Elisenda Pascual Martí

Psicóloga, psicoterapeuta y autora de ‘Amor de piel adentro’
La psicóloga Elisenda Pascual, autora de ‘Amor de piel adentro’, nos anima a desmotar patrones erróneos instaurados desde la infancia y protagonizar nuestras vidas, y nos aconseja cómo mejorar la autoestima para alcanzar el amor como un estado de paz interno.
Elisenda Pascual
“Uno de mis activismos es acompañar a que la infancia no tenga tantas neurosis. Los niños tendrán las suyas, pero que no tengan las nuestras”

20 de diciembre de 2024

Elisenda Pascual se define como psicóloga de crianza respetuosa y acompañamiento familiar. De hecho, desde su centro Acompanayament Familiar trabaja en ello junto a su equipo, de una forma extraordinariamente humana. A lo largo de su camino profesional ha pasado de orientar el proceso más educativo a centrarse en la psicoterapia, enfocándose hacia los adultos. Da herramientas a padres y madres para ayudarles a afrontar el reto de criar y los problemas de la vida misma. Y es que considera que el hogar es el primer espacio terapéutico desde el que hay que transformar el mundo. Su práctica profesional consolidada se complementa con su faceta de escritora, algo que le apasiona porque le permite plasmar sus conocimientos e historias. Así, en su último libro, Amor de piel adentro (Editorial Diana) ofrece una visión profunda e íntima de la autoestima y del Amor (en mayúsculas). En esta entrevista nos desvela cómo la persona que somos está condicionada por el niño que un día fuimos y las corazas que construimos. El objetivo es reconectar con nuestra verdadera esencia, aprender a amarnos mejor y reflexionar sobre el porqué nos pasa lo que nos pasa en la vida.

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¿Hasta qué punto es importante la infancia y el hogar como ese primer espacio terapéutico?

Portada "Amor de piel adentro"

Desde bien temprano, en los casi 20 años que llevo acompañando tanto la educación como la crianza y la familia, me di cuenta de que el hogar es el primer espacio terapéutico. El núcleo familiar, sea como sea (familia monoparental, amalgamada…) es donde se establecen los inicios del carácter, la personalidad y la salud mental futura. Los patrones que creamos vienen de nuestra propia historia, nuestra propia infancia y nuestro propio sistema familiar.

Desde la psicología evolutiva sabemos que los siete primeros años van a marcar sobremanera cómo nos construyamos en la vida y en el futuro. Eso no significa que sea inamovible y determinista, pero acceder ahí muchas veces es lo complicado porque antes de esa edad nuestra memoria no es tan verbal ni tan lógica, sino mucho más simbólica, global y metafórica.

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Depende de los padres o el entorno que tuvimos, recibimos un tipo de amor u otro: más abundancia o más carencia. Esas son nuestras primeras improntas o registros de amor y el cerebro, como siempre está a nuestro favor, seguirá buscando en la vida lo que entendió qué es el amor. Si recibí un amor carente, lo que yo voy a seguir buscando son esos vínculos carentes. Identificarlo me permitirá no quedarme anclado en ello, sino liberarme y decidir. Uno de mis activismos es acompañar a que la infancia no tenga tantas neurosis. Los niños tendrán las suyas, pero que no tengan las nuestras.

En cuanto a las formas de criar, hay muchas, y a veces parece que cuanta más información recibimos, más perdidos y confundidos estamos. ¿Cuáles son las claves de la crianza respetuosa?

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Tener hijos e hijas es un espejo constante a las partes de nuestra infancia. Es complicado porque a veces hay patrones, frases o comentarios que nos habían dicho y que, aunque habíamos jurado no repetir, de repente en la crianza vuelven a aparecer.

Somos una generación muy privilegiada en términos sociales, nos podemos dedicar a darle vueltas al rizo; a plantearnos cuestiones que probablemente nuestros padres no pudieron (y ya ni te cuento nuestros abuelos). Con esa mirada en querer hacerlo distinto, que no mejor, podemos poner a la infancia en un lugar más de dignidad. La crianza respetuosa no es permitir todo, no es la ausencia de límites, ni el libertinaje. Implica muchos límites, jerarquía y estructura.

Desde la psicología evolutiva sabemos que los siete primeros años van a marcar sobremanera cómo nos construyamos en la vida y en el futuro

A veces el gran error que cometemos hoy en día como generación es creer que la crianza respetuosa es “ancha es Castilla” y que no se tiene que regular nada; es todo lo contrario. Los niños necesitan frustrarse a nuestro lado. Lo que les generaría un trauma es que se frustraran sobremanera sin nadie que les regulara.

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En las primeras páginas del libro dices que está escrito en lenguaje simbólico, poético, y que “no llega a ninguna parte”. ¿Qué pretendes con él?

Lo visualizo como un libro que tienes en la mesita de noche, cada día abres un capítulo (no tiene un orden) y dejas que esa simbología, las palabras, lo que te sugiere, penetren en tu cerebro, te vayas a dormir y a ver qué sucede.

No llega a ninguna parte significa que no te va a cambiar la vida, que no te va a dar ninguna receta, pero sí va a abrirte puertas internas para que te hagas las buenas preguntas y vayas poquito a poco tejiendo un discurso, una narrativa que no te deje anclado en la repetición de lo mismo. Te va a plantear preguntas mucho más afinadas para que puedas encontrar, si las hay, algunas respuestas. Esas respuestas no están ahí en el momento que queremos, pueden llegar de repente tres años después. Pero todo empieza por leer una buena pregunta.

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Cómo aprender a querernos y a vivir en paz

También confiesas que escribes sobre el amor con el corazón dolido. ¿A qué te refieres?

Hablo del amor, pero ¿quién tiene una respuesta al amor? Es muy pretencioso creer que sabemos la verdad acerca del amor. Como profesional de la psicoterapia muchas veces acompaño corazones rotos.  No solo por una ruptura amorosa, sino por la vida misma: por una decepción, por una discusión con tu hijo, por una falta de propósito personal o laboral… El cuestionamiento del sentido de la vida tarde o temprano nos lleva a hablar del amor, del propósito que tenemos de existir. Como es tan trascendental, tan metafórico y poético, muchas veces hay que poder acceder a ello desde el corazón roto.

La crianza respetuosa no es permitir todo, no es la ausencia de límites, ni el libertinaje. Implica muchos límites, jerarquía y estructura

El inicio de este libro fue un viaje personal que me llevó a hacer un compendio tanto de vivencias internas, como de lo que yo me encontraba en psicoterapia. De ahí nace el poder hablar del Amor en mayúsculas; que no es el enamoramiento, sino el amor como un estado de paz interno. Encontrar esa paz en uno mismo que te permite vivir desde el goce.

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¿Cuáles son los obstáculos más habituales para llegar a ese estado de paz interno?

Muchas veces nos encontramos con dogmas vitales que no son verdad para nosotros mismos cuando nos paramos a analizarlos. Del tipo “solo seré feliz si tengo a la familia”, “mi felicidad empezará cuando tenga hijos”, “mi infancia ha sido traumática y, por lo tanto, no puedo ser feliz” o “nunca conseguiré tener un bienestar económico porque vengo de una familia pobre”. Creencias que nos decimos y nos taponan precisamente la posibilidad de sobrepasarlas. Este es el problema real. La mayoría de estas creencias limitantes nos vienen de nuestro sistema familiar.

¿Qué patrones principales hemos de revisar para querernos bien?

Cada persona tiene los suyos, pero en el libro hay muchas invitaciones, también en la parte práctica, a cuestionar todas esas verdades y revisar cómo te hablas. Muchas veces nos acabamos hablando de la manera como nos han hablado. Yo le digo a las familias que como ellos hablen a sus hijos acabará siendo su voz interior. Por tanto, es muy importante pararme a ver cómo me hablaron a mí para ver si las cosas que yo me digo son realmente ciertas para mí, o son una réplica de lo que yo recibí. 

¿Y qué papel desempeñan el dolor y el duelo?

El dolor es una emoción básica que no hay que evitar, sino que hay que atreverse a sostener. El problema que tenemos es que probablemente nadie nos ha acompañado ante nuestros dolores vitales, nos los quisieron quitar de encima de inmediato, las emociones ‘negativas’ se asociaban a algo que sacudirnos rápido… Nacemos sin herramientas para sostener la vida, porque la vida no es una alegría. Estar siempre alegre es estar en un estado totalmente patológico.

El cuestionamiento del sentido de la vida tarde o temprano nos lleva a hablar del Amor, del propósito que tenemos de existir

Para mí el duelo y el dolor son estados humanos y tenemos que conseguir, con una madurez emocional interna, sostenerlos. Y no hace falta que lo hagamos solos, para eso está la búsqueda de la tribu, de personas en las que poder descansar. Pero tenemos que pasar a través de ello, no podemos evitarlo.

Por último, ¿qué le dirías a quien aún le cuesta salirse del camino pautado y comenzar su búsqueda personal, su transformación?

Le diría que muchas veces la solución es el problema. Cuando hay algo en la vida que sentimos que no nos funciona como nos gustaría, que estamos encallados, o que no nos hace sentir en paz, lo que hay que revisar es lo que hacemos para llegar ahí. En ello está la clave de la salida del laberinto. Es no repetir el patrón de solución de problemas porque nos siguen generando los mismos problemas de los cuales queremos huir. Aunque nos dé miedo, a veces la renuncia nos acerca a una vida mucho más placentera y auténtica.

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