Eva Sandoval

Experta en crecimiento personal y autora de 'Tu poder ninja'
Eva Sandoval nos ofrece herramientas para aprender, cual ninjas, a conectar con nuestra grandeza interior, y a mantenernos constantes en una actitud beneficiosa para nosotros mismos, para los demás, y para el planeta.
Eva Sandoval
"Creo que la vida es un entrenamiento constante, por eso para mí tiene mucho sentido el concepto del ninja, porque si yo quiero cambiar es cierto que puedo prepararme para cambiar, pero solo cambiando: actuando, en vez de pensando en cómo actuar"

10 de agosto de 2017

Eva Sandoval nos invita a conocernos a nosotros mismos y a conectar con nuestra grandeza interior. Para ello, debemos empezar por desprogramarnos y desadaptarnos del tipo de entorno en el que nos han acostumbrado a integrarnos desde que nacimos, porque hay formas de hacer las cosas y de vivir la vida, que poco o nada tienen que ver con lo que nos han enseñado a creer desde niños. Bloguera, conferenciante, y autora del libro '¿Y tú qué crees?' (Editorial Urano, marzo 2015) –con el que cosechó un gran éxito, y en el que ofrecía herramientas para descubrir nuestras creencias limitantes, y superarlas–, Sandoval ha recopilado ahora nuevas experiencias para escribir 'Tu poder Ninja' (Editorial Plan B, 2017), y explicarnos el arte de vivir en modo Ninja, una filosofía completamente diferente a la que nos muestran en la mayoría de las películas porque, como afirma Eva, no se basa en luchar, sino "en proteger a otros, y servir a otros", y la palabra ninja se podría traducir como persona que persevera, en el sentido de “mantenerse constante en una actitud beneficiosa para ti, para los demás y para el planeta”.

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Portada 'Tu poder ninja'

Eres autora de '¿Y tú qué crees? Conviértete en el creador de tu propia vida, un libro que obtuvo mucho éxito. ¿Por qué has sentido la necesidad de escribir ahora 'Tu poder ninja', y a quién va dirigido?

En realidad, más que necesidad, ha sido como un continuo, porque yo llevo escribiendo en un blog desde el año 2006, y el hecho de escribir siempre ha formado parte de mi vida desde que realicé el cambio tan grande que se explica en el prólogo de '¿Y tú qué crees?'. Y digo que ha sido un continuo porque al ver el éxito de ese libro y la respuesta de las personas que afirmaban que les había ido muy bien tras leerlo –y teniendo en cuenta que a mí me cambió la vida un libro–, cuando volví a tener nuevo material sobre mi cambio y sobre las experiencias que había ido viviendo, me apetecía mucho contarlo. Luego está la magia, y es que el segundo libro tiene una historia muy interesante, ya que surge de un momento en el que me doy cuenta de muchas cosas, y encierra ese concepto mágico del ninja que está sorprendiendo tanto.

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Creo que los conocimientos que tenemos la mayoría de las personas sobre la filosofía ninja se basan en lo que hemos visto en el cine. ¿Se parecen en algo los estereotipos de las películas a la realidad?

En nada. Bueno, excepto en que van vestidos de negro y saben utilizar una espada y otras armas, pero en nada más. El ninja de Hollywood se vende como un asesino, y la verdadera filosofía ninja dice que lo último es luchar. Ellos están preparados para luchar, pero no luchan; hacen todo lo posible para resolver lo que les ocurre siempre sin luchar, porque saben que cuando se lucha siempre se pierde; incluso quien gana. Y eso lo sabe muy poca gente; de hecho, el arte marcial que yo practico se llama Bujinkan, y Hatsumi Sensei, este hombre al que llaman ‘la última leyenda viva’, ‘el último ninja’, cambió el nombre justamente para que no se identificara con el concepto ninja de Hollywood del asesino, que es lo que todo el mundo piensa al oír el término. Las tortugas ninja suavizaron un poquito la cosa, porque eran personajes con algunos valores, pero en general Hollywood no hace justicia al ninja, al menos hasta ahora. Yo creo que deberíamos cuestionarnos cómo nos muestran la agresividad y la violencia de una manera tan explícita en el cine, y sin embargo pagamos por ver cómo matan, y asesinan, y mutilan, y violan, a personas. Cuando justamente una filosofía como ésta se basa en la protección y en el servicio, siempre. En proteger a otros, y servir a otros.

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¿En qué consiste exactamente ese poder ninja que afirmas que todos tenemos en nuestro interior?

En el libro lo que hago es enfocar lo que es útil en nuestra vida diaria, porque la lucha la tenemos con nosotros mismos, con lo que nos han dicho, con el entorno, con adaptarnos a lo establecido socialmente…, y básicamente es una invitación a conocer el arte de vivir, desde una vertiente un poquito más espiritual. Y cuando digo espiritual me refiero a la conexión con la vida, porque una de las cosas que creo que llevamos en nuestra programación –me refiero a cómo nos educan–, es estar separados; ese concepto de separación en el que consideramos al vecino el enemigo, que todo me lo pueden quitar…; no hay una educación basada en la cooperación, en conectar entre nosotros, en ayudarnos…, y el libro profundiza en esos valores. En los valores esenciales, en la naturaleza, y una de las cosas de las que habla es la grandeza interior, en el sentido de que si tenemos grandeza interior, es la base para poder hacer muchas cosas. Pero nos dedicamos a repetir, y nunca nos cuestionamos que a lo mejor podemos hacer las cosas de otra manera. Y para mí esa grandeza interior es conocerse a uno mismo, y de hecho Sócrates ya dijo hace un montón de años 'conócete a ti mismo', y el concepto básico que quiero transmitir es volver a confiar en ti, volver a conectar con tu intuición. El libro es una invitación a entender que si alguien te dice que tienes cara de cansado y tú te sientes bien, es porque el que está cansado es el que lo dice, y que cada uno de nosotros tenemos nuestra propia guía, nuestra propia intuición, grandeza…, o como queramos llamarle, para poder decidir cómo nos sentimos en cada momento.

El ninja de Hollywood se vende como un asesino, y la verdadera filosofía ninja dice que lo último es luchar, porque cuando se lucha siempre se pierde; incluso quien gana

Otro gran error es que la educación está basada en el castigo o la recompensa, aunque es cierto que ahora hay escuelas que funcionan de otra manera, y que se basan en proyectos. Pero el otro día observé como una chica joven –que no debía de tener más de 30 años– amenazaba a su hijo para que comiera. Y ese "o comes o no hay postre, o no vas al parque", puede hacer que el niño termine comiendo porque si no lo hace le castigan, y no come porque realmente sienta que quiere comer, o porque le guste, sino para evitar que le castiguen. Eso se ha normalizado, pero afortunadamente conozco a muchas familias que educan a sus hijos de otra manera. Y son niños respetados, que también muestran un respeto espectacular por la vida, por los adultos, por el resto de las personas, y por la naturaleza y los seres vivos en general. Y esa es la diferencia entre una educación y la otra.

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Reprogramarse interiormente para el cambio

Y si sacamos ese poder ninja que dices que todos tenemos, ¿cómo afectará eso a las personas que trabajan o conviven con nosotros?

De una forma muy beneficiosa. Yo recuerdo que cuando se produjo mi cambio, que fue muy radical, porque aunque no fue de la noche a la mañana, y requirió un proceso en el que se "iba llenando el vaso", hasta que me planté y dije "hasta aquí he llegado", a las personas cercanas les pareció que había sucedido de repente, y hubo un caos en mi entorno, e incluso una parte de la familia se preguntó si yo habría entrado a formar parte de alguna secta. Mientras que para mí se trataba de haber llegado al punto deseado y decidir "estar siempre donde quiero estar", como forma de respeto a mí misma. Durante los primeros tiempos las personas de mi alrededor no lo entendían, hasta que llegó un momento en el que me miraban con admiración y se preguntaban "¿cómo lo has hecho?"; así que pasaron de no entender a preguntarme cómo lo había hecho. Un día me encontré a una tía mía a la que hacía mucho que no veía, y me dijo "qué curioso, estábamos pensando que te habías metido en una secta, y ahora que te veo resulta que eres la que mejor está de la familia".

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Llega un momento en el que las personas ven un reflejo en los demás. Estamos acostumbrados a ver personas estresadas, personas enfadadas, personas discutiendo, personas insatisfechas…, y de repente existe la luz de alguien que está en paz, que ayuda, que acepta, que crece… Imagínate la potencia que tiene eso; es como si tienes una sala muy oscura, y con que enciendas una vela tienes suficiente, porque una sola vela se carga la oscuridad de toda esa sala. Por ello, no importa la cantidad de personas que sigan todavía en ese tipo de paradigma antiguo, en cuanto alguien pone luz, se convierte en un reflejo muy fuerte para los demás.

Las escuelas son un lugar donde el niño no se siente seguro, porque necesita comportarse de una manera en la que sus amigos no se rían de él, el profesor no le castigue…; es un entorno hostil, y me pregunto cómo hemos conseguido sobrevivir a eso

Porque todos tenemos nuestra esencia en el interior, y nuestra esencia no es nacer para ir a la escuela y sacar buenas notas, y tener un buen trabajo, y tener hijos, y jubilarnos. No creo que los valores humanos se basen en competir, ganar, y ser el más fuerte… Yo creo que los valores verdaderos –cuando tocamos los corazones y las almas de las personas– están en los actos de amor hacia los demás, como cuando alguien se cae y otro le ayuda a levantarse, o cuando alguien no consigue hacer algo solo y vienen más personas a ayudarle…; esto son los valores verdaderos y esenciales. Cuando una persona está en modo programada, haciendo un montón de cosas en su vida y teniendo mucho éxito, y llega a la cama y se siente un desgraciado, es porque el valor del ser humano no es competir, tener, y pasar por encima de quien haga falta, el valor del ser humano es que uno se siente bien cuando está en paz haciendo lo que tiene que hacer. Y creo que cuando una persona está viviendo de acuerdo con esos valores, esto repercute en las otras, que comentan entre ellas que la han visto y lo que hace, y eso es una forma muy grande y suficiente de expandir la 'luz'. Y Gandhi ya lo dijo: "haz el cambio que quieres ver en el mundo"; y de momento no necesitas más.

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Dices que el miedo al cambio forma parte de nuestra 'programación' y es una de las principales razones por la que no hacemos lo que realmente deseamos. ¿Cuál es el primer paso para desprogramarse y salir de la zona de confort?

No creo que haya un primer paso para hacerlo, antes de hacerlo; creo que uno de los vacíos que existen en el mundo terapéutico y de la autoayuda es que pensamos que hemos de hacer algo antes de hacerlo, y cualquier proceso mental implica que te sitúas en el futuro. Si yo pienso en los pasos que voy a seguir para hacer algo, estoy en un lío, porque estoy planeando cómo desenvolverme en una situación que todavía no se ha producido. Eso se ve muy claro en situaciones en las que no hay más remedio que actuar de inmediato. O sea, tu sistema –y con esto me refiero tanto al cuerpo como a la mente– cuando se encuentra en una situación en la que no puedes hacer nada más que actuar en ese momento, actúa; por ejemplo, que estés conduciendo y de repente pase alguien y te haga frenar; o cuando quieres ayudar a alguien que se encuentra en apuros y, si es realmente grave, desaparecen todos los pensamientos de lo que puedes hacer y lo que no, y pasas a la acción. Es como el ejemplo de la madre que levanta un coche porque su niño está debajo, porque si esa mujer se pone a pensar cómo va a levantar el coche, te aseguro que no será capaz de hacerlo.

Lo que yo creo es que la vida entera es un entrenamiento constante, y por eso para mí tiene mucho sentido el concepto del ninja, porque si yo quiero cambiar es cierto que puedo prepararme para cambiar, pero solo cambiando; es decir, es como ir en bicicleta, que por mucho que yo te diga te subes a la bicicleta y coges el manillar, y pones el pie aquí, y te das impulso, y entonces coges fuerza y subes el otro pie…, cuando tú te subes a una bicicleta no pones en práctica nada de lo que te he dicho. A veces es útil saber qué es una bicicleta, pero solo a veces, porque otras es mejor encontrarme directamente con la bicicleta y ponerme a pedalear, y con la vida pasa igual; la manera en la que aprendemos a vivir, es viviendo; no es pensando en cómo cambiar.

El poder ninja en los niños

Hablas de que en nuestra sociedad, en general, estamos educados para vivir pensando en el futuro, lo que nos genera una gran incertidumbre y nos impide disfrutar del presente. Para no repetir los mismos errores, ¿cómo se debe enseñar a los niños a aprovechar también su poder ninja, ya desde pequeñitos?

Una de las cosas que creo que es muy importante es no dirigirlos, porque si dirigimos al niño hacia dónde ha de ir, esa información está basada en lo que nosotros creemos, y lo importante es que el niño descubra sus preferencias, y no que esté condicionado por las nuestras. Por ejemplo, cuando un niño está aprendiendo a caminar, se cae constantemente, porque caer forma parte del aprendizaje. El libro, de hecho, tiene un capítulo que se llama 'Si te caes, levántate', porque el aprendizaje de algo pasa por un proceso en el que caerse forma parte del camino. Y justamente los niños se caen y miran a su alrededor para calibrar lo que ha sucedido, y ahí es donde el adulto suele ofrecer la información que tiene sobre el mundo, y le dice al niño "ten cuidado, que te tropiezas" o "eres patoso"…, y va inculcando una serie de creencias en el niño que le limitan, y esto es lo que no deberíamos hacer. En lugar de decirle a un niño cómo es el mundo desde nuestro punto de vista, simplemente deberíamos observarle y acompañarle. Y también protegerle, es decir, proporcionar a los niños un lugar seguro, porque no hace falta que aprendan a caminar al borde de un precipicio; pero si se ha tropezado 30 veces, eso no quiere decir que sea patoso, y hay que procurar no etiquetar nunca a un niño, porque luego tenemos 40 años y seguimos creyendo que somos patosos. Y también sería fundamental dejar de predecir el futuro, porque muchas veces antes de que el niño se caiga le decimos que se va a caer, y antes de que haga algo le predecimos que le va a salir mal, o que le va a costar mucho, o que va a ser muy difícil. Dejemos de predecir el futuro, y démonos cuenta de que nuestros miedos son solo nuestros.

En lugar de decirle a un niño cómo es el mundo desde nuestro punto de vista, simplemente deberíamos observarle y acompañarle

Ser niño –esto lo escuché una vez y me pareció precioso–, no es algo por lo que hemos de pasar para ser adultos, porque no sabemos en realidad cuánto vamos a vivir; eso no está garantizado, y no sabemos si vamos a vivir tres años, tres meses, 30 años, o 100; no tenemos ni idea. Pero como siempre estamos proyectando en el futuro, queremos que se comporte como un adulto, y que se comporte y haga cosas que no le tocan.

Y en la escuela…, ¿qué habría que cambiar?

En general, la educación está basada en modelos erróneos. Nos enseñan a leer en voz alta, y después nos dicen que nos callemos, cuando está más que demostrado que los niños aprenden a leer sin que nadie les enseñe; es decir, que es una propia curiosidad del niño que acaba relacionando lo que ve con lo que escucha, y acaba leyendo sin que nadie tenga que sentarle a practicar el ma, me, mi, mo, mu, y ese tipo de cosas que lo que hacen es ralentizar nuestra potencialidad. Al aprendizaje en contra de su propia naturaleza, hemos de sumarle que se siente frustrado porque lo que ha aprendido después necesita cambiarlo, y como normalmente se encuentra en una estructura en la que no se siente seguro –porque las escuelas son un lugar donde el niño no se siente seguro–, también necesita comportarse de una manera en la que sus amigos no se rían de él, el profesor no le castigue…; es un entorno hostil, y yo muchas veces me pregunto cómo hemos conseguido sobrevivir a todo eso.

Estamos acostumbrados a ver personas estresadas, personas enfadadas, personas discutiendo, personas insatisfechas…, y de repente existe la luz de alguien que está en paz, que ayuda, que acepta, que crece… Imagínate la potencia que tiene eso

Ahora hay muchas personas de mi generación que tienen hijos adolescentes, que están completamente en guerra, en lucha contra todo, y me lo explican como si fuera culpa del chico, y yo les digo que es su responsabilidad, porque llevan sometiéndole desde que nació para que hiciera lo que ellos querían. Por lo que sea, porque muchas veces no tenemos tiempo, o creemos que ciertas obligaciones son más importantes, y no dedicamos el tiempo que el niño necesita para las cosas que realmente son muy importantes para él, porque lo que para ti puede no tener importancia, para él puede suponer un trauma. Y durante mucho tiempo este niño ha estado sometido a hacer cosas que no quería hacer, y ahora tiene fuerza y puede meterse contigo. Necesita hacer algo para poder expandir esa energía, que además tiene reprimida, porque si le hubieras llevado a la montaña, o le hubieras dado una guitarra, probablemente hubiera podido expresar su creatividad de muchas maneras, y ahora sería un adolescente feliz y respetuoso, y compartiría contigo sus recitales de guitarra, en lugar de estar enfadado con el mundo. Si está así es que realmente no ha podido ser él mismo durante mucho tiempo, y ahora se produce un efecto rebote.

En qué consiste la técnica PSYCH-K®

En el libro mencionas la técnica PSYCH-K®, y dices que te ayudó tanto que incluso te llegaste a convertir en instructora…

En los últimos ocho años me he dedicado a un método para cambiar creencias –el PSYCH-K®–, del que hablo en el primer libro que escribí. En este segundo libro ya explico que todas estas herramientas para mí son parte del proceso. A mí esta técnica me sirvió mucho porque era muy congruente conmigo, pero hay muchísimas más. Antes de mi transformación radical yo no creía en mí, y durante un tiempo creí en esa herramienta, y eso me ayudó a cambiar, lo cual me parece magnífico. Con respecto a tu pregunta anterior sobre qué podríamos hacer para cambiar, o qué paso podríamos dar antes para cambiar, el que yo di fue leer un libro, que me pareció muy congruente, y lo que hice fue seguir el hilo del libro, que me llevó a esta herramienta, que es una manera de cambiar creencias, y que me sirvió hasta que recuperé mi poder personal y creí en mí. Y entonces la dejé, y por eso ahora siempre digo que es mejor asegurarse de que la técnica que empleas es temporal, que la vas a utilizar únicamente durante un tiempo. Existen personas que llevan mucho tiempo sometiéndose a terapia, pero yo creo que una parte importante de la evolución espiritual interna es darnos cuenta de que no necesitamos nada realmente, y hace miles de años que nos lo están diciendo; que cuando no necesitas nada es cuando lo tienes todo, esas frases famosas que durante un tiempo no entiendes porque estás en otro nivel. Para mí las herramientas de cambio tienen ese detalle a tener en cuenta. Yo me convertí en una de las 43 instructoras de PSYCH-K® del mundo, fui a Estados Unidos a formarme, participé en numerosos talleres en siete países distintos, me metí de lleno y me integré en la herramienta porque insisto que para mí fue congruente, aunque puede que otras personas no la encuentren así. Esa es la clave, al igual que hay personas que van a Lourdes y se curan, y hay personas que van a Lourdes y no lo consiguen; porque lo que cura es la creencia de si algo me cura o no me cura.

Creo que una parte importante de la evolución espiritual interna es darnos cuenta de que no necesitamos nada realmente

Es decir, la gente ya cambiaba antes y no existían todas estas herramientas. Para mí el PSYCH-K® ha sido una parte muy bonita de mi camino, y a mí me gusta verlo como una muleta; yo tenía la pierna rota, y hasta que la recuperé utilicé una muleta (que en mi caso fue PSYCH-K®), y ahora que ya tengo la pierna bien, pues no la necesito y se la paso a otra persona para que la aproveche. Para mí es importante también darse cuenta de que hay que saber donde está uno, porque generalizar es también muy típico y decir que si todo es de una manera, eso nos va bien a todos, y eso es un error, y de ahí esa invitación a conocernos, porque si nos conocemos sabremos qué nos viene bien, y qué no.

¿En qué consiste este método, y a quién se lo recomendarías?

Resumiéndolo mucho, tiene una parte muy breve de la kinesiología, porque la información la tenemos en nuestro subconsciente, y en él se guardan las creencias con las que nos programaron de pequeños, y con las que vamos por el mundo. Y para cambiarlas, lo que se hace es seguir una serie de pasos muy definidos y, según la técnica, acceder al subconsciente, y cambiar la información, con lo que se llama la teoría del cerebro integrado, para activar toda nuestra potencialidad.

El PSYCH-K®, además, tiene un gran padrino, que es Bruce Lipton, que es un doctor en biología que ha realizado muchas investigaciones, y descubrió que los genes se pueden reprogramar, y lo escribió en su primer libro, que se llama 'Biología de la creencia', que es muy bueno y que recomiendo, y él utilizó esta herramienta y cambió muchas cosas con ella. Por eso, el que esté interesado en esta técnica puede encontrar mucha información. Cuando yo hice el primer taller en el 2009 éramos cuatro gatos, pero ahora ya hay tres instructoras españolas, y la persona que lo trajo a España, y que sigue viniendo de vez en cuando, que es un hombre de Austin (Texas).

Si yo estoy en contacto conmigo misma y siento que me encuentro con una herramienta como PSYCH-K®, o cualquier otra, y siento que me apetece hacerlo y me va bien, pues lo hago, porque eso forma parte de pasar a la acción. Hacer algo ya no es mental, ya implica poner en funcionamiento el sistema. Lo que se está convirtiendo en una locura, es que lo dejamos en la mente y no hacemos nada; y eso se está convirtiendo en una enfermedad. El mundo está lleno de herramientas y de personas magníficas, y libros y revistas, y de sitios de Internet, etcétera, a los que podemos acceder y donde podemos encontrar la herramienta que necesitemos, o que creamos que necesitamos. 

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