Antoni Bolinches
13 de febrero de 2019
La convivencia, los celos, la saturación o la rutina pueden poner en riesgo el presente o el futuro de tu relación, sin embargo, la pareja debe hacer frente a las adversidades, evolucionar y aprender de sus errores. Esta es la principal idea que quiere transmitir Antoni Bolinches, psicólogo clínico experto en el abordaje de los conflictos de pareja y en terapias de crecimiento personal, y autor de diversos títulos sobre el tema, como El nuevo arte de enamorar (Ed. Amat, 2018) o Sexo Sabio: cómo mantener el interés sexual en la pareja estable (Ed. Debolsillo, 2017). En la edición actualizada de su libro Amor al segundo intento (Ed. Urano, 2019) este terapeuta –que en la actualidad es Vicepresidente de la Sociedad Catalana de Sexología– ofrece las claves para resolver las situaciones de crisis que se pueden producir en una relación sentimental, o para superar el sufrimiento amoroso tras una ruptura, gracias a la autocrítica sana y a la superación personal, que nos permitirán encontrar la felicidad en una relación porque, en palabras del autor: “la felicidad de la pareja tiene tres grandes secretos: aprender a elegir, aprender a construir y aprender a corregir”.
¿Todos los problemas de pareja tienen solución? ¿Cuáles son los que más te encuentras en tu consulta?
Evidentemente. Lo que ocurre es que la solución no siempre sirve para conciliar a la pareja. De hecho, hay parejas en las que la única solución acertada es que dejen de serlo. Respecto a los problemas que más llegan a mi consulta podría decir que son las infidelidades, los enamoramientos alternativos, los celos y la saturación convivencial.
En tu libro dices que las parejas como relación están en crisis. ¿Por qué crees que esto es así?
Las razones son amplias y complejas. Aunque para precisar la respuesta quizá cabe matizar la pregunta. De hecho, lo que está en crisis no es la pareja, sino la pareja estable de larga duración. Hoy en día se crean y rompen parejas tan a la ligera que nos hemos instalado en un modelo sociológico de monogamia sucesiva en la que la mayoría de las personas convivirán a lo largo de su vida con tres, cuatro o cinco parejas.
“Propongo elegir y gestionar mejor para que la pareja no se convierta en un incentivo transitorio que debemos cambiar cada X años, sino en la base de un amor estable y duradero”
Lo que yo propongo es elegir mejor y gestionar mejor, para que la pareja no se convierta en un incentivo transitorio que debemos cambiar cada X años, sino en la base de un amor estable y duradero.
Esa ligereza a la hora de romper la pareja ¿a qué se debe? ¿Se tira la toalla demasiado pronto sin buscar una posible solución?
Pues sí. Acabas de resumir perfectamente el actual escenario de las relaciones amorosas que se producen en la actualidad. Por eso, utilizando la metáfora de la toalla, yo siempre digo que soy más partidario de primero sudarla y luego, en todo caso, tirarla después de haber intentado salvar la relación. Aunque eso solo es válido en parejas consolidadas en la que ambas partes consideran que vale la pena intentarlo.
¿Cómo debemos elegir una pareja? ¿Con la cabeza o con el corazón?
La pregunta importante no es cómo debemos' sino cómo podemos elegir a una pareja. De jóvenes lo habitual es escoger con el corazón en un sentido metafórico, porque más que el corazón lo que realmente elige en estos casos es la necesidad sexual, la circunstancia situacional y el atractivo físico de la otra persona. Solo con el paso de los años, y si hemos madurado lo suficiente, podemos elegir a la vez con la cabeza y el corazón o, diciéndolo de forma más práctica, eligiendo las personas que nos gustan del grupo de las personas que nos convienen.
Antes de tirar la toalla con la pareja, yo soy más partidario de primero sudarla y luego, en todo caso, tirarla después de haber intentado salvar la relación
La única manera eficaz de encontrar parejas perfectas es mejorarnos nosotros mismos. Por eso, más que buscar a la pareja adecuada, es mejor que seamos nosotros los que nos perfeccionemos para convertirnos en sujetos amorosos deseables. De hecho, una de las principales ideas-fuerza de todos mis libros relacionados con el amor es que “el arte de enamorar es el arte de mejorar”.
Y una vez que ya se está enamorado, ¿cuáles son los factores que determinan un correcto funcionamiento de la pareja?
Inicialmente son cuatro los pilares fundamentales que hacen que la pareja funcione como tal, y son el buen acoplamiento sexual, unos caracteres compatibles, una escala de valores sintónica y un proyecto de vida convergente.
Tanto los hombres como las mujeres pueden cometer infidelidades esporádico-situacionales, sin que ello signifique que hayan dejado de querer a sus parejas
Con el tiempo, además, es necesario tener una madurez suficiente para ir gestionando correctamente los problemas inherentes que ocurren en toda convivencia estable.
Infidelidad, celos y segundas oportunidades
¿Crees que la infidelidad está en auge? ¿Se es infiel porque realmente no se quiere a la pareja?
La infidelidad siempre ha existido, aunque es nuestro modelo de sociedad el que la ha expandido hasta el punto actual, porque en ella coinciden tres circunstancias facilitadoras, que son: mucha libertad sexual, una dinámica social abierta con redes sociales que facilitan los contactos entre personas desconocidas, y una escala de la felicidad en la que se confunde la cantidad con la calidad.
Mejorando la autoestima pueden superarse los celos excesivos y los injustificados
No forzosamente se tiene que dejar de querer para ser infiel a la otra persona. En el libro hablo de las distintas motivaciones de la infidelidad y de las distintas circunstancias que la propician, como la necesidad sexual, la autoafirmación, la búsqueda de atención, la venganza o la carencia afectiva. Pero, para concretar la respuesta, puedo afirmar que tanto los hombres como las mujeres pueden cometer infidelidades esporádico-situacionales sin que ello signifique que hayan dejado de querer a sus parejas.
¿Se pueden superar los celos? ¿Es posible perdonar una infidelidad de la pareja sentimental sin luego echarlo en cara a la mínima discusión?
Evidentemente se pueden superar los celos. Además, las celotipias tratadas terapéuticamente suelen tener buen pronóstico, porque los celos no se producen solo porque existe una conducta agraviante, sino también porque quien los padece tiene problemas en su autoestima. Por tanto, mejorando esta autoestima pueden superarse los celos excesivos y los injustificados.
Una tercera parte de las parejas que han sufrido una infidelidad son capaces de superar la crisis y fortalecer su vínculo
En cuanto a perdonar una infidelidad sin echar en cara, creo que es posible, pero no es frecuente. De hecho, una tercera parte de las parejas que han sufrido una infidelidad son capaces de superar la crisis y fortalecer el vínculo, pero el resto no. Todo depende de su capacidad respectiva de perdonar y de hacerse perdonar. Un dato relevante al respecto es que las personas más maduras son más capaces de perdonar, y que perdonando se hacen más maduras.
En caso de que no haya vuelta atrás, ¿cómo se debe llevar a cabo una buena separación?
En mi método de intervención propongo una variante menos ansiógena y más reversible que la separación definitiva, a la que he puesto por nombre 'separación cautelar'. Se trata de un cese provisional de la convivencia en el que las partes viven en singular y se dedican a poner en orden sus sentimientos. De esa manera deciden reflexivamente hasta qué punto deben pactar una separación definitiva o todavía están en condiciones de concederse una segunda oportunidad. En ambos supuestos el tiempo dedicado al trabajo interior siempre hace que la decisión que adopten pueda gestionarse de manera más constructiva.
Las segundas oportunidades siempre son buenas porque posibilitan un aprendizaje vital
Entonces, se puede decir que eres partidario de las separaciones temporales y de las segundas oportunidades…
Completamente. No solo soy partidario, sino que en muchos casos suelo recomendarlas por el efecto benéfico que producen en la distensión del conflicto de la pareja. Lo que ocurre es que ese 'darse un tiempo', para que sea clarificador, debe estar sujeto a unas normas que son las que la convierten en la separación cautelar a la que me he referido en la respuesta anterior.
Las segundas oportunidades siempre son buenas porque posibilitan un aprendizaje vital. El problema es que para que funcionen deben darse tres condiciones que no siempre son coincidentes en los dos miembros de la pareja. La primera es que exista un acuerdo sobre los problemas a resolver, la segunda, que todavía tengan ilusión por compartir una convivencia juntos, y la tercera que ambos estén más dispuestos a aportar que a pedir.
Claves para superar un fracaso amoroso y cuándo pedir ayuda
¿Los fracasos sentimentales se producen por mala suerte, o porque no sabemos elegir bien?
Buena pregunta, pero difícil de contestar. De hecho, es una cuestión que trataré en un próximo libro, aunque ya te anticipo que la mala suerte solo puede estar presente en las relaciones de juventud. A partir de cierta edad, y si la persona aprende de los fracasos anteriores, queda habilitada para los éxitos posteriores.
Quien tras dos o tres convivencias sigue quejándose de su mala suerte seguramente indica que su 'mala suerte' consiste en no saber elegir
Quien después de dos o tres convivencias sigue quejándose de su mala suerte seguramente indica que su 'mala suerte' consiste en no saber elegir.
En el caso de que no haya una segunda oportunidad y se siga enamorado/a de la otra persona, ¿cómo se puede superar un fracaso amoroso y cuándo se debe acudir a terapia?
Para superar un fracaso amoroso se necesita un tiempo, una actitud y un método. El tiempo necesario para hacerlo suele ser entre seis meses y un año, pero eso depende de la actitud y del método. Si ambas cosas son adecuadas no solo se supera el fracaso amoroso, sino que la persona sale fortalecida del proceso.
En cuanto a la búsqueda de ayuda profesional, yo suelo dar dos referentes al respecto, primero, se debe optar por terapia de pareja cuando el propio implicado lo crea necesario y segundo, cuando varias personas que lo conocen, ante la situación que está viviendo, se lo recomiendan.