Curro Cañete
27 de abril de 2023
El escritor y coach Curro Cañete se convirtió en best seller en 2019 con la publicación de El poder de confiar en ti, un libro que ha vendido más de 300.000 ejemplares y ha sido traducido a 10 idiomas, y fue recomendado por figuras internacionales de la talla del jugador de baloncesto Ricky Rubio. El éxito del libro llevó a sus sesiones de coaching a muchas personas muy diversas. De esas sesiones, Cañete sacó una conclusión: la falta de autoestima es algo que nos lastra en mayor o menor medida a muchas personas, independientemente de nuestra situación, de nuestros objetivos y de nuestra posición social y en el mercado laboral. “Traemos muchas heridas y suceden muchas cosas en la vida que destruyen nuestra autoestima. Eso es algo que nos hace sufrir y por eso he hecho este libro dedicado enteramente al tema”, reflexiona el experto, que en las páginas de El amor comienza en ti (Planeta) no duda en definir el amor hacia uno mismo como “el acto de generosidad más grande”. Hacia uno mismo y hacia los demás. Aquí nos da a algunas claves para reconstruir nuestra autoestima.
“Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie”, citas a Emily Dickinson. ¿Nos cuesta ponernos de pie, querernos a nosotros mismos?
Nos cuesta muchísimo. No somos conscientes de lo grandes que somos. Los seres humanos somos tremendamente valiosos, tenemos un potencial muy grande, y mucha gente no se lo cree, no es consciente… Por eso me gustó esa cita, porque si de verdad crees en ti, pueden suceder cosas muy mágicas.
“¿Cuántas veces has buscado fuera lo que solo podías empezar a encontrar dentro?”, preguntas en el libro. ¿Por qué nos cuesta menos buscar fuera que dentro de nosotros las soluciones a nuestros anhelos y problemas?
Bueno, al final la sociedad entera está estructurada para que intentemos buscar fuera la felicidad, con una cosa o con otra, fundamentalmente a través del consumo. Pero ya hemos descubierto que incluso aunque consigamos todo lo que queremos (una pareja, la casa que querías, el trabajo soñado, el último modelo de móvil, etcétera), si uno no está bien consigo mismo no va a ser capaz de disfrutar de nada de eso.
De hecho, hay gente que tiene una familia preciosa y tiene depresión. O gente con trabajos aparentemente soñados, como algunos actores de Hollywood, que están sumidos en el alcoholismo y la drogadicción. Al final la clave siempre está en saber cuidar de nosotros mismos por dentro para luego poder disfrutar lo de fuera.
La sociedad entera está estructurada para que intentemos buscar fuera la felicidad, con una cosa o con otra, fundamentalmente a través del consumo
Precisamente, como dejas entrever en el título de tu libro, para dar amor a los demás es necesario primero amarse a uno mismo. Tú no dudas en afirmar que el amor a uno mismo es el acto de generosidad más grande.
Estoy convencido de ello, porque las personas que se aman a sí mismas son muy generosas. Hay gente que confunde este amor a uno mismo con egoísmo, pero no tiene nada que ver, porque las personas que se aman de verdad se respetan a sí mismas, pero también respetan a los demás. Y tienen una cualidad fundamental, que es la humildad. Es decir, no se creen más que nadie. Saben que son valiosos, pero saben que el resto de las personas también son valiosas. Los egoístas, narcisistas o vanidosos sí que se creen por encima de los demás, pero bueno, ya la vida les pondrá en su sitio (risas).
Aceptar las reglas del juego de la vida
La palabra “aceptación” aparece de forma recurrente en tu libro. Es más, por esa palabra arranca el título de dos capítulos. ¿Cómo definirías este concepto de “aceptación”?
Aceptar es estar en paz con lo que es, en vez de luchar y resistirte a lo que es. Por ejemplo, no puedes estar resistiéndote a una ruptura amorosa que ya es una realidad porque te lo han dicho por activa y por pasiva. Tienes que aceptarlo. Y yo propongo que lo aceptemos con paz sabiendo que ese final es el inicio de un nuevo capítulo.
Nos cuesta aceptar que la vida es incierta y que lo único seguro es que nada es seguro
La vida dura muy poco tiempo como para que perdamos las semanas y los meses aferrados a algo que ya quedó en el pasado. E igualmente, es importante aceptar cosas que no dependen de nosotros, como que nos vamos a morir, como la enfermedad, o como que hay veces que las cosas no salen como queremos.
Dices que la aceptación puede ser una herramienta para dejar de sufrir.
Sí, sí, totalmente, porque cuando tú te estás resistiendo a algo que ya es, estás sufriendo. Sin embargo, cuando tú de verdad aceptas (la enfermedad, un divorcio, la muerte de alguien, lo que sea) sientes paz; y ya desde esa paz puedes empezar a transitar tu vida desde otro lugar.
Hablas también en el libro de la necesidad de aceptar las reglas del juego de la vida. ¿Cuál de las reglas de este juego dirías que nos cuesta más aceptar?
Nos cuesta aceptar, por supuesto, la muerte. La gente sufre mucho cuando muere alguien a quien quieren. Es de las cosas más duras, pero porque tampoco entendemos que la muerte es una transición y que las personas que se van no dejan de acompañarnos, aunque sea de otra manera.
La vida dura muy poco tiempo como para que perdamos las semanas y los meses aferrados a algo que ya quedó en el pasado
Y otra cosa que nos cuesta mucho aceptar es la incertidumbre. Tenemos que aceptar que la vida es incierta y que lo único seguro es que nada es seguro. Y esto para bien y para mal. Sinceramente creo que la manera de hacerlo es vivir en el presente, momento a momento; y cuando la mente intenta meternos miedo sobre el futuro, volver al presente. A mucha gente también le cuesta aceptar esta incertidumbre porque quieren controlar las cosas de fuera, y las cosas de fuera no se pueden controlar.
“Contigo tuve que aceptar / Que algunas personas entran en tu vida / Como una felicidad temporal. / No retengas a quien se va / Ni rechaces a quien llega / El que quiere subir, se inventa una escalera”, canta La Bien Querida en La Cruz de Santiago. Creo que la letra de esta canción representa muy bien tu filosofía de vida, ¿no?
Totalmente. Es más, si hubiese hablado contigo antes de escribir el libro, hubiese puesto esa cita (risas). Va que ni pintada para cosas que explico en el libro. Es tal cual. Hay personas que pasan un tiempo con nosotros, que son importantes durante un tiempo, y luego desaparecen. Y no pasa nada. Hay abundancia de personas (risas). Nunca dejamos de conocer a personas si estamos abiertos a ellos. Algunas permanecen y otras son esa “felicidad temporal” que dice La Bien Querida.
Las tres claves para tener una buena autoestima
Me gustaría profundizar contigo en los tres aprendizajes indispensables que citas en tu libro y que ayudan a tener una buena autoestima. El primero es dejar de compararse con los demás. ¿Cómo nos lastra la eterna comparación?
Destruye nuestra felicidad y nuestra paz. Por mucho que consigas cosas, si tú te comparas con otros, siempre te vas a sentir frustrado. Primero porque siempre habrá alguien mejor que tú. Y segundo porque tú no sabes realmente lo que está viviendo ese otro.
Hay personas que pasan un tiempo con nosotros, que son importantes durante un tiempo, y luego desaparecen. Y no pasa nada. Hay abundancia de personas
Yo he conocido a personas que parecía que estaban viviendo una vida muy feliz. Sin embargo, tras tener una sesión con ellas, me he dado cuenta de que estaban destrozadas. La realidad solo la sabemos de nosotros mismos. Por eso es importante no compararse con otros. Y también es importante entender que cada persona tiene su camino; así que es ridículo compararse.
El segundo es ser libre, librarse del qué dirán. ¿Qué beneficios tiene esto?
Imagínate. ¡Poder hacer tu vida! Hay gente que por el qué dirán en su entorno (cercano o lejano) dejan de llevar a cabo su propósito de vida, dejan de caminar hacia sus sueños. No tiene sentido.
Hay que permitir a la gente hacer lo que quiera. Y nosotros debemos permitirnos hacer lo que queramos. Y esto es algo que se puede lograr. Tenemos una maestra en ese sentido que es la cantante Alaska, que ya nos demostró desde los 13 años que podía trascender el qué dirán. Pues si ella puede, todos podemos (risas).
Por mucho que consigas cosas, si tú te comparas con otros, siempre te vas a sentir frustrado
Por último, estaría aprender a decir que no. ¿Dirías que en general es la gran asignatura pendiente?
Desde luego sí es la asignatura pendiente de mucha gente. Nos da miedo que el otro se enfade, perderlo si decimos que ‘no’. Yo no hablo de ser egoísta. Está bien ayudar a amigos y familiares, decir que ‘sí’ cuando puedes ayudar, pero no te puedes olvidar de tus propias necesidades ni te puedes dejar en último lugar durante años.
Es importante tomar consciencia de que cuando decimos que ‘no’ a algo, también estamos diciendo que ‘sí’ a otra cosa, que a lo mejor en determinado momento de la vida es más importante para nosotros que aquello a lo que estamos diciendo que ‘no’. Hay que reunir la valentía, decirlo con mucho amor, pero poner límites. A tu jefe, a tu pareja, a tus familiares y a todo el que haga falta.