Tania Ruiz Tirado
21 de agosto de 2023
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) afecta a entre un 3% y un 7% de la población infantil en España, según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEPD), siendo más prevalente en niños (cuatro de cada cinco menores), que en niñas. Tania Ruiz Tirado, pedagoga experta en neuropsicologia educativa, conoce bien este trastorno del neurodesarrollo y desde los centros de terapias infantiles Anda Conmigo –que ella coordina a nivel nacional– ofrece a las familias una atención multidisciplinar para dar respuesta a todas las necesidades de estos menores. Durante las vacaciones, a pesar de que estos días están destinados a olvidar el estrés y a disfrutar, estos niños necesitan más atención aún si cabe. La experta alerta de que durante las vacaciones escolares los padres no deben dejar de trabajar en ello y han de incidir en establecer unas actividades estructuradas, evitando, en lo posible, los planes imprevistos. Hablamos con Tania sobre la mejor forma de planificar el ocio, y también la vuelta al cole y a la rutina.
Hoy por hoy el TDAH es bastante conocido y sabemos que es un trastorno que implica impulsividad y falta de atención. Pero es mucho más. ¿Cómo lo caracterizarías?
El TDHA es un trastorno del neurodesarrollo; se da cuando el cerebro se está formando y el niño nace con él. Es un trastorno crónico que no tiene cura, por lo que se van a necesitar de una serie de apoyos durante toda la vida: más cuando los niños son pequeñitos y, luego, un poco menos.
Tiene tres tipos: el inatento, el hiperactivo, y el combinado. Este último puede necesitar en mayor medida la medicación para tener bajo control toda esa impulsividad e hiperactividad, y así poder enfocar mejor los aprendizajes. Se da más en niños que en niñas, porque los niños siempre suelen ir más con el tipo hiperactivo o impulsivo. Es algo que se ve más y los padres van a buscar ayuda antes. El tipo inatento aparece más en las niñas y pasa más desapercibido. Ellas suelen tener numerosos recursos y mejores estrategias para poder hacer frente a ello.
Además, el TDH casi nunca va solo, es comórbido; es decir, se da con otro trastorno asociado. Puede ser un trastorno de conducta: el niño es muy desafiante, no sigue las normas, impone su criterio… O también se puede presentar junto a un trastorno de regulación emocional: niños más ansiosos o depresivos, que tienen menores recursos emocionales a la hora de afrontar diferentes situaciones.
Es, sin duda, un trastorno multidisciplinar. ¿Qué destacarías en el tratamiento de estos niños?
Lo principal es hacer una buena evaluación para identificar cuáles son las necesidades, porque un niño con TDAH no es igual a otro. Y ya en función a esto se enfoca la intervención. Siempre hay que ver cómo está el pequeño a nivel emocional y de conducta: si es más ansioso o tiene conductas límite que llevan a que la familia tenga muchas dificultades para afrontar el entorno familiar. Esto lo evalúa el psicólogo; desde la psicoterapia se ayuda tanto al menor, como a la familia, dando pautas a la hora de trabajar en casa.
El TDH casi nunca va solo, puede asociarse un trastorno de conducta, o puede darse junto a un trastorno de regulación emocional
Luego también hay que trabajar a nivel psicopedagógico: las funciones ejecutivas y las dificultades propias del trastorno a nivel cognitivo. Es decir, atendemos a cómo el niño piensa, procesa e inhibe la información, o cómo poder focalizar la atención sin atender otro estímulo que le está distrayendo.
Sin embargo, cuando llega el verano u otros períodos vacacionales, se acaba la “disciplina” del día a día y se interrumpen esas terapias y ese manejo del trastorno por parte de los profesionales. ¿Qué sucede entonces?
En el TDAH, como en todos los trastornos del neurodesarrollo, el avance es lento y progresivo, construyendo todo el aprendizaje pasito a pasito; pero, si paramos las terapias, el retroceso es muy rápido. En estas épocas vacacionales hay tanto estímulo ambiental que el niño no consigue inhibir ni trabajar todo lo necesario, porque no hay una estructura dentro del hogar que ayude a seguir el progreso del aprendizaje.
Por eso a los padres les digo que intenten estructurar lo mejor posible el hogar: lo que vamos a hacer hoy, cómo lo vamos a hacer, quiénes están implicados en ello, los horarios… Si el niño no tiene un esquema, no sabe lo que va a pasar, aparecen las dificultades. Puede darse mayor hiperactividad, mayor ansiedad y tender al negativismo: “no quiero”, “no me apetece” … También es importante que no se vean demasiado alteradas las rutinas de sueño y la alimentación. Cuanto mayor estructura y anticipación haya, mejor.
Ante esta situación propiciada por las vacaciones, ¿qué recomendaciones específicas les puedes dar a los padres?
Desde nuestros centros, siempre aconsejamos que en los periodos vacacionales se hagan actividades que ayuden a los niños a trabajar a nivel cognitivo. Es una época con muchísimo tiempo libre y se tienen que buscar opciones para que no haya “tiempos muertos” que fomenten la hiperactividad y la impulsividad. Siempre es conveniente que sean actividades consensuadas a nivel familiar y que el niño se vea implicado en ellas. Así evitamos el negativismo, porque es él el que participa y las elige.
En épocas vacacionales en las que hay muchísimo tiempo libre se tienen que buscar opciones para que no haya `tiempos muertos´ que fomenten la hiperactividad y la impulsividad
En vez de enfocar las actividades como escolares, es mejor trabajar la estimulación desde el juego. Por ejemplo, mediante los juegos de mesa, que son muy buenos elementos para trabajar el nivel cognitivo; o promocionando la lectura con cuentos o historias que escojan ellos mismos. En los niños en los que impera la hiperactividad en el trastorno es más que aconsejable que hagan alguna actividad física que ayude a liberar tensión. El cerebro de estos niños necesita actividad motora, y hay que dársela.
Igualmente hay que fomentar también sus relaciones sociales. Necesitan estar con otros niños. Si la opción de un campamento de verano no es posible, que vaya a las zonas comunes de la urbanización o al parque a jugar con otros amigos, por ejemplo. También es bueno conocer a gente nueva. Lo importante es que no estén aletargados en casa.
Limitar el uso de pantallas en niños con TDAH
Con tanto tiempo libre por delante, la tentación de las pantallas está ahí constantemente. ¿Qué peligro conlleva para estos niños?
Efectivamente, quiero dejar claro que hay que intentar evitar el uso de pantallas de forma excesiva. Sé que es complejo, pero hay que tener en cuenta que los niños con TDAH no pueden estar tan expuestos a los dispositivos porque les provoca una hipersaturación de estímulos a nivel cerebral.
Los niños con TDAH no pueden estar tan expuestos a las pantallas porque les producen una hipersaturación de estímulos a nivel cerebral
Además, lo que hace una pantalla en nuestro cerebro es liberar dopamina, la hormona del placer, y estos niños no saben gestionar los tiempos y decidir cuándo pueden o no usar un móvil, o una tablet. Ellos son impulsivos y se enganchan más rápido que otros que no tengan este trastorno. Nosotros como padres debemos regularlo: de forma intermitente y evitando tiempos de exposición largos. Cada 10-15 minutos de juego, paramos.
En cuanto a la medicación, otro de los pilares fundamentales para este trastorno, ¿qué debemos tener en cuenta en estos periodos vacacionales?
La medicación siempre la receta un profesional y los padres no pueden jugar con ella. Eso pasa mucho ahora en verano: como no hay tantos deberes y baja un poco la demanda cognitiva, relajamos la medicación. Esto es inaceptable. Los padres tienen que seguir en todo momento la pauta del médico porque, además, la medicación siempre va a ir en función del tipo de TDAH que tenga su hijo: se va a dar más en los tipos impulsivos que en los tipos inatentos, a no ser que éstos sean muy evidentes. Si nosotros, además de la medicación, ayudamos al niño dándole estrategias a través de ejercicio físico o de otras actividades, la impulsividad se va a ver relajada.
Por último, de cara a la vuelta al cole ¿qué es importante tener en cuenta? ¿Cómo los preparamos?
Partiendo de que también hay que dejar a los niños descansar y relajarse, sí que es recomendable esa estructuración y anticipación de la que hablábamos, de cara a la vuelta al cole. Y es que a los niños con TDAH esto les puede generar mucha ansiedad.
Si nosotros, además de la medicación, ayudamos al niño dándole estrategias a través de ejercicio físico o de otras actividades, la impulsividad se va a ver relajada
Explicarles cómo va a ser el primer día, hablarle de los compañeros y profesores, e incluso acercarnos a la puerta del centro escolar, sería positivo. Además, es muy habitual que cuando va a empezar el curso escolar pretendemos que los niños vuelvan a las rutinas de forma abrupta. Sin embargo, lo que deberíamos hacer es unas semanas antes, y de forma progresiva, adaptar horarios y actividades.