios los comedores escolares? ¿Tienen la formación y la información suficiente para poder ofrecer una correcta educación alimentaria?

No se puede generalizar, porque hay colegios que los gestionan bien, pero desde nuestra experiencia en Nutricoles hemos visto que muchos no lo hacen correctamente. En la mayoría de ellos el menú no está revisado por profesionales con formación acreditada en nutrición humana y dietética, tal como indica Ley 17/2011, de 5 de julio, de seguridad alimentaria y nutrición.

“Es importante recuperar rutinas de forma progresiva y planificar el menú semanal en familia, para recuperar el consumo de vegetales frescos y legumbres con el acuerdo de todos”

Lo cierto es que falta mucha formación e información sobre educación alimentaria. No sólo en cuanto a lo que es saludable o no, sino también del ambiente en el comedor y la conducta de los monitores de comedor. No se debería de obligar a comer y mucho menos gritar o castigar a un niño o niña por no querer comer un alimento.

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Muchos colegios se escudan en las normas de la comunidad a la hora de elaborar los menús, pero siguen incorporando productos no adecuados (postres lácteos azucarados) o un exceso de proteína animal. ¿Qué debería tener en cuenta el colegio a la hora de elaborar los menús semanales?

Como te comentabas antes deberían de tener la supervisión de un profesional que les guíe, y sin duda ser muy críticos con las normas de la comunidad. Porque se entiende que una alimentación saludable para una niña en España es igual en Madrid que en Barcelona, y, sin embargo, las guías distan del día a la noche. Es más, las guías de la comunidad catalana son las mejores desde la escuela infantil.

“En la mayoría de comedores escolares el menú no está revisado por profesionales con formación acreditada en nutrición humana y dietética”

Algo muy importante es que las guías estuvieran realizadas por profesionales de la nutrición, pero por desgracia esto no siempre es así. Y sigue priorizándose el consumo de un número de calorías determinado frente al consumo de los nutrientes necesarios.

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¿Es más caro elaborar un menú escolar más saludable?

Para nada, todo lo contrario. Si empezamos a reducir alimentos como carne y pescado, para incorporar legumbres que son proteínas vegetales que nos aportan beneficiosos nutrientes para nuestra salud, simplemente gastamos menos, favorecemos el consumo de producto local y reducimos el daño medioambiental.

Lo mismo ocurre si en el menú escolar se incorporan frutas, verduras y hortalizas de temporada. Lo que no se puede pensar es meter en el menú escolar melón en diciembre y pretender que salga barato. Sería mucho más fácil poner naranja, kiwi o caqui que están en temporada, y que tienen buen sabor y precio.

“En las guías para los colegios aún sigue priorizándose el consumo de un número de calorías determinado frente al consumo de los nutrientes necesarios”

¿Es el colegio el que debe ofrecer una correcta información en cuanto a hábitos alimentarios a sus alumnos y a sus familias?

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El colegio debe de potenciar esta información, pero no se le puede cargar con toda la responsabilidad porque, al fin y al cabo, los niños comen en casa muchas más veces que en el centro escolar. Sin embargo, el colegio sí es un eslabón muy importante y no se están tomando las medidas adecuadas para que sea un verdadero entorno saludable y pilar básico en la prevención de la obesidad infantil.

Desayunos y meriendas: el caballo de batalla de las familias

Las meriendas y los desayunos suelen ser el caballo de batalla de las familias. ¿Se puede tomar un desayuno más sano si no tenemos “tiempo” para desayunar o lo del tiempo es más una excusa?

Una excusa enorme patrocinada en gran medida por la industria alimentaria que nos vende envases individuales y nos dice que es la solución a un problema que ellos mismo generan. Pensemos: ¿hay algo más rápido que coger un plátano y comerlo?

“No se están tomando las medidas adecuadas para que el colegio sea un verdadero entorno saludable y pilar básico en la prevención de la obesidad infantil”

¿Cómo harías un desayuno rápido y sano?

Para empezar, preguntando al niño si tiene hambre. Porque pasarte 10 minutos discutiendo para que coma sin tener hambre, sí que es una gran pérdida de tiempo. Y después, comer fruta de temporada, sobras del día anterior o un trozo de pan con algo (lógicamente que ese algo que sea un alimento: queso, chocolate 85%, hummus, tahini, paté de berenjena…).

Entiendo que si un niño o niña está habituado a desayunar determinados productos puede ser más difícil habituarles a un desayuno más saludable. ¿Cómo recomendarías empezar?

Empezar poco a poco y por alguna opción de desayuno con la que estén de acuerdo. Por ejemplo, si toma leche con cacao azucarado y una magdalena, pero no es capaz de tomarse la leche sola, vamos a cambiar primero la magdalena. Si le gusta el pan, podemos tomar una tostada de pan con crema de cacahuete y a la leche le echamos un poquito menos de ese cacao o probamos cacao con 70% de cacao.

Pienso en las meriendas en el parque. Puedes llevar una merienda perfecta, pero luego debe competir con productos que están hechos para “gustar”. Partiendo de que entiendo que la prohibición puede generar más deseo, ¿cómo podemos gestionarlo de forma amable?

Con información, mucha información en casa. Es importante que desde pequeños ellos y ellas entiendan por qué no se consumen esos productos en casa. De esa manera, para ellos no generará ningún atractivo especial ese tipo de productos.

“La falta de tiempo es una excusa enorme patrocinada en gran medida por la industria alimentaria que nos vende envases individuales y nos dice que es la solución a un problema que ellos mismo generan”

En el caso de que se produzca un cambio en la alimentación cuando ya llevan tiempo consumiendo ese tipo de cosas sí que es muy atractivo para ellos ver a los demás. Por ello es importante seguir dando información, no prohibición, y currarse un poco las meriendas llevando aquello “saludable” que le encanta o llegar al parque sin hambre, para que la tentación sea menor.

Por último, ¿qué recomendaciones darías a una familia que esta vuelta al cole se haya propuesto mejorar hábitos de alimentación en casa, pero no sepa por dónde empezar o le de vértigo hacer?

Que busque ayuda. Una nutricionista o dietista especializada en alimentación familiar le puede aportar ideas, recursos y el apoyo suficiente para que pueda disfrutar de todos y cada uno de los pequeños pasos que se van dando día a día en familia.

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