Dra. Nerea Sarrión

Pediatra, divulgadora sanitaria, y autora de “Cuidar lo que más importa”
La pediatra Nerea Sarrión, autora de ‘Cuidar lo que más importa’, da las claves para resolver las principales inquietudes de los padres respecto a la crianza, sobre todo las de los primerizos, desde el sueño infantil a la lactancia
Dra. Nerea Sarrión, pediatra
“Conocer lo que podemos esperar da mucha tranquilidad a la hora de vivir la maternidad y paternidad con más empoderamiento, pero también hay que intentar fluir y ver que cada niño tiene sus necesidades”

3 de noviembre de 2023

Cuando nace un bebé se produce una auténtica revolución familiar y comienzan las constantes preocupaciones sobre su crianza y, principalmente, sobre su salud. Y es que, los padres siempre se quejan de que los bebés no vienen con un manual de instrucciones. Nerea Sarrión, como pediatra inquieta y en constante actualización, pero también como madre; entiende a la perfección esas miradas de preocupación de los progenitores y los desafíos a los que se tienen que enfrentar en cada etapa de crecimiento de sus pequeños. Por tanto, realiza una importante labor de divulgación sanitaria en consulta y online  en su blog y redes sociales (con más de 100 mil seguidores), ocupándose también de cuestiones sobre embarazo. Con su primer libro, Cuidar lo que más importa’ (Lunwerg) ha querido crear un manual de pediatría exprés útil, lleno de rigor científico pero cercano y muy visual, para solucionar dudas y lograr que disfrutemos un poco más y suframos un poco menos en la crianza de los hijos. Lo cierra diciendo: “Las madres y los padres juegan, lloran y ríen; se tropiezan y se levantan; se equivocan y aprenden; luchan , inventan y se reinventan; quieren parar el tiempo y en ocasiones acelerarlo; a veces no pueden más y pierden la paciencia; quieren huir, pero, cuando lo hacen, solamente piensan en volver… Así son las madres y los padres reales”

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Eres médico vocacional, pero admites que la medicina es cambiante y resulta imprescindible estar actualizada. ¿Cómo tiene que ser un buen pediatra para dar una atención integral al pequeño paciente?

Portada "Cuidar lo que más importa"

Sobre todo debe tener interés y ganas de aprender. Las recomendaciones en muchos ámbitos han ido cambiando, hay muchas investigaciones y también a raíz de la pandemia hemos visto que todo va a velocidad de vértigo. Esto hace que los profesionales sanitarios debamos estar al tanto de todas las novedades para poder ofrecer a los peques la mejor atención.

Yo no puedo parar de formarme; me acabo de inscribir en dos cursos nuevos: uno de lactancia y otro de alergias infantiles. Hago Atención Primaria y tengo muchos frentes en los que estar constantemente aprendiendo; por ejemplo, en los últimos años hay mucha demanda en cuanto al sueño infantil. Aunque admito que es complicado, porque requiere tiempo, ganas y también una considerable inversión económica. También es cierto que en consulta tenemos que ir rápido y para dar una mejor atención  habría que cambiar los recursos.

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¿Crees que hay todavía cierta confusión en muchos aspectos de la salud infantil y la crianza? ¿Cuáles son las dudas más comunes que te encuentras?

Hay infoxicación y no sabes dónde buscar la información ni de qué fiarte. Las familias, sobre todo las primerizas, actualmente tienen mucho interés por aprender en cuanto a la salud de sus hijos y la crianza. Dudan de todo y todo les preocupa: desde los ruiditos que hace el bebé al color de las deposiciones, su primer catarro, la fiebre… Hasta que empiezan a ver cómo funciona la salud de sus peques continuamente vienen a ti.

“Las familias, hasta que empiezan a ver cómo funciona la salud de sus peques, dudan de todo y todo les preocupa”

Y aunque no paran de salir libros de salud infantil, contenidos en las redes sociales, etcétera, hay que guiarles y ayudarles. Si les dedicas tiempo y les explicas, van aprendiendo y viven esa etapa de forma más tranquila y calmada.  

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Claves de lactancia y trucos de sueño infantil

Una de las decisiones que primero tomamos en la crianza (incluso ya lo hemos planificado desde el embarazo) es la de la lactancia materna. A pesar de desearla tanto, el instinto no es suficiente y pueden fallar muchas cosas. ¿Qué les dirías a las mujeres para que lo logren, la disfruten y la mantengan?

Tal y como recojo en el libro, los datos revelan que del 90% de las gestantes que expresan su voluntad de amamantar, solo un 70% lo siguen haciendo al mes de vida, un 50% a los 3 meses y menos de un 30% a los 6 meses. La lactancia es uno de los aspectos de la pediatría que más me gusta y tengo muchas formaciones al respecto. También mi experiencia personal como madre lactante de dos niños. Sobre todo, lo que yo les digo es que lleguen al momento del nacimiento del bebé con cierta información de lo que pueden esperar y los problemas que pueden surgir. En cuanto aparecen dificultades como grietas, dolor o problemas de peso del bebé hay que buscar ayuda cuanto antes porque pueden ir agravándose y la lactancia se convierte en todo menos satisfactoria.

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Las familias en los últimos años están más concienciadas con los beneficios de la lactancia materna y las mujeres intentan una  otra vez lograr una satisfactoria. Pero requieren de un acompañamiento de profesionales que también estén concienciados y conozcan los problemas que pueden surgir. Lo ideal sería que todos los pediatras estuviéramos formados en lactancia materna, pero como ya he comentado es necesario tiempo, ganas y dedicación. Y por supuesto, un tiempo en consulta suficiente para asesorar y acompañar una lactancia. Esto en el día a día es imposible. Por ello hay  figuras especializadas como las matronas o asesoras de lactancia, que no siempre son sanitarias, pero se han formado específicamente en ello.

En cuanto aparecen dificultades como grietas, dolor o problemas de peso del bebé hay que buscar ayuda cuanto antes porque pueden ir agravándose y la lactancia se convierte en todo menos satisfactoria

La lactancia materna es el alimento ideal, vale, pero lo que queremos además de un bebé feliz, es una madre feliz. Hay que dar apoyo a esas madres que querían y no han podido porque por cualquier circunstancia no ha sido lo que ellas pensaban y optan por la fórmula infantil. Igualmente hay que respetar y acompañar a las familias que deciden no dar pecho.

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En el libro hablas de algunas claves y mitos de la lactancia materna, ¿cuáles destacarías?  

Realmente las que pongo en el libro son las típicas del día a día. Por ejemplo, antes se decía que había que amamantar cada tres horas 10 minutos en cada pecho… La lactancia es a demanda, haga el niño 5 minutos o 4 horas en la toma anterior.

También hay que dejar claro que todas las leches alimentan y que todas las leches son perfectas para el bebé, otra cosa es que haya algún problema en la producción de leche.

Además, en los primeros meses siempre queremos lactancia materna, pero a partir del primer año está mal vista. Dar tranquilidad a esas mujeres que mantienen la lactancia más allá de esta edad porque se encuentran con muchos juicios externos y comentarios de que ya la lactancia es un vicio y la leche es agua y no nutre. Hay que desmitificar esto porque la lactancia se adapta al bebé y tiene beneficios de manera prolongada.

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Respecto a la lactancia artificial, hay algunos trucos para reproducir las condiciones del amamantamiento. ¿En qué consiste el método kassing?

Cuando las mujeres damos pecho se genera un vínculo y el bebé se va regulando según su apetito. Con biberón se tiene la tendencia de marcar horarios y cantidades. La leche cae con mucha velocidad y el bebé se la traga toda, pero no es consciente si tiene hambre o no, lo hace por reflejo. Por eso en el libro doy recomendaciones respecto al método kassing porque con él, el bebé está en una posición más incorporada como si estuviera tomando el pecho, el biberón es administrado por su cuidadores principales para establecer un vínculo cercano… Además, al ser un biberón con un flujo más lento y en posición más incorporado, cuando el pequeño tiene hambre sigue comiendo y si no la tiene, deja de hacerlo. Esto favorece el desarrollo de la musculatura y ayuda a prevenir la obesidad y el sobrepeso porque los bebés son conscientes de su apetito…

A veces no nos damos cuenta de que con el biberón favorecemos el sobrepeso de los peques.

“Hay que dejar claro que todas las leches maternas alimentan y que todas son perfectas para el bebé”

Al sueño dedicas otro capítulo bastante completo del libro. Cuando nace un bebé nada vuelve a ser igual en el descanso familiar y eso de “dormir como un bebé” a veces parece un chiste. ¿Qué has aprendido del sueño en la infancia como pediatra y como madre?

Yo tengo una niña de 3 años y un bebé de dos meses y ninguno de los dos, con la misma idea de crianza, es igual. Conocer lo que podemos esperar te da mucha tranquilidad a la hora de vivir la maternidad y paternidad con más empoderamiento, pero también hay que intentar fluir y ver que cada niño tiene sus necesidades. Hay niños que duermen 4 o 5 horas seguidas y es normal y también es normal los que, sobre todo en los primeros meses, se despiertan de forma muy frecuente.

En este capítulo intento explicar cómo funciona y evoluciona el sueño para dar unas expectativas realistas. Y luego ya hay ciertas pautas para cuando los niños son un poquito más maduros que orientan y ayudan a coger unos buenos hábitos de sueño, teniendo en cuenta lo que es habitual y normal. Por ejemplo, que el bebé quiera estar en brazos para dormirse y prolongar el sueño. Yo ahora lo vivo,  cuando tengo a mi hijo en brazos puede estar tres horas durmiendo, pero en cuanto lo suelto en la cuna, se despierta. Eso es normal, otra cosa es que no nos cuadre con nuestro ritmo de vida. Hay que buscar el equilibrio: al principio es básicamente supervivencia e ir adaptándonos a ellos. Podemos usar herramientas que nos permiten seguir el ritmo de vida y respetar sus tiempos, como el porteo.

Manejo de los problemas de salud comunes y prevención de accidentes

Defines tu libro como un manual de salud infantil para el día a día. De hecho incluyes un capítulo de pediatría exprés para aprender a manejar situaciones complicadas, enfermedades o indisposiciones que se pueden dar a menudo. ¿Qué les dirías a los padres que sienten que su hijo siempre está malito?

Pues en estos aspectos también aconsejo calma. Queremos que el niño cuando nace ya esté maduro en todos los sentidos pero es normal que en los primeros años, con la escolarización, o si son niños que tienen hermanitos mayores, cojan infecciones frecuentemente hasta que su sistema inmunológico esté maduro. Pero estas infecciones a menudo son banales, no tienen complicaciones y se van a acabar curando solas.

En consulta me encuentro con muchas dudas de cómo manejar los diferentes síntomas, por lo que he orientado el libro para que las familias cuando estén en casa y empiecen con fiebre, por ejemplo, lo consulten y puedan resolver sus inquietudes de manera rápida. Así pueden manejar ciertos síntomas que son tan habituales los primeros años. Los niños tienen fiebres de manera recurrente, empiezan con mocos y están con ellos muchos meses… Las pautas sirven para manejarlos desde casa y saber cuándo consultar al profesional médico.

“A veces no nos damos cuenta de que con el biberón favorecemos el sobrepeso de los peques”

En este capítulo no hablo de mi experiencia personal ni desarrollo un poco más los temas. Aquí voy muy al grano, y con apoyo visual, para que sea una guía rápida de consulta en casa.

Respecto a los accidentes y situaciones de primeros auxilios, ¿porqué decidiste incluirlos en el libro?

Al fin y al cabo, la mayoría de los accidentes (lesiones no intencionadas como se llaman ahora) como golpes, caídas, quemaduras… los podemos prevenir desde casa y en el libro doy ciertas pautas para poderlos evitar. Obviamente más vale prevenir que curar. Cuando los niños empiezan a ser curiosos se llevan objetos a la boca, tocan todo (incluidos los enchufes), se suben a muebles… Los golpes en la cabeza, por ejemplo, son muy habituales y motivos de consulta muy frecuentes. Por ello pretendo concienciar a las familias de la importancia de la prevención, desmitificar algunas creencias, saber lo que tienen que hacer en casa y, por supuesto, lo que tienen que vigilar, por lo que se han de preocupar y lo que les debe hacer consultar al pediatra.

“Hay prácticas, como que los bebés quieran dormir en brazos, que son normales; otra cosa es que a nosotros no nos cuadren con nuestro ritmo de vida”

Imparto talleres de primeros auxilios y reanimación pulmonar y siempre viene bien formarse y aprender sobre ello. Pero no sólo los padres, sino toda la sociedad; debería ser obligado una formación en primeros auxilios porque todos podemos salvar vidas. El tiempo es oro y si nos encontramos ante un accidente y no sabemos cómo actuar estamos perdiendo minutos esenciales en cuanto a supervivencia o secuelas en la persona accidentada.

La parte del glosario también me parece interesante para conocer los términos que utilizamos en el día a día y les preocupan a las familias.

En definitiva estoy muy orgullosa de este libro porque la gente me cuenta cuánto les está sirviendo y que les emociona la experiencia personal que he reflejado en él. La portada, con la ilustración de mi hija y yo de pediatra y embarazada, refleja el momento vital en el que estaba cuando lo escribí. Es un recuerdo que quedará para siempre.

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