Andrea Aguilar
28 de noviembre de 2024
Todas las mujeres pueden disfrutar plenamente del sexo y, además, son multiorgásmicas, afirma con rotundidad Andrea Aguilar, psicóloga y terapeuta sexual experta en placer femenino que acaba de publicar Mujer orgásmica, un libro destinado a las mujeres que desean explorar su sexualidad y aprovechar todas las posibilidades que les ofrece su cuerpo de manera natural. Andrea, que también es coach en sexualidad consciente y está formada en prácticas tántricas y taoístas, y que divulga sobre estas temáticas para sus más de 100 seguidores en su Instagram Más allá del orgasmo, parte de su experiencia personal y de las dificultades que tuvo para alcanzar el orgasmo y ofrece prácticas guiadas para llegar al clímax. “Las mujeres que viven con insatisfacción sexual no se deben resignar porque no hay una edad a la que ya no se pueda descubrir el placer que es posible sentir”, aconseja la autora, que nos explica cómo conectar con las sensaciones del cuerpo y dejarse llevar.
Dices que todas las mujeres somos multiorgásmicas. ¿Tiene siempre solución la anorgasmia?
Sí, siempre. Yo tuve anorgasmia muchos años y si algo me ayudó es que alguien me dijo: “sí que puedes”. Ocurre que el sistema está contraído y no logra soltar el control y dejarse llevar, no conscientemente, sino a un nivel muy inconsciente, pero los cuerpos de todas las mujeres son orgásmicos y todas somos multiorgásmicas.
De hecho, si yo me dedico a esto ahora es porque he pasado de solo pedirle a la vida tener un orgasmo para sentirme una persona normal, a descubrir un mundo de posibilidades en el que cuando el cuerpo se relaja y aflojamos la tensión nos permite alcanzar el orgasmo y de forma muy fácil en realidad.
¿Es entonces nuestra mente la que está dominando el cuerpo y nos impide sentir placer?
Si al decir que es la mente te refieres a tu mente consciente, no. Una persona que no tiene orgasmos quiere tenerlos, y cuando le dices que se tiene que relajar piensa “sí, pero entonces el día que me tomo dos copitas de vino y estoy tan relajada, ¿cómo es que me excito mucho, pero sigo sin tener un orgasmo?”.
Por eso, aunque puedas decir que es la mente, se trata de una respuesta muy inconsciente del cuerpo que se contrae y te quiere proteger de algo que puede ser peligroso, y hay que entender que hay que dejarse llevar por la petite mort (pequeña muerte) como le llaman los franceses, que es como desaparecer durante unos segundos y que al cuerpo le puede parecer vertiginoso y un riesgo del que es necesario protegerte.
Uno de los mitos que nos haría mucho bien romper es ese que dice que para nosotras es más difícil alcanzar el orgasmo. Eso es mentira
Así que no es que sea la mente, sino una parte inconsciente que responde a través del cuerpo para evitar peligros. Desde hace siglos, además, a través del sexo se ha abusado mucho, se ha controlado a las personas y se ha ejercido poder sobre el placer de la mujer. Yo no había sufrido abusos, pero eso está en nuestros cuerpos en forma de una memoria que considera que el sexo puede ser peligroso.
¿Cuáles son los mitos o tabúes sobre el placer femenino que están más extendidos y que también han podido contribuir a esto?
Uno de los mitos que, aunque no haya contribuido a esto, nos haría mucho bien romper es ese que dice que para nosotras es más difícil alcanzar el orgasmo. Eso es mentira. Cuando tenía ese problema yo pensaba que al ser mujer me costaría todavía más superarlo, porque parece que ellos lo tienen fácil y que existe una brecha orgásmica, pero lo cierto es que el cuerpo de la mujer es, de forma natural, muy orgásmico, y multiorgásmico.
Todo lo aprendemos por imitación y las únicas imágenes que hemos visto de sexualidad, de erotismo y de sensualidad nos evocan un sexo muy tenso, muy violento a veces, y con cuerpos muy cosificados
Estar en el cuerpo de la mujer es un privilegio porque nosotras solo tenemos que relajarnos, abrirnos, y todo el placer circula. El hombre eyacula y pierde su energía, tiene orgasmitos de dos segundos, mientras que nuestro potencial orgásmico natural y sin necesidad de aprender grandes cosas es inmenso. No lo tenemos más difícil, sino que la sexualidad que nos han enseñado no nos ayuda a expandir de verdad nuestro placer.
Tienes experiencia en prácticas tántricas y taoístas, ¿cómo influyen en la conexión con el placer femenino? ¿Recomiendas que la gente explore nuevas vías para vivir su sexualidad?
A mí me ayudó mucho –y por eso en el libro las prácticas que comparto también beben del tantra y del tao– porque aprendí a respirar, a estar presente, a conectar con las sensaciones del cuerpo, que puede parecer lógico, pero no lo es, porque muchas veces practicamos sexo de una forma mecánica y desconectada del sentir; y la respiración, el estar presente, el sexo conectado con la mente, son pistas que me permitieron que mi cuerpo se relajara, se abriera, y poder ser orgásmica.
Para mí todas estas enseñanzas son como una bendición, teniendo muy en cuenta que el tantra o el tao son vías espirituales, vías místicas, que no están basadas en el sexo y van mucho más allá; simplemente, no niegan el sexo y dicen que la energía sexual es la más poderosa que tienes, que no la reprimas, y que la uses para iluminar. Y esa manera de mover la energía sexual a mí me cambió la vida.
Cómo influyen las redes sociales en la sexualidad femenina
¿Cómo crees que influyen las redes sociales y las películas y series en nuestra visión de la sexualidad y del placer femenino?
Tienen una gran influencia; tanto las redes sociales, como las películas que veíamos en la televisión hace 20 años. Como animales que somos, todo lo aprendemos por imitación, y las únicas imágenes que hemos visto de sexualidad, de erotismo y de sensualidad nos evocan un sexo muy tenso, muy contraído, muy violento a veces, y con cuerpos muy cosificados. Ese es el imaginario que tenemos y, sin querer, vamos a repetir eso porque no hemos visto imágenes de otro sexo más amoroso, más lento, más profundo y conectado, y nos cuesta mucho entregarnos a algo que no hemos visto.
Si cuando te están tocando te preocupa tu apariencia y piensas que tu cuerpo puede estar siendo juzgado, eso te provoca una inseguridad que te impide relajarte y que te desconecta de las sensaciones
Lo que nosotros vemos afecta profundamente a cómo nos comportamos. Y todos los bailecitos de TikTok, todo lo que se mueve hoy en las redes sociales está teniendo un gran impacto, sobre todo en las nuevas generaciones, porque estas imágenes nos afectan más cuando estamos empezando en el ámbito de la sexualidad.
Hay bastante preocupación al respecto porque los niños y adolescentes están expuestos a unas imágenes que no se corresponden con la realidad…
Y que además son violentas. Hay mucho consumo de porno y hay que entender que el porno es violencia. Esto es una realidad que puede desmoralizar, pero, por otro lado, hay muchas ganas de saber más. Yo trabajo para mujeres y he comprobado que hay mucho interés por conocer mejor nuestro cuerpo y cómo gozarnos.
Y actualmente tenemos el privilegio y la suerte de disponer de una gran cantidad de información. Yo publico este libro y es bien recibido. Cuando Sylvia de Béjar publicó hace 20 años Tu sexo es tuyo, ella iba a la radio y decía la palabra clítoris y todo el mundo se llevaba las manos a la cabeza, pero hay un cambio imparable y muchas ganas de saber y ahora disponemos de la información necesaria, así que es cuestión de abrir nuestra mente.
¿Qué importancia le das a la educación sexual en la infancia?
Creo que es imprescindible. Las nuevas generaciones de chicas jóvenes ya han oído que tocarse es lo normal, mientras que a nosotras nos dijeron que nos teníamos que proteger y que nos podíamos quedar embarazadas; todo un poco desde el miedo, pero más de lo que recibieron nuestras madres. La evolución es positiva, pero queda mucho por recorrer y es muy importante que la mujer sepa que tiene derecho a decidir lo que le gusta y a conocer cómo funciona su cuerpo.
Es pavoroso comprobar cómo están aumentando las operaciones de estética para cambiar el aspecto de los genitales, como la labioplastia
Yo no me dedico a temas de educación sexual con adolescentes, pero cuando me preguntan me gusta mucho decir que los hijos aprenden por lo que energéticamente se respira en su casa, aunque no se hable de sexo. Tan importante es dar una mejor educación sexual –y hay mucha gente implicada para que esto sea una realidad–, como que nosotras nos permitamos gozar, porque esto abre las puertas a que las siguientes generaciones tengan una sexualidad más sana.
Autoestima y deseo sexual en la mujer madura
Las imágenes que nos llegan a través de las redes sociales, el cine y la televisión son de cuerpos estupendos que nos pueden provocar complejos. ¿Es importante tener una buena autoestima para sentir placer?
Cuanto más a gusto estás en tu cuerpo más fácil es que te puedas relajar y sentir placer, pero nos han comido la cabeza de tal manera que no importa el cuerpo que tengas, porque también a las que tienen un cuerpo ultra perfectamente normativo les hacen creer que lo tienen que mejorar.
Si cuando te están tocando te preocupa tu apariencia y piensas que tu cuerpo puede estar siendo juzgado, cuando la única que lo juzgas eres tú, eso te provoca una inseguridad que te impide relajarte y te desconecta de las sensaciones. Si te vienen esos pensamientos debes aceptarlos y dejarlos de lado, respirar y sumergirte en las sensaciones, porque no podemos esperar a sentir que tenemos el cuerpo perfecto para disfrutar.
Este problema se ha extendido a los genitales y es pavoroso comprobar cómo están aumentando las operaciones de estética para cambiar el aspecto de los genitales, como la labioplastia, que además son intervenciones quirúrgicas que dejan una cicatriz que tensa la piel en un tejido eréctil, que se hincha cuando te estás excitando, y ese tejido lo estás tensando y reduciendo. A mí esto me horroriza.
Creo que la menopausia es una etapa en la que no pasas una; es decir, que decides no tener sexo que no te satisface y que se acabó eso de estar complaciendo a alguien
También hay blanqueamientos de piel para que los labios parezcan más aniñados, y me parece increíble que los cánones de belleza hayan llegado hasta ahí. Que una vulva sea asimétrica y un labio sea más grande que otro es lo natural, que la piel de la vulva sea más oscura que la de las piernas es lo natural. Hay que normalizar el aspecto de nuestras vulvas porque lo que no es normal es lo que se ve en el porno.
¿Influyen la perimenopausia y la menopausia en la capacidad de experimentar placer sexual? ¿Qué les dirías a las mujeres que afirman haber perdido el deseo al llegar a la menopausia?
Definitivamente, hay un cambio hormonal que genera cambios. No suelo hablar mucho de esto porque como yo no lo he pasado me dicen “ya me lo contarás cuando estés aquí”. Pero creo que entras en una etapa en la que no pasas una; es decir, que decides no tener sexo que no te satisface y que se acabó eso de estar complaciendo a alguien. Por eso, aunque hay un tema hormonal, gran parte de esa bajada de deseo se debe a que ese sexo que he estado teniendo no es el que he querido nunca.
Así que, claro que hay un cambio hormonal, claro que puede bajar la lubricación, pero la lubricación no se acaba si tú te dedicas a respirar y a mover tu cuerpo y a mantenerte vital. El placer en la mujer –y esto lo dicen los taoístas– se expande con la madurez, no se acaba con la juventud, lo que ocurre es que le tienes que dar al cuerpo lo que de verdad quiere, y no puedes hacer ver que te gusta algo que en realidad no te gusta.
Para mí uno de los mensajes más importantes es que las mujeres que viven con insatisfacción sexual no se deben resignar porque no hay una edad a la que ya no se pueda descubrir el placer que es posible sentir. Y que lo puedes descubrir por ti misma y luego disfrutar con la pareja que desees. No debemos resignarnos a aceptar que esto es lo que hay, lo que me ha tocado.