Dr. Juan Antonio Corbalán
21 de mayo de 2020
Muchos países golpeados por la pandemia del coronavirus están retornando poco a poco a la “nueva normalidad” gracias a la adopción de medidas más laxas que, entre otras cosas, permiten la práctica de ejercicio físico al aire libre. Tras varias semanas de parón, hay quien se verá tentado a querer recuperar de forma exprés el tiempo perdido. Craso error. Así lo explica el doctor Juan Antonio Corbalán, director de la Unidad de Salud Deportiva de Vithas Internacional Madrid, y uno de los deportistas más laureados de la historia del baloncesto español, que recuerda que en el deporte y en el entrenamiento todo proceso requiere su tiempo “por lo que hay que saber manejar el riesgo de forma inteligente”. El experto, al que hemos tenido el placer de entrevistar en Webconsultas, reconoce que aún existe mucho desconocimiento sobre las secuelas que la COVID-19 puede dejar en los deportistas y explica que éstas no serán más o menos peligrosas en función de si la práctica deportiva se ejerce en la élite o a nivel amateur. Para estos últimos, no obstante, Corbalán recomienda hacerse un reconocimiento médico antes de retomar el ejercicio y tener presente una máxima: que no debe haber prisas en recuperar la forma física previa al confinamiento porque no vamos a vivir de esto y todo resultado puede esperar.
El coronavirus no distingue entre edades, profesiones o clases sociales. Nadie está a salvo de él. Tampoco los deportistas. En el caso de los profesionales, ¿el haber sufrido esta enfermedad puede dejar secuelas físicas que se manifiesten en la vuelta a los entrenamientos y la competición?
La enfermedad por COVID-19 da un cuadro muy heterogéneo en la población. Desde pasar completamente asintomático a cuadros muy graves de afectación multisistémica, fundamentalmente pulmonar. Las secuelas pulmonares son evidentes después de una neumonía bilateral y serán la principal secuela en forma de fibrosis y focos de atelectasia y pérdida alveolar.
“Para una infección por coronavirus, el ser deportista puede que te dé fuerzas para resistirla, pero no te hace distinto para padecerla o desarrollar determinadas secuelas”
Pero hay más secuelas que pueden quedar tras el COVID-19, como resultado de la afectación de corazón y aparato cardiovascular, problemas neurológicos, etcétera. Realmente no sabemos nada y será en los próximos meses cuando vayamos viendo las consecuencias a medio y largo plazo que ha tenido esta enfermedad que, por cierto, no ha acabado ni mucho menos.
Los deportistas profesionales, no obstante, son un porcentaje ínfimo del total de la población que en países como España practica deporte. ¿Pueden ser mayores o más peligrosas esas secuelas entre estos deportistas aficionados?
No. Las secuelas tendrán que ver con la carga vírica de los pacientes, los cuadros clínicos que hayan desarrollado y otros factores que estarán por descubrir. Para una infección como ésta, el ser deportista puede que te dé fuerzas para resistirla, pero no te hace distinto para padecerla o desarrollar determinadas secuelas.
Le preguntaba lo de “más peligrosas” porque los deportistas de élite tienen a un equipo médico detrás con el que no cuenta el deportista aficionado. ¿Sería importante que estos deportistas amateurs se sometiesen a algún tipo de prueba antes de retomar la actividad física anterior a la infección por COVID19?
Yo creo que lo más importante es estar libre de carga vírica y conocer en caso de positividad la respuesta inmunológica. A partir de esos datos, hacer un reconocimiento parece una actitud aconsejable para todos aquellos deportistas aficionados de cierta dedicación o ánimo competitivo.
“Hacer un reconocimiento médico previo a retomar la actividad física parece una actitud aconsejable para todos aquellos deportistas aficionados de cierta dedicación o ánimo competitivo”
En los deportistas meramente ocupacionales, con someterse a reconocimientos convencionales similares a los previos a la epidemia sería suficiente
Claves para retomar el ejercicio tras el confinamiento
Aunque no hayan sufrido el COVID19, muchos deportistas aficionados han estado encerrados en casa durante dos meses. Por más que uno intente mantenerse activo, ¿pasa factura física un encierro como el que hemos vivido durante la etapa de confinamiento absoluto?
Supone un fenómeno de desentrenamiento, sin duda, pero nada que sea irrecuperable en unas semanas de vuelta al entrenamiento. Además, los deportistas que estaban en forma recuperarán muy rápidamente la forma. Quizás no su mejor estado, pero sí el suficiente para acometer los retos deportivos que tuvieran marcados.
“Para la vuelta al deporte aconsejo mucha carga aeróbica inicialmente, con ejercicios donde importe más el tiempo de trabajo que la carga del entrenamiento”
Hoy ya existe de nuevo la posibilidad de salir y retomar la práctica de ejercicio al aire libre. ¿Es peligroso que por tantas ganas como teníamos queramos retomar la actividad física en el nivel en el que la habíamos dejado?
Para los deportistas de prácticas más agonísticas, sí que recomiendo un periodo de un mes aproximadamente para la vuelta a las cargas más exigentes. Hay que hacer una pretemporada prácticamente. Empezar con grandes cargas puede ser fruto de lesiones musculares o sobrecargas.
¿Qué consejos daría a quienes vuelven estos días a recuperar la práctica de ejercicio?
Más o menos las pautas que se recomendarían después de unas vacaciones de verano. Mucha carga aeróbica inicialmente, con ejercicios donde importe más el tiempo de trabajo que la carga del entrenamiento. Poco a poco, con el paso de las semanas, habría que ir introduciendo ejercicios de fuerza progresiva, actividad más exigente y trabajo más específico de potencia, velocidad, resistencia, etcétera.
“Si no se hace bien la vuelta al trabajo de forma creciente y sabiendo dónde estábamos y dónde queremos llegar, todo inicio de actividad tras un largo periodo de quietud es un proceso peligroso”
Yo planificaría un mes con una semana de acondicionamiento, dos de carga de trabajo creciente y una última de mayor exigencia. Pero al final esto depende mucho de la sensibilidad del deportista y de sus entrenadores, que son los que mejor pueden conocer la situación de cada deportista. En todo caso, esta situación obliga a introducir un mesociclo de entrenamiento dentro de la temporada.
El peligro de las lesiones deportivas en la desescalada
¿Es más fácil caer lesionado al retomar la actividad física tras dos meses de parón?
Si no se hace bien la vuelta al trabajo de forma creciente y sabiendo dónde estábamos y dónde queremos llegar, todo inicio de actividad tras un largo periodo de quietud es un proceso peligroso, sobre todo si se hace sin inteligencia o sin los consejos adecuados.
¿Cuáles diría que son las lesiones que se van a ver con más frecuencia en estas primeras semanas de retorno al ejercicio físico?
El desentrenamiento puede provocar muchas lesiones por pérdida de la condición muscular ideal para la carga exigida y seguramente el músculo será el más perjudicado: isquiotibiales, gemelos y otros músculos muy requeridos, pero no podremos olvidar las lesiones tendinosas y articulares, sobre todo en aquellos deportistas que arrastran muchos años de práctica.
“El desentrenamiento puede provocar muchas lesiones por pérdida de la condición muscular ideal para la carga exigida en isquiotibiales, gemelos y otros músculos muy requeridos”
Por otro lado, la pérdida debido a la inactividad del tono propioceptivo para los movimientos de máxima exigencia del deporte puede ser el origen de lesiones por traumatismos o caídas.
¿Qué consejos o precauciones podemos seguir para evitarlas en la medida de lo posible?
El primero consejo pasaría por no querer recuperar el tiempo perdido. Todo tiene su proceso en el deporte y en el entrenamiento, por lo que hay que saber manejar el riesgo de forma inteligente. El segundo consejo sería cuidar el descanso y la alimentación. Por último y muy importante, porque a veces se nos olvida, hay que entender que no vamos a vivir de esto y que todo resultado puede esperar.
“No hay que querer recuperar el tiempo perdido. Todo tiene su proceso en el deporte y en el entrenamiento, por lo que hay que saber manejar el riesgo de forma inteligente”
No hay más secretos y no hay mejor consejero que el sentido común. Un médico, deportivo o no, un entrenador y un fisioterapeuta, cuando haga falta, pueden ser de mucha utilidad en esta fase de reentrada.