Ana Aparichi

Maquilladora, youtuber y autora del libro ‘Del maquillaje a la belleza real’
Ana Aparichi, una de las maquilladoras más conocidas de las redes sociales, te explica todos los consejos para conseguir un maquillaje perfecto que resalte la belleza interior y exterior, recogidos en su libro ‘Del maquillaje a la belleza real’.
Ana Aparichi, maquilladora experta en colorimetría
“Lo mejor si vas a estar poniéndote y quitándote la mascarilla es llevar un poco de base de maquillaje para retocar las zonas en las que está en contacto”

27 de agosto de 2020

Ana Aparichi se ha convertido en una de las maquilladoras con más prestigio de España. Gracias a su blog Aparichimakeup –que lleva en activo desde hace una década−, los vídeo tutoriales en su canal de YouTube con 150.000 suscriptores y las fotos de antes y después del maquillaje de su cuenta de Instagram con nada menos de 75,7k seguidores, Ana Aparichi consigue trasladar su pasión por el maquillaje más allá de la pantalla. Además de proporcionar estos conocimientos de manera gratuita, la experta en colorimetría –ciencia que estudio la percepción del color− y correcciones de la piel, también tiene cursos de maquillaje online y asesorías personales. Lo último a lo que se ha aventurado es a sacar su segundo libro, ‘Del maquillaje a la belleza real’ (Ed. Zenith, 2020) en el que nos da sus trucos para conseguir un maquillaje bonito y natural. Nosotros hemos tenido el placer de hablar con ella para que nos cuente algunos de esos consejos para disimular desde pequeñas imperfecciones en la piel, como manchas o granitos, hasta algunas alteraciones de mayor tamaño, como melasma, rosácea o vitíligo.

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Portada 'Del maquillaje a la belleza real'

Tu libro se titula Del maquillaje a la belleza real, ¿cuál es esa belleza real a la que te refieres?

Pues para mí belleza real es, englobándolo todo, la belleza interior como la belleza exterior. Digamos que es una belleza que es nuestra belleza esencial, quiénes somos desde que venimos a este mundo, cómo vamos evolucionando y cómo todo esto se refleja tanto por dentro como por fuera. Es decir, limpiar todas las capas de cebolla y ver quiénes somos realmente y potenciar toda esa belleza hasta llegar a ser “nuestra mejor versión”.

Hay quién piensa que el maquillaje no es más que algo superficial y que lo que busca es enmascarar a la persona. ¿Qué les dirías?

Es una frase muy común esto de que el maquillaje es algo superficial, y como digo en mi libro, la persona superficial siempre lo va a seguir siendo, a no ser que se trabaje en ello, pero no por ir más o menos maquillada va a cambiar el hecho de ser superficial, al igual que si la persona es una persona profunda o una persona, por así decirlo, de corazón, eso va a ser exactamente igual, vayas maquillado o no. El maquillaje es una forma de proyectar hacia afuera todo eso que llevas dentro y te apetece sacar. Por ejemplo, cuando sufres una ruptura o estás muy tristón, solo el hecho de transformar un poco lo que ves desde fuera cuando te miras al espejo y ves que te gustas, te da una sensación muy reconfortante y eso hace que a nivel interno se retroalimente, con lo cual al final es un todo.

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Me ha parecido muy interesante la manera en la que te adentraste en el mundo del maquillaje. ¿Podrías contarnos cómo y por qué fue?

Yo entré en el mundo del maquillaje realmente con cinco años, puesto que era una de mis grandes pasiones desde muy pequeñita, y luego lo seguí toda la vida a modo de hobby, maquillando a amigas, compañeras y a todos los que se me ponían delante. Me fascinó mucho la película Grease y también la serie Betty la fea, en la que se podían ver transformaciones, esos antes y después que a mí me encantan, no solo en maquillaje, cuando hay un antes y un después y la cosa mejora dices ¡wow, me encanta!

“El maquillaje es una forma de proyectar hacia afuera todo eso que llevas dentro y te apetece sacar”

Y luego de manera profesional comencé mi andadura haciendo un curso profesional para maquilladores de cámara y cine y me gustó tanto que al final decidí dejar toda “mi otra vida”, la vida más ortodoxa, porque yo tenía mi carrera, mi máster, me he dedicado a trabajar en banca, en tema inmobiliario y un día empecé a trabajar para Lancome, haciendo diagnósticos en la piel, y ya posteriormente en Bobby Brown y desde ahí comenzó toda esta vorágine que no he dejado de disfrutar desde entonces. Cada vez que yo veo a una persona es como si me pusiera unas gafas transformadoras, empiezo a pensar qué bien estaría esa persona si le hiciese esto o lo otro.

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Cómo disimular pieles con manchas, melasma o vitíligo

Son impresionantes los ‘antes y después’ que se pueden ver en tu Instagram, donde cuentas con más de 75k seguidores, incluso en personas que tienen bastantes manchas de hiperpigmentación o vitíligo. ¿Cómo logras conseguir esas pieles unificadas sin dar la sensación de ir excesivamente maquilladas? ¿Podrías dar algún truco para aquellos que tengan estas diferencias de color en la piel y quieran disimularlas?

Precisamente gracias a esos ‘antes y después’ fue cuando me empecé a hacer más conocida en Instagram. Como ya he dicho esas transformaciones son lo que más me gusta desde pequeña. Las personas que, por ejemplo, tienen vitíligo, angiomas o manchas, lo único que hay que hacer −en el caso de que esas personas quieran hacerlo, porque su piel les suponga una inseguridad−, es neutralizar, no es cubrir que mucha gente lo asocia a que hay que tapar, que tan solo ya la palabra indica que requerirá de mucho producto, y es precisamente al contrario, se trata de utilizar el color a nuestro favor.

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Por ejemplo, para neutralizar los tonos más amarronados o topos, como manchas u ojeras, lo que nos sirve es el marrón rosado porque va a cambiar ese tono topo grisáceo por un tono más parecido a la piel. Por tanto, todo lo que tenga en la piel, como marcas de acné, melasma, manchas, todo lo que sea oscuro en la piel se va a neutralizar con ese marrón rosado, cuánto más intenso sea ese color oscuro de la piel, más intenso el marrón rosado. Después de haber transformado ese marrón topo en la piel en marrón rosado, por encima se podría aplicar una base de maquillaje para unificar con el resto, quedando un resultado completamente natural.

“Menos es más, el buen maquillaje se basa más en neutralizar que en cubrir”

En el caso del vitíligo, que es una piel más clara por unas zonas que en otras, jugaríamos con el polvo de sol para oscurecer. El polvo bronceador es un gran auxiliar en estos casos, un gran ayudante. Yo más que para poner un efecto morena a la persona, sobre todo lo uso para oscurecer las zonas más claras. Todo el truco se basa en unificar, por lo que me tendré que fijar en lo que hay alrededor para conseguir ese mismo color. Incluso a veces con vitíligo he usado una sombra de ojos amarronada porque el polvo de sol se me quedaba corto y no llegaba a darme la intensidad que necesitaba. Con las partes rosas y los granos con un producto en tono beige, no hace falta corrector, con una base de maquillaje es suficiente. Menos es más, el buen maquillaje se basa más en neutralizar que en cubrir.

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Para conseguir esas transformaciones ¿es necesario tener muchos productos de maquillaje? (Precorrector, corrector, prebase, base, polvos traslúcidos, bronceadores, iluminadores…) ¿Qué productos de maquillaje son un básico y no podrían faltar en tu neceser?

En mi opinión, en maquillaje no es necesario tener muchos productos, de hecho soy de las que piensa que menos es más siempre. Lo que sí creo que es necesario es tener los productos adecuados, sobre todo adaptados a la tonalidad, no tanto a que sea de una marca o de otra, sino que ayude a neutralizar los tonos de la piel, que es en realidad lo más complicado. Sombras de ojos de colores hay miles, tonos de labiales también y lo mismo pasa con los coloretes, pero lo realmente importante es jugar con el lienzo de la piel, y para tenerlo uniforme es necesario controlar el color.

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Hay unos colores que neutralizan a otros, con lo cual lo que hacemos es ir unificando todo para que quede un lienzo perfecto, y a partir de ahí, una vez que hemos dejado la piel en segundo plano, ya podemos jugar con el relieve, la profundidad, con los colores… Pero realmente no hace falta una gran cantidad de productos, los que hacen falta dependerán de cada persona. Por ejemplo, si una persona carece de ojeras o tiene muy poquitas, simplemente con una base de maquillaje −si no tiene la piel uniforme de por sí, que a partir de cierta edad es lo común−, se unifica y a partir de ahí, si te apetece darle un toque de realce puedes hacerlo con un colorete que sea el adecuado a tu piel, porque no hace falta tener muchos sino que con solo un tono, si es el adecuado, tienes de sobra para todo el año y toda la vida si quieres.

Con los labios puedes llevar un tono que sea para realzar el color natural que de por sí tienes, o si simplemente te quieres poner un brillo de labios es suficiente. También, si eres más atrevida y en tu personalidad va el ir con un color un poco más destacado, puedes ponerte gamas buganvilla, rojizos, borgoñas, depende de la época del año, esto ya es disfrutar y jugar. Depende de cómo tú seas, si eres más clásica o más atrevida. Con uno o dos tonos te sobra, además puedes hacer mezclas, tampoco hace falta que tengamos millones.

Con las sombras de ojos pasa lo mismo, yo soy muy pro-neutros porque considero que son fondos de armario, pasa igual que con la ropa. Una máscara de pestañas es suficiente para resaltar la mirada, un lápiz o un eyeliner para si nos apetece dibujar o trazar una línea y crear una forma del ojo más almendrada, precorrector si tuviéramos una ojera o manchitas, base de maquillaje y luego ya jugar con colores y polvos de sol.

Realmente de productos básicos creo que son la base de maquillaje, precorrector en caso de una intensidad en manchas o en ojera, sino no porque la propia base ya nos sirve, por ejemplo, para disimular los granos rojizos, también polvos traslúcidos para sellar la piel y que nos aguante el maquillaje todo el día, polvos de sol, generalmente recomendados para la zona del cuello, para broncearnos porque en el 99% de los casos solemos tener la piel del cuello un poco más claro que la del rostro, colorete, como he dicho con uno es suficiente, un brillo de labios o un labial que potencie nuestro tono o un color intenso si nos apetece, y en los ojos lo que deseemos, para mí fundamental máscara de pestañas y eyeliner, que lo que cambia todo, lo demás son complementos.

3 mitos sobre el maquillaje y consejos para usar mascarilla

Dedicas todo un capítulo a desmontar 20 mitos sobre el maquillaje. ¿Podrías decirnos algunos que estén muy arraigados y por qué?

El tema de los mitos del maquillaje es una de mis grandes pasiones, hay tantísimos, pero se desmontan muy fácilmente, es lo bueno de los mitos (ríe), que cuando los analizas de manera lógica dices cómo voy a pensar yo esto. Precisamente gracias a los mitos comenzó mi blog hace 10 años, con la intención de desmitificar todo esto a base de la experiencia.

Uno de los tres mitos del maquillaje que yo creo que están más arraigados es que se deberían utilizar correctores verdes para las rojeces, yo creo que es el mayor error que se puede cometer en el maquillaje, no sé la de paletas que incluyen un corrector verde, y aunque es cierto que el verde neutraliza el rojo, nuestra piel no es roja sino que es rosa, incluso los granos más marcados. Incluso las personas que tienen rosácea, que tienen la piel totalmente encendida, sigue siendo rosa. Lo que ocurre es que el verde sobre el rosa deja un acabado grisáceo, por eso luego encima es necesario poner una base de maquillaje porque si no se vería el gris o el verde. Por el contrario, tan solo usando una base de maquillaje que contenga un subtono beige o dorado si tu piel es bronceada o avainillado si tienes una piel muy clarita, puedes corregir las partes rosas de la piel, sin añadir nada antes, después ni recargando la piel.

“Los tres mitos del maquillaje que yo creo que están más arraigados son: que se deberían utilizar correctores verdes para las rojeces, aplicar los polvos de sol en forma de 3 y que la raya de ojos hace el ojo pequeño”

El segundo mito más arraigado es el de aplicar los polvos de sol en forma de 3 (frente, pómulo y mentón), que si se hace en los dos lados se traduce en un 8, esto hace que la parte central de la cara tengo mucha claridad y en los laterales oscuridad. Si son polvos bronceadores o polvos de sol el efecto sería el opuesto, pues cuando vamos a una playa y nos incide el sol en el rostro desde arriba, lo que más se broncea es el centro de la frente, mejillas y nariz y no al revés. Por tanto, el bronceador hay que aplicarlo en forma de T para emular la incidencia del sol de manera natural junto con las mejillas, lo que sería una doble T. Tampoco hay que olvidar los polvos de sol en el cuello, que es fundamental y a mucha gente se le olvida y acaban con el rostro de un color y el cuello de otro completamente diferente.

El tercer mito que quiero resaltar es el de que la raya de ojos dentro de la línea de agua va a hacer que el ojo se vea más pequeño. Por ejemplo, Penélope Cruz siempre suele llevar una línea dentro del ojo muy definida y nadie diría que tiene un ojo pequeño precisamente, lo que se crea con ese tipo de eyeliner es una mayor profundidad en la mirada. Eso sí, si cojo y solo me hago una línea sin nada más, sin máscara de pestañas, va a quedar un maquillaje extraño, como partido entre medias, pero si esa línea la complemento con una máscara de pestañas, un eyeliner superior o un sombreado entre las pestañas veremos que para nada se va a ver un ojo pequeño, sino que se va a dar una forma almendrada y más profunda al ojo.

¿Y cuáles crees que son los errores que más se repiten a la hora de llevar a cabo un buen maquillaje?

Uno de los errores más comunes al maquillarse es la mala elección de los colores, especialmente en la base de maquillaje, en el antiojeras, en los polvos de sol y en el colorete. Como ya he dicho, lo más importante es el lienzo. Por ejemplo, las personas que tienen muchas zonas rosas en el rostro suelen elegir coloretes rosas, los que tienen una piel cetrina o amarillenta les gustan los melocotones y corales, y por último, los que su piel es amarronada o color café les encantan los tonos tierra o marrones. Sin embargo, esto es completamente lo contrario a lo que hay que llevar, el que carece de rosa en su mejilla deberá ponerse rosa, pero se asustan porque piensan que según lo ven en el envase es cómo les va a quedar en la piel, y para nada es así.

“El bronceador hay que aplicarlo en forma de T para emular la incidencia del sol de manera natural”

Si tienes una piel con tono rosa y le pones más rosa te conviertes en Heidi directamente. Muchas veces pensamos que al llevar base de maquillaje podemos poner por encima lo que sea porque ya hemos tapado nuestro color de piel, pero esto no es así, porque va a volver a asomar este tono. Si yo tengo un grano en mi mejilla, me pongo base de maquillaje y luego un colorete rosa, se puede comprobar como el grano se va a multiplicar por cuatro. Entonces es fundamental encontrar un buen subtono de la base, yo siempre recomiendo que sea beige, dorado o avainillado en su composición, que no sea marrón ni rosa.

Con la epidemia de COVID-19 muchas mujeres tienen dudas sobre cómo maquillarse para tener un efecto ‘buena cara’ sin muchos productos para no manchar la mascarilla ¿Qué les recomendarías?

El tema del maquillaje y la mascarilla frente al COVID-19 es complicado, porque una vez que nos maquillamos el rostro no hay nada, por más que lo queramos sellar o fijar, que evite que la tela esté en contacto directo con tu cara. Es como si yo me pusiese después de un maquillaje una camisa blanca pegada a mi nariz o a mi boca, siempre se va a quedar producto en ella, y al igual pasa con la mascarilla. Si ésta se mueve mucho va a ir eliminando el maquillaje y en estos casos el fijador, que hay de muchas marcas y suele estar en formato espray, es muy importante aunque no lo va a evitar del todo. Lo mejor si vas a estar poniéndote y quitándote la mascarilla es llevar un poco de base de maquillaje para retocar las zonas en las que está en contacto la tela, nariz, mejillas y barbilla.

Como los ojos es lo único que va a dar expresión en el rostro cuando llevamos la mascarilla puesta, es el momento justo para potenciarlos, mínimo con máscara de pestañas y si nos apetece con eyeliner o con sombras. Es el momento de jugar con la mirada, que tiene su parte de magia pues es lo que más dice de una persona y si van acompañados de un buen maquillaje pues ¡genial!

En tu libro también hablas de la neurobelleza ¿Qué es y cómo podemos ponerla en práctica?

Existe una corriente que se llama neuroestética, que yo quise llamar neurobelleza porque para mí al final la belleza realmente sale de nuestro cerebro. Es como nosotros vemos el mundo, ya no solo a nivel de maquillaje, sino en general, cómo reacciona nuestro cerebro, las hormonas que secreta cuando visualizamos la belleza. Incluso, más allá de las zonas que se activen, que lo explico detalladamente en el libro, simplemente lo que sentimos como personas. De siempre al ser humano le gusta ver belleza, nos sentimos bien, confortable, a gusto. Pero lo que pasa es que muchas veces uno mismo, cuando se mira en un espejo, tiende a magnificar lo malo, se centra en lo que no le gusta. Por desgracia, desde pequeños nos han enseñado a no querernos tal y como somos, sino a aspirar a un ideal de belleza o a algo perfecto.

Por eso es muy importante entender que muchas veces el cerebro o nuestra percepción nos engaña, centrándose y poniendo el foco de atención y magnificando los defectos. A veces cuando vemos una fotografía destacamos, por ejemplo, una mancha y se nos olvida todo lo demás, pensamos que los demás van a verlo igual que nosotros, cuando no es así. Hay que saber cómo percibe el cerebro para poder evitar esto, y entender que hay que aceptarse y quererse a uno mismo, mirarse al espejo sin maquillaje y encantarte, decir esto soy yo, soy única, especial y no hay ninguna más como yo. Luego a partir de ahí, te puedes maquillar o hacer lo que tú quieras, disfrutar de ese momento mindfullness en el que te estás poniendo increíblemente bella. Pero todo tiene que partir del punto de quererse a uno mismo, no desde el de vamos a ver cómo arreglamos esta cara.

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