Dr. Miguel Chamosa
26 de abril de 2013
España es el país de la Unión Europea donde se realizan más intervenciones estéticas cada año, entre las que destacan las que tienen por objeto mejorar el aspecto de las facciones –rinoplastia, blefaroplastia, lifting–, junto a la liposucción y el aumento de las mamas. La primavera, y especialmente el mes de abril, es la época preferida para hacerse algún retoque. Hablamos con el Dr. Miguel Chamosa, anterior presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), sobre la conveniencia de ponerse en manos de profesionales que cuenten con la titulación oficial exigida en nuestro país para ejercer esta especialidad, y sobre las últimas técnicas disponibles que, como el injerto de grasa autóloga, se emplean tanto para reconstruir el pecho en mujeres operadas de cáncer de mama, como para rellenar surcos en la cara o aumentar el tamaño de los glúteos con fines exclusivamente estéticos.
¿Recientemente la SECPRE difundió un comunicado para informar de que la cirugía estética solo puede ser ejercida por los especialistas en cirugía estética, plástica y reparadora. En España se estima que hay alrededor de 9.000 médicos que practican este tipo de intervenciones sin tener titulación oficial. ¿Qué medidas se pueden tomar para proteger a los pacientes del riesgo que puede implicar?
Se trata de profesionales que han hecho a lo mejor un cursillo de unos días, un taller de unas semanas…, que no es para nada comparable a aprobar el MIR y hacer cinco años más de especialidad en cirugía plástica, reparadora y estética, que es la titulación oficial que se exige en España.
La publicidad puede ocultar esto, de forma que la persona ve un anuncio y no se imagina que ese médico puede no tener el título de especialista oficial, y esto es sobre lo que nosotros queríamos prevenir a los pacientes, que deben saber que si se someten a una operación de cirugía estética con un médico que no tenga el título oficial en cirugía plástica y estética, se están poniendo en manos de un médico con una formación, en principio, insuficiente. Y, repito, esta especialidad de cirugía plástica se consigue tras aprobar un MIR, que es un examen bien difícil, más otros cinco años de especialidad, y es lógico que así sea porque la plástica es reconstructiva y la estética se emplea para mejorar el aspecto del paciente, pero las prácticas son iguales. Por poner un ejemplo, es más sencillo que yo empiece a aprender viendo una nariz que ha tenido un accidente de tráfico, o un cáncer de piel, o una quemadura, antes de tratar de dejar una nariz bonita. El terreno es el mismo, pero las manos se ejercitan haciendo, digamos, patología. Ese es el entrenamiento, porque los tejidos se manejan igual, y si lo que quiero es quitar un cáncer de piel en la nariz y que no quede marca, o curar una quemadura en la nariz y disimular la cicatriz al máximo, o tratar una fractura de nariz de un chico que ha atravesado el parabrisas en un accidente de coche y que se le note lo menos posible, estoy haciendo también estética, pero por una necesidad, y estoy tratando una patología, pero con el objetivo de que el resultado sea lo más estético posible.
Los pacientes deben saber que si se someten a una operación de cirugía estética con un médico que no tenga el título oficial, se están poniendo en manos de un médico con una formación, en principio, insuficiente
Lo que pueden hacer los pacientes es exigir al médico el título oficial, o meterse en la página web de la SECPRE (www.secpre.org) para ver los cirujanos plásticos que hay en su provincia.
¿A pesar de la crisis económica, España es uno de los países europeos donde se realizan más intervenciones estéticas al año, ¿cuál es el grado de satisfacción de los pacientes?
En general, cada vez los pacientes exigen más a los médicos, y a veces dicen ‘bueno, sí, esto es así, pero a mí no me gusta’. Esto conlleva que los seguros de responsabilidad civil que tenemos sean los más caros. Ya no es que esté bien hecho o mal hecho, es que 'no me gusta', por lo que se trata de una cuestión subjetiva que lleva a algunas reclamaciones, que en otros campos –ginecólogos, otorrinos…– no surgen porque están tratando a enfermos, y nosotros normalmente no tratamos a enfermos, sino a gente que quiere mejorar un aspecto de su físico, y es muy difícil hacerle ver virtualmente cuál va a ser el resultado. Puede ver otros ejemplos, otros casos, otras fotografías; podemos simularlo mediante el ordenador, pero nunca es tan real como el resultado final. Es como cuando eliges un sofá para una habitación, y después de comprarlo, lo pones en la habitación, y te das cuenta de que no queda bien. ¿Por qué? Puede ser porque la habitación es muy pequeña, el sofá es muy grande, los colores no combinan…
En cirugía estética, el paciente debe tener los pies en la tierra, y el médico debe procurar que las expectativas que tiene sean reales
Lo importante es que el médico informe lo más fehacientemente posible, para que el paciente se haga cargo de lo que está pidiendo, porque después no podemos decir que vamos a probar con otra cosa, ya que estamos hablando de cirugía y, si extirpamos algo, no hay marcha atrás. Por lo tanto, el paciente tiene que tenerlo muy claro, y si piensa que si se hace un estiramiento de cara quizá luego encuentre pareja, o encuentre trabajo, al final va a ser un desastre, porque es sacar las cosas fuera de lugar. El paciente debe tener los pies en la tierra y el médico debe procurar que las expectativas que tiene sean reales. No vale que traiga la foto del actor o de la actriz que le gustaría ser, porque no sabemos hacer eso, no sabemos cambiar las caras a ese nivel de milagro. Y cuando el paciente está tan desinformado, viene pensando que nosotros podemos hacer lo que un ordenador, y eso es algo virtual, pero no es real.
¿Es habitual realizar intervenciones estéticas a menores de edad? ¿En qué casos estaría indicado y cuándo es aconsejable esperar a la mayoría de edad para tomar una decisión al respecto?
Hay distintos casos, por ejemplo, cuando es una malformación congénita, se corrige en seguida. Yo he trabajado diez años en un hospital de niños, y si un bebé nace con el labio y el paladar abiertos, en cuanto se puede, a los tres meses, se opera; pero se trata de una patología, aunque busque una finalidad estética. Luego está un terreno intermedio, donde entra la psicología; por ejemplo, a los niños de siete u ocho años les operamos de las orejas separadas, porque la carga psicológica que puede tener este defecto, en cuanto a complejo de inferioridad en el colegio, lleva a los psicólogos a decir que es preferible someterlo a una cirugía y que psicológicamente se libere de esa carga y de ese complejo, y no que se aguante hasta los 18 años.
Por último, quedaría un poco ese limbo en donde lo que persigue a lo mejor el adolescente es un cambio estético, por ejemplo, en sus mamas, en el caso de las chicas que antes de los 18 años quisieran aumentar su pecho. Así de entrada, el médico se puede negar a operarlas; segundo, hasta que no cumplen 18 años no son mayores de edad y no pueden tomar la decisión, que en este caso han de tomar sus padres, y les obligamos a firmar a los padres -padre y madre- bajo su responsabilidad, que quieren eso para su hija. Y aun así, el médico puede decir ‘yo no lo hago, éticamente no me parece correcto’.
Voy a poner un ejemplo, he visto hace unos meses en mi consulta a una niña que viene con su madre por una asimetría mamaria, es decir, una mama la tiene normal, y la otra la tiene poco desarrollada. La madre preocupada, la niña tiene 16 años, y digo ‘bueno esto se arregla poniendo una prótesis en la mama que no se ha desarrollado para intentar igualar a la otra’; contesta la niña ‘bueno, es que yo lo que quería es que ya que me pongo una, ponerme en las dos’. Aquí se ve la intencionalidad. Porque en el primer caso se trata de intervenir una patología, para igualar y reparar esa deformidad, pero cuando lo que quieres es aumentar las dos ya entras en el terreno de la estética. Y esto hay que explicárselo a la madre, que a lo mejor no se ha dado cuenta de ese pequeño detalle. Aun así, el médico puede decir, ‘yo no estoy de acuerdo con esto, espérate a tener 18 años, que tendrás más cabeza’, porque a esta edad no se tiene perspectiva, y seguramente en su cabeza tiene lo que he dicho antes, esas imágenes, esas fotografías que han visto en las revistas, en la televisión, en Internet, etcétera, y se hacen una composición de lugar que puede ser muy falsa.
Injertos de grasa: múltiples aplicaciones
¿En el próximo Congreso Nacional de la SECPRE se abordará un tema de gran interés: la reconstrucción del pecho en las mujeres con cáncer de mama. ¿Cuáles son los principales avances que se han producido en estos tratamientos?
En general hay que decir que el abordaje del cáncer de mama ya no es tan agresivo como hace años. Ahora es mucho más limitado, y no a todo el mundo se le extirpa el pecho, el músculo que está debajo, toda la glándula, el pezón y la piel, sino que las resecciones que se hacen ahora son mucho más leves.
En mujeres operadas de cáncer de mama se utilizan injertos de grasa de la propia paciente, sobre todo para perfilar los detalles y que la mama reconstruida sea lo más parecida a la mama sana
En segundo lugar, lógicamente, las técnicas de reconstrucción han ido aumentando en número y en la mejoría de los resultados, y ya se pueden utilizar muchos tejidos, bien del abdomen o de la espalda, para cubrir la piel que falta en una mama. Por último, en los últimos años han progresado muchísimo los injertos de grasa para modelar también la mama. La mama la reconstruíamos llevando piel y colocando una prótesis de silicona para dar volumen, pero a veces para pequeños retoques se puede solucionar no con una prótesis, sino con injertos de grasa del propio paciente, lo que se llamaría un trasplante de grasa o lipoinyección, y esto ha revolucionado mucho este campo, sobre todo para perfilar los detalles y que la mama reconstruida sea lo más parecida a la mama sana.
¿En mujeres sanas, el aumento de pecho es una de las intervenciones más demandadas, y para ello existe una nueva técnica, el implante de grasa autóloga. ¿Se puede emplear en todos los casos?
Sí, pero hay que tener en cuenta que con eso apenas se consigue una talla. Yo lo realizo, pero realmente la chica que viene para aumentarse el pecho, seguramente cuando le hablas de una talla dice ‘bueno, no es mi caso’. Es decir, que se tiene que utilizar en casos donde el paciente esté aceptando eso, que apenas va a aumentar una talla, para alguien que solo quiere un poquito más, y para ese tipo de paciente sí le vendría bien porque, además, al quitar grasa de otras zonas también se mejoran esas zonas.
¿Y de dónde se obtiene esta grasa?
Lo más frecuentes es que se obtenga de la zona de las caderas, o sea, las pistoleras y la cadera alta, en principio. Muchas veces del abdomen también; si la persona tiene algo más de peso se puede recurrir al abdomen.
¿Y esa grasa, una vez que se hace el implante en el pecho ¿no se reabsorbe?
Sí, se reabsorbe al cincuenta por ciento. De lo que inyectamos, la mitad se pierde, y no por poner mayor cantidad se consiguen mejores resultados, porque esa grasa tiene que sobrevivir, y para ello tiene que estar rodeada de tejido sano. Y, aun así, depende también de cómo esté implantada esa grasa; no puede ser un bolo, una sola inyección de grasa en la misma zona, porque ahí solo prendería la que está rodeada de tejido sano y el resto se moriría, por lo que se perdería más del cincuenta por cien de la grasa que estamos inyectando. Lo que quiero decir es que no es arcilla, no es barro que se modela, sino que tiene sus condiciones y sus reglas para que prenda, y el paciente debe saber que de lo que se le inyecta solo sobrevivirá el cincuenta por ciento.
¿Los injertos de grasa también se pueden utilizar para tratar diversas afecciones estéticas, ¿cuáles son sus principales aplicaciones?
Entre las aplicaciones principales está la cara, porque va bien para el rictus; en ese caso se trata de rellenar los surcos en la cara, pero también se pueden crear pómulos. Se puede utilizar también para aumentar los glúteos, puesto que lógicamente les va a dar más curvatura y más convexidad. Y se puede inyectar en zonas tan dispares como un pene, para engrosarlo. Es decir, que tiene múltiples aplicaciones y en muchos terrenos.
¿En el caso de la cara, se consiguen resultados similares a los del ácido hialurónico?
No. El tratamiento con ácido hialurónico tiene una vigencia más o menos de un año, y posteriormente hay que volver a inyectar, mientras que de la grasa que se inyecta en la cara se pierden dos terceras partes –estamos hablando de que se pierde el 66% y se mantiene un 33%–, y la que queda duraría para toda la vida. Lo que ocurre es que si hay que inyectar 100 para que se quede en 33, se deforma mucho la cara y permanece deformada durante bastantes semanas, y hoy en día la gente lo que quiere es la cirugía rápida, que no se note, y con una recuperación casi inmediata, para poder salir al día siguiente a la calle… Esto hay que explicárselo al paciente, para que se dé cuenta de que si se le realiza un injerto de grasa en la cara, como se van a perder dos terceras partes, hay que poner un poquito de más para que quede lo suficiente, y esto les deforma por la hinchazón, y porque tendrán también algún moratón, lo que conlleva, como mínimo, dos semanas de reclusión y, si sale a la calle antes, la gente le reconocerá, pero se darán cuenta de que está raro e hinchado.
En el caso del ácido hialurónico, lo inyectas, sale corregido en el momento, y apenas se hincha. En el caso de la grasa, se ejerce traumatismo y se va a producir inflamación y algún moratón, y el paciente lo tiene que saber antes.
Cirugía estética y embarazo
¿Durante el embarazo se producen cambios en el cuerpo de la mujer, y recuperar la figura perdida suele requerir bastante tiempo y esfuerzo. Por ese motivo, muchas famosas recurren a la cirugía estética para acelerar el proceso. ¿Qué puede hacer la cirugía estética para mejorar el aspecto físico tras el parto?
Creo que hay muchos fantasmas en lo que se dice a este respecto, porque el cirujano plástico en el hospital, con el ginecólogo, lo máximo que puede hacer es, si acaso el parto ha sido mediante cesárea, que le dejen suturar a él, ya que a la hora de coser puede ser más puntilloso, y que la sutura se note lo menos posible, pero no podemos abordar ninguna otra causa de cirugía en el parto inmediato.
Con respecto al embarazo, si una mujer engordase muchísimo se van a producir más destrozos en su pared abdominal, porque es una cuestión de volumen, y van a aparecer más estrías, separación de músculo…, que si la persona se cuida mucho y solo engorda lo imprescindible, está vigilada por su ginecólogo, y se mantiene bien durante toda la gestación. Eso es un factor trascendental, y otro factor trascendental es la genética, porque yo como médico he visto a niñas de trece años plagadas de estrías, similares a las del embarazo, ya que engordar y adelgazar también puede crear estrías, incluso en personas muy jóvenes. Y en el embarazo ocurre que un crecimiento muy rápido de la piel, que hace que se rompa por dentro, va a dejar una estría, que es algo que se va a ver durante toda la vida.
Después del parto el abdomen y el útero están hinchados, y hay que esperar; el cuerpo de una mujer no se reconstruye inmediatamente tras el parto
Después del parto el abdomen y el útero están hinchados, y hay que esperar, aunque se pueden colocar fajas para que aquello se rectifique antes, pero el cuerpo de una mujer no se reconstruye inmediatamente tras el parto.
¿Entonces, ¿cuánto tiempo es conveniente esperar antes de someterse a una intervención tras el parto?
Si se trata de un tratamiento quirúrgico yo diría que hay que esperar al menos seis meses, porque en algunas zonas los tejidos necesitan más de cuatro meses para deshincharse, y ni qué decir tiene que un parto puede ser incluso agresivo y haber dañado estructuras, y por ello conviene dar un mínimo margen para que los tejidos se recuperen. Lo demás es ciencia-ficción, aunque puede ser que una mujer tenga una genética que le permita que dé a luz y al mes esté fenomenal, pero desde luego la que se queda peor que antes, por las estrías, por la dehiscencia de los músculos rectos, por alguna hernia que se produzca, o por flacidez después del parto, no se va a poner delante de los fotógrafos para salir en las revistas.
¿La cirugía es uno de los campos de la medicina que más ha avanzado en los últimos años, y que, además, se ha aprovechado de la incorporación de nuevas tecnologías. ¿Qué mejoras destacaría en las técnicas de cirugía estética? ¿Son ahora más seguras y efectivas?
Sí, sobre todo si nos remontamos a los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, que es cuando se puede decir que nació la cirugía plástica, para solucionar casos de mutilaciones de guerra, lesiones en la cara, quemaduras, etcétera. Es una especialidad que nace en los países anglosajones, en Inglaterra y en Estados Unidos. Aquí en España no existía antes de la guerra civil y, por tanto, no tiene mucha andadura. Ha progresado tecnológicamente, sobre todo en lo que es la microcirugía, que hace 20 años estaba naciendo. Hay procedimientos, como el trasplante de cara, que es un adelanto impensable hace diez años.
En cuanto a la cirugía estética para rejuvenecer ha mejorado fundamentalmente en que cada vez consigue resultados más naturales. Antes se notaban mucho las operaciones, y una cirugía diez es aquella que está bien hecha, y que no se nota que se ha hecho. Antes era muy exagerado, y las operaciones de nariz hace 30 años se notaban muchísimo. Claro que a lo mejor también se operaban deformidades tremendas; por ejemplo, una persona que tenía una nariz tan prominente que cualquier cosa que se le hiciera quedaba bien. Eso es en lo que yo creo que se ha progresado más en los últimos años.
La cirugía estética para rejuvenecer ha mejorado fundamentalmente en que cada vez consigue resultados más naturales
También, lógicamente, hay nuevos productos y técnicas que han revolucionado los tratamientos, como el bótox, que hace más de 15 años no existía, los rellenos, el injerto de grasa del que hemos hablado y que está de moda, y todavía queda mucho por avanzar en ese terreno, como insertar células madre en los tejidos para que de alguna forma se puedan diferenciar y recuperar tejidos más jóvenes en pacientes de más edad. Y es que las técnicas para mejorar estéticamente van parejas a las nuevas expectativas de longevidad que ya tenemos hoy en día.