Nayara Malnero
14 de julio de 2016
El sexo aún se considera un tabú en gran parte de la sociedad, y suele resultar un tema embarazoso, tanto para los padres que deciden hablar sobre ello con sus hijos, como para los adolescentes conscientes de que, en cualquier momento, esa charla llegará. Para evitar situaciones incómodas y aportar su granito de arena en la comprensión de la sexualidad como algo natural, Nayara Malnero, sexóloga, psicóloga, y miembro de la Sociedad Española de Contracepción (SEC) y de la Asociación Española de Sexología (AES), decidió crear un canal de Youtube con vídeos explicativos en los que habla sin tapujos de todo lo relacionado con la sexología, y que ya cuenta con más de 85.000 suscriptores. Ahora, esta asturiana ha dado un paso más, y ha publicado su libro Sexperimentando (Editorial Planeta, 2016) para dar respuesta, de manera práctica y sencilla, a todas las dudas que surgen sobre el sexo, y que está especialmente dirigido a jóvenes de 12 a 18 años. Aquí nos resuelve algunas de las más habituales.
Tu libro está orientado a jóvenes y adolescentes que desean informarse sobre el sexo. ¿Cuáles crees que son las causas de que sea un tema tabú en la sociedad?
Creo que lo que falta principalmente es inversión en este tema, es algo que pocas veces se ha tomado en serio y, cuando se ha hecho, no se suele manejar bien. Actualmente, después de los recortes, nos hemos quedado en que la financiación en las escuelas públicas para abordar esta temática es totalmente nula. Así que yo veo el origen de este problema en lo político, y en todos los niveles sociales.
Si es un tema que se debe tratar en los colegios, como bien dices, ¿debería existir una clase de educación sexual obligatoria?
Hoy por hoy lo que se contempla es que haya un contenido transversal, es decir, que en los colegios se aborde como todas las asignaturas y en todos los niveles, pero eso no se está haciendo porque, como es tarea de todos, al final acaba siendo tarea de nadie. Una asignatura concreta estaría bien, pero habría que entender educación sexual como algo más, no solo prevención de riesgos, que es lo que se está haciendo. En parte esto es lo que intento conseguir con mi libro, ir más allá.
Siempre se ha dicho que la charla sobre sexo se debe tener en casa, pero es embarazosa para ambas partes. ¿Cuál es la mejor edad y el mejor momento para hacerlo?
La verdad es que creo que no debe haber un momento específico para llevarla a cabo; de hecho, no debería ser necesario que existiera, porque cuando algo está integrado de manera normal en nuestras vidas no hace falta sentarse y hablar de ello con los niños. Los pequeños saben que tienen que comer bien, y tomar frutas y verduras con frecuencia, y es una pelea diaria y constante; no te sientas un día con ellos y les dices: ‘hay que comer bien’. Esto ocurre porque está integrado en los hábitos cotidianos, y esa naturalidad es quizá lo que nos falta; estamos demasiado acostumbrados a pensar que un día tendrá lugar esa charla, cuando no tendría que ser así. Los padres suelen decidir hablar sobre sexo cuando perciben algún riesgo, y probablemente cuando lo notan sus hijos ya han estado expuestos a muchos más riesgos antes, por lo que considero que estas charlas llegan tarde y mal.
No debe haber un momento específico para tener la charla sobre sexo; no debería ser necesario que existiera, porque cuando algo está integrado de manera normal en nuestras vidas no hace falta sentarse y hablar de ello con los niños
¿Cómo pueden fomentar los padres la confianza en los hijos para que les pregunten todas las dudas y evitar así que esa charla llegue tarde?
Creo que los padres deben trabajar la comunicación en general, en todos los niveles, porque hay muchos problemas de comunicación emocional, y no sabemos entendernos bien, o no sabemos negociar bien. Los adolescentes no están acostumbrados a regatear con sus padres de una manera educada ni adecuada. Esto es un problema de comunicación de base, y cuando llegamos al tema de la sexualidad, lo que no podemos pretender de inmediato es que un tema que ha sido siempre tabú se normalice de repente. Lo ideal es ir dándoles pequeñas lecciones, por llamarlo así, desde pequeñitos. Los niños y niñas suelen preguntar por temas como la aparición de los pechos, o por qué nos damos besos, y las niñas, en especial, siempre preguntan por la menstruación y aspectos relacionados. Así que hay que aprovechar desde que son muy pequeñitos para enseñarles educación sexual.
Información sexual para niños y jóvenes
Muchos padres intentar aislar a sus hijos de todo lo relacionado con el sexo. ¿Esto puede hacer que los niños busquen información en Internet, con los riesgos añadidos que esto conlleva?
Sí, generalmente, cuanto más se oculta más riesgo se asume; esto lo podemos comprobar a través de los sistemas educativos de los países nórdicos, que son los que más visibilizan la educación sexual a todos los niveles, y son los que cuentan con los índices de primeras relaciones sexuales más tardíos y los niveles de contagio por enfermedades de transmisión sexual más bajos. Los jóvenes, cuando tienen información suficiente, no necesitan correr riesgos para descubrirlo por sí mismos. Por tanto, todo eso de tapar, en cierta medida está bien porque hay que gestionar la información, pero tampoco ocultar por sistema, porque puede provocar un efecto rebote.
Los jóvenes, cuando tienen información suficiente, no necesitan correr riesgos para descubrirlo por sí mismos
¿Crees que ese interés por saber sobre temas relacionados con el sexo se produce cada vez antes?
Probablemente sí, sobre todo en el sexo, que les resulta un tema muy atractivo y menos conocido. Los niños están bombardeados de información por todos lados; estamos inmersos en la cultura de la información, y ellos saben mucho más de lo que sabíamos nosotros. También saben hacer cosas y buscar información de manera diferente a como la buscábamos nosotros. Otro factor que influye es la sociedad de la erótica, y que todo esté sexualizado en la publicidad, que accedes a Internet y todo es pornografía…, ahí es donde hay que hacer algo al respecto.
Según un estudio publicado hace unos meses es posible averiguar la edad de la primera relación sexual y el número de hijos que tendremos gracias a nuestros genes. ¿Crees que esto es posible? ¿Significa entonces que no decidimos nosotros, sino la genética?
No me lo creo nada; hay determinados patrones biológicos que pueden tener algo que ver con los procesos hormonales, con el crecimiento, o con el desarrollo sexual. Pero, por ejemplo, que una chica desarrolle sus pechos antes no quiere decir que vaya a tener relaciones sexuales antes; las decidirá voluntariamente. Se supone que no somos como animales sin ningún control. Ahí está la diferencia. Me imagino que irá en base a eso, porque la genética es lo que determina, no tanto cuántos hijos vas a tener, porque los tienes si quieres y, si no, no, ya que actualmente disponemos de métodos anticonceptivos muy eficaces.
¿Por qué se piensa que el sexo es tan importante y que solo se practica si hay penetración?
Estamos equivocados; asimilamos la palabra sexo con penetración, cuando no tendría que ser así, ya que hay mil fórmulas para lograr placer, que es la finalidad de la sexualidad, al margen de reproducirse. Estamos completamente obsesionados con esto; por un lado, puede ser por nuestra cultura religiosa, que ciñe las relaciones sexuales al fin directo de tener hijos y, por otro lado, puede ser causa de la cultura del porno, en la que la penetración es más visual y más llamativa.
Asimilamos la palabra sexo con penetración, cuando no tendría que ser así, ya que hay mil fórmulas para lograr placer, que es la finalidad de la sexualidad, al margen de reproducirse
Existen personas que tienen dudas sobre si dejarse llevar durante el sexo, o limitarse, por el qué dirá la pareja. ¿Qué consejos darías a esas personas?
Creo que una pareja es un complemento en tu vida que sirve siempre para sumar, y no para restar, y cuando tienes que dejar de ser tú mismo para complacer a tu pareja, o por miedo a qué dirá tu pareja, ahí existe un problema de base. Pero el problema primordial es que no tenemos una buena educación sexual que reafirme una buena autoestima, o unas buenas relaciones igualitarias, con lo cual es un poco insostenible; queremos, pero no lo hacemos.
Salud sexual y primer amor
¿Crees que esa mala educación sexual y la falta de información puede ser causa de un aumento de los embarazos en la adolescencia?
Para nada; al contrario, la información está multiplicada por un millón. Pero el caso es que está mal utilizada, mal dirigida, porque no llega de manera efectiva donde tiene que hacerlo, y también porque la percepción de riesgo que tienen hoy los adolescentes es muy baja. Ya nadie se muere de sida, y ya no existen esas enfermedades tan peligrosas o ese miedo que existía antes; con esto no quiero decir que la educación sexual del miedo sea buena, porque no lo es. Sin embargo, sí que es cierto que nos hemos relajado mucho, y ese es el gran problema.
Para evitar embarazos no deseados, u otros problemas de salud, hay que acudir con frecuencia a las revisiones ginecológicas, un tema escabroso para muchas jóvenes. ¿Cómo deben abordar esta visita?
Es cierto, no sé por qué no hay naturalidad en esto. Todos vamos al dentista, y a veces nos hace daño, pero vamos porque es necesario ir; sin embargo, el ginecólogo es el gran tabú. La primera revisión ginecológica, si no has mantenido relaciones sexuales, no necesita exploración íntima, sino que se hace una ecografía externa. Creo que el problema es la falta de conexión de las niñas con los profesionales sanitarios; es como algo que está ahí, que me da vergüenza, que forma parte de mi cuerpo, pero como algo anexo, y cuando hay que abordarlo de manera directa, da miedo, porque el miedo al ginecólogo es generalizado. También existen muchas dudas en torno a la confidencialidad, sobre si se le va a contar a los padres lo que se habla en la consulta.
En tu libro dedicas un apartado a saber asimilar un “no” como respuesta. ¿Cómo pueden los jóvenes enfrentarse a ese “no”, o a la ruptura con su primer amor?
A todos nos pasa alguna vez en la vida, si no, no sería el primer amor. Lo mejor para superarlo es normalizar, y enseñar en qué consiste el enamoramiento, cómo son las primeras relaciones, y que los jóvenes tengan ante todo perspectiva de futuro. Si hoy por hoy hay tantos ni-nis, como se les suele llamar, es porque no tienen ninguna perspectiva de futuro, no imaginan más allá, ni las exigencias que van a tener después. Si no me imagino qué voy a querer en mi vida después, qué voy a querer estudiar, o dónde voy a querer trabajar, quizá tienda a pensar que la pareja que tengo va a ser para siempre. Evidentemente, el enamoramiento crea eso, esa ilusión de que va a ser para toda la vida, que es muy bonita y a la vez muy saludable, pero hay una falta de capacidad crítica, o una falta de educación en ese sentido y, por supuesto, hay que contar con una buena autoestima y mucha seguridad en uno mismo.
¿Crees que los jóvenes hablan claramente de sus sentimientos con la otra persona, o no lo hacen por miedo a sufrir un rechazo?
Los jóvenes no saben comunicarse nada bien, sobre todo a nivel afectivo. Por ejemplo, el otro día en una consulta con una chica de 18 años, para que aprendiese a comunicarse mejor con su novio, le dije que escribiese una carta, y fue toda una odisea que le pusiera que le quería, y llevan unos cuatro años juntos. Sobre todo me decía que sentía vergüenza al ponerle eso.
Lo mejor para superar la ruptura del primer amor es normalizar, y enseñar en qué consiste el enamoramiento, cómo son las primeras relaciones, y que los jóvenes tengan ante todo perspectiva de futuro
También existe el problema del mito de que hay que dejarse llevar, que en el amor y en el sexo tienen que surgir poco a poco las cosas, y que planificar no está bien. La falta de comunicación puede ser en parte por eso y porque, evidentemente, no siempre lo tenemos claro, porque alguien puede ser para un rollo en principio y luego gustarnos más, o al revés. Ese riesgo para un adulto es alto, así que imagínate para un adolescente que no tiene claro absolutamente nada.