Asun González
19 de abril de 2024
El SIBO o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado es una alteración de la microbiota que puede deberse a numerosas causas, desde una intoxicación alimentaria hasta enfermedades inflamatorias intestinales o de otro tipo, y que además de provocar molestias como hinchazón abdominal y un exceso de gases, puede dar lugar a complicaciones. Asun González, bióloga y asesora nutricional especializada en salud digestiva al frente de Guerras Intestinas y autora de '¿Tú también tienes SIBO?' (Alienta editorial) nos explica cómo podemos identificar si sufrimos esta afección, qué factores de riesgo que contribuyen a su aparición podríamos evitar y cuál es el tratamiento más indicado en cada caso en función del origen del problema.
Para aquellos que no estén familiarizados con el término, ¿podrías explicarnos qué es el SIBO?
SIBO significa sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, por sus siglas en inglés, y se debe a que las bacterias crecen en exceso en el intestino delgado, donde de forma natural hay algunas, pero no demasiadas, y cuando hay demasiadas bacterias estas fermentan mucho la fibra y la comida que llega al intestino delgado y producen muchos gases. El síntoma más característico del SIBO es una hinchazón muy grande que hace que la barriga aparezca dura e hinchada, literalmente como si la persona estuviera embarazada.
Es importante destacar que el SIBO no es una infección, sino un desequilibrio en la microbiota, y esto lo digo porque muchas veces lo primero que pensamos es en tomar antibióticos y eso suele agravar el problema, ya que estos fármacos en sí mismos son causa de SIBO porque eliminan bacterias que pueden ser beneficiosas para el organismo.
Además de los gases y la hinchazón abdominal que mencionas. ¿Qué otros síntomas son los más comunes en alguien que tiene SIBO?
Lo cierto es que los síntomas de SIBO son un poco inespecíficos porque se pueden confundir con los de muchas otras patologías como, por ejemplo, la enfermedad inflamatoria intestinal, una celiaquía, etcétera. Y, a su vez, esas enfermedades son causa de SIBO y pueden coexistir. Además, esto es lo más habitual porque el SIBO muchas veces es consecuencia de otra afección y por eso es muy importante buscar las causas.
A veces únicamente se debe a una alteración de la microbiota tras haber seguido un tratamiento con antibióticos u otros fármacos que desequilibran esa microbiota, y otras veces se trata de las enfermedades que he mencionado, una infección por Helicobacter pylori, etcétera.
El SIBO no es una infección, sino un desequilibrio en la microbiota, y tomar antibióticos suele agravar el problema
El síntoma más característico es el de la hinchazón, pero también son habituales todos los relacionados con el síndrome de intestino irritable, como estreñimiento, diarrea, o gases a diario comas lo que comas –te levantas plana y con la comida se hincha el abdomen–, por lo que piensas que algo te está sentando mal, pero no acabas de identificarlo.
El SIBO también causa muchas intolerancias, por eso, cuando detectan que tenemos intolerancia a la fructosa, o al sorbitol, también podría deberse a SIBO, ser consecuencia de ello. Y además podemos experimentar dolor abdominal, problemas en la piel como eccemas, cansancio, niebla mental y falta de concentración, dificultades para dormir a causa de los gases… Al final se van acumulando una serie de síntomas que pueden afectar mucho a la calidad de vida.
Ahora se habla muchísimo del SIBO y seguro que hay muchos mitos y desinformación circulando sobre el tema. ¿Hay algún mito en particular que te gustaría aclarar?
En primer lugar, me gustaría decir que el SIBO no es una moda, sino que lleva estudiándose desde hace décadas. Otro que ya he comentado antes es que no es una infección, sino un desequilibrio de la microbiota que no hay que tratar con antibióticos. También es importante desmentir que se pueda instaurar directamente un tratamiento sin buscar la causa, porque eso puede llevar a empeorar el problema.
Factores de riesgo del SIBO, diagnóstico y tratamiento
¿Hay hábitos de vida o factores que se consideren de riesgo para el desarrollo de SIBO?
Sí, los hábitos de vida pueden ser protectores o causantes de enfermedad, tanto de SIBO como de otros problemas de salud, y todo lo que nos afecta a nosotros como personas afecta a la microbiota. Por eso, el estilo de vida es muy importante y no seguir una dieta adecuada y consumir ultraprocesados, bollería industrial, refrescos, o comida basura en general es causa directa de SIBO, además de contribuir a la aparición de otros problemas de salud, como la diabetes.
Con el SIBO podemos experimentar dolor abdominal, problemas en la piel como eccemas, cansancio, niebla mental y falta de concentración, dificultades para dormir a causa de los gases…
No hacer ejercicio, no descansar bien o tener un estrés disparado, sufrir alteraciones emocionales por estar pasando una época complicada…, todo esto puede provocar problemas digestivos. También padecer enfermedades sistémicas, como las que afectan a la boca, al estómago, patologías inflamatorias o autoinmunes, afecciones del tiroides y, en general, cualquier problema de salud, nos puede ocasionar SIBO.
Recomiendo que se tenga especial cuidado durante los viajes y se tomen todas las medidas de precaución, sobre todo cuando se viaja a destinos exóticos, porque una de las causas de la aparición de SIBO es la diarrea del viajero, que es mucho más frecuente de lo que se piensa.
Las intoxicaciones alimentarias pueden tener como consecuencia el desarrollo de SIBO porque provocan una inflamación aguda, diarrea y un desequilibrio de la microbiota. Se estima que entre una y dos personas de cada 10 no resuelven bien la intoxicación que han sufrido y mantienen un desequilibrio en la microbiota que puede desencadenar SIBO. También pueden experimentar SIBO post-infeccioso, que se debe a unas toxinas que hacen que se desarrolle autoinmunidad hacia la propia motilidad, hacia las células de Cajal, que se encargan de la motilidad del sistema digestivo.
¿Qué pruebas pueden identificar la presencia de SIBO y determinar el tratamiento?
Si alguien sospecha que puede tener SIBO lo primero que debe hacer es acudir a un profesional. Recomiendo que se hagan la prueba de SIBO, que es sencilla y está disponible en casi todos los centros privados, aunque en los públicos no lo he visto en casi ninguno. Se trata de una prueba de aire expirado, similar a la de la lactosa, en la que bebemos un azúcar y vamos soplando en un tubito a través de una pajita durante un lapso de tres horas.
Los microorganismos son muchos y muy variados y si quieres una acción específica y dirigida hay que escoger el probiótico adecuado, porque no todos valen
Lo más pesado es que dura tres horas, pero, aunque deba estar todo dirigido por un profesional, si te dan las instrucciones te la puedes hacer en casa. Con esta sencilla prueba se puede saber si tienes SIBO o no, y de qué tipo. Y si tienes esas molestias y la prueba del SIBO da negativo se pueden buscar otras causas para, de esta forma, determinar cuál es el tratamiento más adecuado en tu caso.
¿Es posible tener SIBO de forma puntual y que desaparezca espontáneamente, o cuando aparece solo se puede eliminar con un tratamiento o cambio de hábitos?
Las dos cosas son posibles. Hay gente que lo tiene toda la vida, incluso desde la infancia, porque tienen un desequilibrio en esta microbiota o algún problema de salud sin diagnosticar, que en mi caso era una celiaquía. También puede ocurrir que se corrija solo; esto no es lo más habitual, pero hay algún afortunado que sufre SIBO de forma puntual después de haber tomado antibióticos, por ejemplo, y aunque la gente solo consulta si tiene molestias, a veces con una sola tanda de probióticos se soluciona muy bien.
Los probióticos que mencionas, ¿tienen que estar específicamente diseñados para combatir el SIBO?
La acción de los probióticos depende de la cepa. La cepa la indican esos numeritos que van detrás del nombre, como Lactobacillus acidophilus y después algo más –LA14– que sería como su carné de identidad. Esto pasa porque los microorganismos son muchos y muy variados y si quieres una acción específica y dirigida hay que escoger el probiótico adecuado porque no todos valen, y aparte de que tengan una calidad que esté comprobada hay que elegir bien la cepa en función de los efectos que queremos conseguir.
Se deben tomar medidas de precaución al viajar a destinos exóticos, porque una de las causas de la aparición de SIBO es la diarrea del viajero
Yo nunca aconsejo tomar probióticos porque sí y a granel –cuantos más, mejor– porque eso no funciona, sino que se debe seguir una estrategia, al igual que ocurre con los medicamentos.
La alimentación desempeña un papel clave en la aparición y el manejo del SIBO. ¿Podrías recomendarnos algunos alimentos que sean beneficiosos y aquellos que deberíamos evitar?
Si tuviera que recomendar algo súper beneficioso para todo y que suele sentar bastante bien es el pescado azul pequeño –sardinas, anchoas…, que no acumulan mucho mercurio– y las verduras cocinadas, específicamente el puré de verduras. Estos dos tipos de alimentos, además, incluyen los nutrientes necesarios porque contienen proteínas, omega 3, vitaminas…
La fruta si te sienta bien la puedes tomar, pero tampoco es necesaria desde el punto de vista nutricional porque se puede sustituir por las verduras, por ejemplo, el pimiento contiene mucha vitamina C. Y las legumbres por lo general sientan mal a las personas con SIBO.
Además de elegir los alimentos que sienten mejor y de administrar los probióticos más indicados, ¿hay algún otro tratamiento que pueda eliminar el SIBO?
Hay muchas cosas que se pueden hacer porque como el SIBO es tan multifactorial las opciones son infinitas. No se puede dar una pauta que sirva para todos porque cada persona es un mundo y en cada afectado la causa puede ser diferente: en unos puede ser porque no duermen bien, en otros porque toman refrescos, a otros se lo provocó un tratamiento con antibióticos, otros lo tienen porque padecen Crohn…
Una o dos personas de cada 10 no resuelven bien la intoxicación alimentaria que han sufrido y mantienen un desequilibrio en la microbiota que puede desencadenar SIBO
Cuando llega un paciente con SIBO empiezo por repasar las opciones: qué podemos hacer respecto a la alimentación, al ejercicio, al descanso… Y una vez establecidos los hábitos de vida beneficiosos miro qué probióticos pueden ayudar y los cambios a introducir en la dieta para que, poco a poco, vaya tolerando alimentos como las legumbres, por ejemplo.
¿Hay algún área de investigación sobre el SIBO que te parezca particularmente prometedora o quieras destacar?
Hay muchas áreas en las que se está investigando, empezando por la prevención, ya que se está desarrollando vacunas para prevenir la autoinmunidad que se desarrolla cuando sufrimos una intoxicación alimentaria. Esto puede ser muy útil para las personas a las que les ha pasado esto y van a hacer un viaje y tienen miedo de que les vuelva a ocurrir.
A nivel del diagnóstico se están desarrollando desde pruebas en las que sólo hace falta soplar una vez, hasta cápsulas que te tragas y van recogiendo una muestra de gases y de microbiota en el intestino que luego se pueden analizar. Respecto al tratamiento, es muy prometedor un consorcio de probióticos, que consistirán en probióticos súper dirigidos y personalizados para cada caso. El trasplante de microbiota fecal espero que llegue prontito porque puede ser de gran ayuda; sería algo parecido a un trasplante de órgano.