Francisco Castaño Mena
28 de marzo de 2018
Francisco Castaño Mena (@francasta en Twitter), profesor de Educación Secundaria y orientador familiar, acaba de publicar su tercer libro La mejor medalla: su educación(Grijalbo), a través del cual pretende que los padres comprendan la importancia que tiene el deporte en la educación de sus hijos. Y no sólo como hábito saludable en sí mismo, sino también como herramienta para transmitirles múltiples valores. Eso sí, insiste en que no podemos perder de vista un objetivo: que se diviertan. Es por ello por lo que pide a los padres que dejen a un lado la competitividad y se centren en el disfrute porque, según nos dice, “la competición es un medio para aprender y no puede ser en ningún caso el fin en sí mismo porque entonces pierde todo el sentido”.
Se acaba de publicar La mejor medalla: su educación. ¿Qué buscas transmitir con este nuevo libro a tus lectores?
Lo que busco transmitir a los padres con este libro es que con cualquier actividad que hacen nuestros hijos puede ser una buena oportunidad para educarlos. El deporte es una de las actividades que más realizan los niños (más de un 70% de niños y niñas hacen deporte fuera del colegio) y, por tanto, lo que quiero es sacar el mayor partido a todas las cosas buenas que nos ofrece el deporte, para que luego esos mismos niños las puedan implementar en su vida y en su día a día según vayan creciendo.
¿Qué beneficios aporta el deporte a un niño o adolescente?
Bueno, los beneficios que aporta el deporte a los adolescentes son muchos. A parte del propio componente físico que va asociado a la propia actividad, aporta diversión, les enseña a cuidarse, aprenden valores, que las cosas no llegan en el momento, que hay que respetar unas normas. Son tantos los beneficios que aporta que por eso yo creo que es muy necesario que practicarlo entre todos los niños y niñas debe ser una prioridad.
El deporte aporta a los adolescentes diversión, les enseña a cuidarse, aprenden valores, que las cosas no llegan en el momento, que hay que respetar unas normas
La obesidad es una cuestión multifactorial en la que intervienen diversos y complejos factores. Uno de ellos es el sedentarismo. ¿Qué opinas de los hábitos deportivos de los escolares en España?
Si bien es cierto que, como decía antes, hay un 70% de niños y niñas que practican deporte, también lo es que están aumentando el sedentarismo a niveles preocupantes. Somos el segundo país de la UE en obesidad infantil. Influye en ese aumento las nuevas tecnologías, los videojuegos, los móviles, que lo que están haciendo es sobre todo que los niños se enganchen y pasen muchas horas sentados frente a las pantallas.
Tenemos que intentar que los niños hagan más deporte y que así salgan de ese sedentarismo. Esto creo que es una labor importante por parte de los padres ya que, si el sistema educativo es el que es, y de momento no lo podemos cambiar, pues creo que desde casa tenemos que fomentar la práctica de ejercicio. Pero, ojo, siempre con el objetivo de que el niño o la niña se divierta y haga algo de ejercicio. Es una actividad muy necesaria.
Educar no es evitar que sufra, no es darle todo. Hay que poner límites, normas, enseñar valores, y todo ello siempre con mucho cariño
Relación entre padres e hijos a través del ejercicio
Dices en la introducción del libro que “La educación es, sobre todo, un camino en el que escuchamos a los demás y aprendemos de ellos”. Y te refieres con ello a lo que aprenden nuestros hijos de los adultos de su entorno, pero también de lo que podemos aprender nosotros de otros padres. Digo yo, que de los hijos también tenemos mucho que aprender, ¿no?
Hay una frase de Umberto Eco que a mí me gusta mucho que dice que “Nosotros somos lo que nuestros padres nos enseñaron cuando no nos enseñaban nada”. Quiere decir que aprendemos más de lo que vemos en nuestros padres, que lo que nos dicen. De su ejemplo. Yo aprendo mucho de mis alumnos, de mis hijos, pero no podemos olvidar que nosotros somos su referente. Por tanto, no podemos olvidar que tenemos que hacerlo lo mejor posible para educar a nuestros hijos; entendiendo que yo defino la educación como enseñar a los hijos a valerse por sí mismos. Enseñamos más con lo que hacemos que con lo que les decimos.
¿Cuál dirías que es el valor más importante en la educación de los hijos?
El valor más importante de la educación es enseñarle a ser autónomo. Como decía en la pregunta anterior es poder enseñarle a valerse por sí mismo. Educar no es evitar que sufra, no es darle todo. Hay que poner límites, normas, enseñar valores, y todo ello siempre con mucho cariño. Es, en definitiva, darle las herramientas necesarias durante la infancia para que cuando llegue a la edad adulta pueda y sepa desenvolverse.
Yo siempre digo que solemos educar a nuestros hijos en Walt Disney cuando la vida es The walking dead. Les estamos engañando, porque les damos una realidad falsa.
Educamos a nuestros hijos en Walt Disney y la vida es The walking dead
Practicar deporte en familia y dar ejemplo en casa con hábitos saludables. ¿Puede ser también una manera de animar a nuestros hijos a descubrir una vida más saludable?
Los hijos imitan lo que hacen los padres. Por poner un ejemplo, todos los niños que están en la escuela de ciclismo de mi hijo son hijos de personas a las que les gusta la bicicleta. No es muy común ver a un niño que quiere hacer un deporte, que no sea el fútbol, si sus padres no lo practican o no les gusta. Si tú tienes unos hábitos de vida saludables, si no fumas, si eres responsable en tu trabajo, tu hijo lo ve y está claro que es el mejor aprendizaje que puede recibir.
Diversión y aprendizaje: objetivos del deporte escolar
“Si un adulto debe escoger sus propios objetivos, ¡con más razón tiene que hacerlo un niño!”. La presión de los padres a los hijos por conseguir determinadas metas en el deporte, ¿puede provocar el rechazo por la actividad?
Por supuesto. Una de las cuestiones más importantes que debemos plantearnos como padres es qué deportes escogen y quién los ha de escoger. El objetivo principal del deporte es que el niño o la niña se divierta. No se les ha de presionar pero eso no exime del compromiso que ha adquirido al apuntarse a esa actividad. Si una vez que la ha probado, decide apuntarse, ha de ir todo lo que dure la temporada o curso. Es por eso por lo que diferencio siempre claramente que una cosa es el compromiso y otra la presión. El compromiso es que tiene que cumplir con las normas, que tiene que ir a entrenar, que debe respetar… Y luego está la presión, que es otra cosa, a la que muchos padres someten a sus hijos para que ganen o para que destaquen.
La competición es un medio para aprender, no puede ser en ningún caso el fin en sí mismo porque entonces pierde todo el sentido. El niño tiene que aprender a ganar, a perder, a disfrutar cuando las cosas salen bien, a ayudar a los compañeros. Si yo presiono al niño para que gane, teniendo en cuenta que los objetivos suelen ser inalcanzables (porque todos pensamos que nuestro hijo es Messi, Induráin o Rafa Nadal), se va a frustrar y es entonces cuando va a haber un rechazo a la práctica de la actividad deportiva.
Insistes mucho en que ante todo el deporte debe ser un aprendizaje divertido. ¿Qué crees que es positivo tener en cuenta o hacer para no perder de vista ese importante objetivo?
Lo fundamental del deporte es que se diviertan, y eso lo vemos en nuestros hijos: en su actitud con respecto al ejercicio, en cómo va cada día, cómo lo afronta. Si un niño hace una actividad extraescolar y no se divierte, lo acabará dejando. El objetivo fundamental de la práctica de deporte es adquirir unos hábitos de vida saludables, a parte de aprender todos los valores que hemos dicho. Si tú a un niño le presiones, le obligas, al final llegado a la adolescencia, que es un momento en el que ya puede posicionarse más y tener un espíritu más crítico, pues no va a seguir con ello. No irá y encima no va a volver a hacer deporte, por lo que los hábitos saludables quedan en un segundo lugar.
Por eso, yo insisto en que el objetivo es que se divierta, así conseguiremos que esté el mayor tiempo posible, alejándose conductas de riesgo y probablemente continúe practicando deporte siempre.
El objetivo principal de hacer deporte ha de ser que el niño o la niña se divierta
Decía el experto en educación Pablo Lipnisky en el documental La educación prohibida que “Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz. La gente educa para la competencia, y la competencia es el principio de cualquier guerra”. ¿Qué opinas de esta afirmación y cómo casa esto con la competitividad en el deporte?
Hemos de enseñar a los hijos a superarse a sí mismos no ha superar a los demás. Si tú animas a tu hijo a superarse a sí mismo, con sus cualidades, sus posibilidades, sus propias metas, conseguiremos que se sientan bien. Luego ya, si tiene condiciones, superará o no al compañero, pero eso debe ser secundario.
El problema es cuando le presionamos para que ganen a otros, porque entonces es cuando no va a disfrutar de la actividad en cuestión. Siempre va a estar preocupado en ganar a los demás, sino lo consigue va a estar enfadado, y no va a ser feliz, y si lo consigue, probablemente pecará de falta de humildad.
Referentes en educación y deporte
Casi la mitad del libro son entrevistas a personas que pueden aportar mucho a entender la relación entre deporte y educación. ¿Qué has aprendido de todas ellas?
Yo quería que hubiera gente que me diera su versión de lo que significa el deporte en la educación. Aroa García, Purito, Vallejo, Pedro García Aguado… De cada uno podemos aprender una cosa: el valor de la amistad, de la humildad, etcétera. Hay muchas cosas que ellos responden que nos puede servir a los padres para educar mejor a nuestros hijos en el deporte.
Una cosa es el compromiso y otra la presión. El compromiso es que el niño tiene que cumplir con las normas, que tiene que ir a entrenar, que debe respetar…
¿Qué crees que tienen en común todos los entrevistados?
Todos los entrevistados tienen en común valores como la perseverancia, el esfuerzo y la constancia. Todos los deportistas de élite han tenido que pasar por lo mismo, pero también otras personas como un músico, Josemi Pérez Sagaste (saxofonista de Sabina, entre otros), al que entrevisto, por dar otra versión de fuera del deporte, comparte el mismo sacrificio que los demás y los mismos valores de esfuerzo y lucha. Además, todos coinciden en que los niños se han de divertir, que no son profesionales. Los profesionales son ellos.
El ritmo de vida que llevamos con horarios interminables a menudo no nos lo pone fácil para que el deporte forme parte de nuestras vidas. ¿O es una excusa que nos ponemos? ¿Cómo rompemos con ello y nos ponemos manos a la obra toda la familia?
Hay un proverbio árabe que me gusta mucho que dice que quien quiere hacer algo pone un medio y quien no, pone una excusa. Aunque nuestra vida moderna es ajetreada, la gente a la que le gusta el deporte busca un hueco para hacerlo. Es cuestión de organización también; y esa es una de las cosas que te enseña. Podemos ponernos muchas excusas, pero si nos gusta el deporte, siempre vamos a encontrar un hueco en nuestro día a día para hacerlo.