Dr. Alberto Martínez-Castelao

Presidente de la Sociedad Española de Nefrología
Con motivo de la celebración del Día Mundial del riñón, hablamos con el doctor Alberto Martínez-Castelao, presidente de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), sobre la insuficiencia renal.
Dr. Alberto Martínez-Castelao, Presidente de la Sociedad Española de Nefrología

EL Dr. Alberto Martínez-Castelao es el Presidente de la Sociedad Española de Nefrología.

“La donación de vivo supone menores riesgos y muchas ventajas para el receptor de un riñón”

1 de marzo de 2012

Con motivo de la celebración del Día Mundial del riñón, hablamos con el doctor Alberto Martínez-Castelao, presidente de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), sobre la insuficiencia renal, una enfermedad caracterizada por la pérdida progresiva de la función de los riñones del paciente que, en fases avanzadas, depende de un trasplante para mejorar el pronóstico.

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Como en cualquier otra patología, se insiste mucho en la importancia de la detección precoz, pero ¿qué signos pueden alertar a una persona de que podría padecer una insuficiencia renal?

La insuficiencia renal no presenta síntomas en muchos casos. Hay que estar alerta cuando se trata de un paciente que pertenece a alguno de los grupos de riesgo, es decir, aquellas personas que sean hipertensas, diabéticas, que hayan tenido algún accidente cardiovascular..., sobre todo si además son mayores. Pero no hay signos de alarma, por lo que es necesario realizar análisis de sangre o de orina para detectar la insuficiencia renal. Un aumento del nivel de creatinina y de urea en sangre, y la presencia de proteína en la orina (proteinuria) pueden confirmar el diagnóstico. Son análisis sencillos, que hay que realizarse regularmente, porque un diagnóstico precoz es muy importante para frenar la progresión de la enfermedad.

Es necesario realizar análisis de sangre o de orina para detectar la insuficiencia renal

¿Es hereditaria la insuficiencia renal? ¿Se deben tomar medidas en caso de tener antecedentes familiares?

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Algunas enfermedades renales pueden ser hereditarias, por ejemplo, la poliquistosis renal sí se hereda. Sin embargo, en muchos casos los antecedentes familiares no influyen en el desarrollo de insuficiencia renal, y sí lo hacen otros factores ya mencionados como la hipertensión, la diabetes y las patologías cardiovasculares y, en ese sentido, el control de esas afecciones es la mejor manera de prevenir el fallo renal.

¿Cómo se puede prevenir la patología renal?

En el caso de que se trate de una enfermedad hereditaria, se aconseja no tener descendencia hasta que no exista la prevención. Con el diagnóstico precoz y un tratamiento farmacológico adecuado de trastornos como hipertensión o diabetes se puede retrasar o evitar la aparición de problemas renales.

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¿La formación reiterada de cálculos en el riñón puede afectar al funcionamiento del órgano afectado?

No siempre. Pero estos pacientes deben acudir regularmente al especialista para vigilar la función renal y poder detectar a tiempo cualquier problema que se presente.

¿A qué se debe la asociación, tan frecuente, de insuficiencia cardiaca crónica e insuficiencia renal?

La patología cardiovascular puede causar daño a los riñones, y también se produce la situación contraria, es decir, que los trastornos asociados a la insuficiencia renal, como la hipercolesterolemia o la hipertensión, terminen afectando al corazón. Cuando la hipertensión arterial no está diagnosticada, o no se trata correctamente, puede dañar tanto al corazón, como al riñón y, por supuesto, a ambos órganos a la vez.

Cuando la hipertensión arterial no está diagnosticada, o no se trata correctamente, puede dañar tanto al corazón, como al riñón

Una vez diagnosticada la insuficiencia renal, ¿qué medidas se pueden adoptar para que el paciente pueda retrasar el inicio del Tratamiento Sustitutivo Renal (TSR)?

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Estos enfermos precisan una atención multidisciplinar y multifactorial, es decir, que el especialista que maneje al paciente esté en contacto con otros médicos que le tratan, tanto el médico de atención primaria, como otros que necesite visitar para controlar la tensión arterial, el colesterol, la proteinuria, los niveles de azúcar... Con los hábitos de vida y la medicación apropiada para mantener bajo control todos estos factores, se puede evitar que la función renal empeore y retrasar el TSR.

¿Qué tipo de vida debe llevar un paciente en TSR? ¿Debe seguir alguna dieta específica?

Es necesario que sigan una dieta muy estricta, sin sal, y consuman muy pocos líquidos para no sobrecargar a los riñones. Además, hay que tener en cuenta otros factores asociados como la insuficiencia cardiaca, que es muy común en estos enfermos, su estado de salud general, la edad, porque a mayor edad mayores son las probabilidades de que surjan otras complicaciones, como la diabetes mellitus tipo 2, etcétera. Estos pacientes, por lo tanto, deben extremar el control de todas las afecciones que podrían comprometer todavía más la función renal deteriorada.

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¿Cuánto tiempo puede vivir un paciente que sigue TSR?

Depende de la causa que originó la insuficiencia renal y de la patología asociada, sobre todo la cardiovascular. Tendrá mejor futuro el paciente que puede ser trasplantado, y los más jóvenes, porque con la edad hay mayor incidencia de enfermedades como diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia...

¿Todos los pacientes son susceptibles de trasplante?

Para optar al trasplante deben tener unas condiciones orgánicas adecuadas. Las personas que han sufrido un ictus o un infarto de miocardio, por ejemplo, se consideran pacientes de mucho riesgo. Si se trata de enfermos de cáncer, es necesario que hayan pasado un tiempo libres de la enfermedad antes de realizar el trasplante.

¿Qué factores se tienen en cuenta para decidir trasplantar el órgano de un donante vivo? ¿Qué características debe reunir el donante?

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Es imprescindible que el donante de órganos goce de una buena salud general y, lógicamente, no puede presentar una infección activa, ni patologías crónicas. Se hace también una valoración psicológica del donante; se trata de comprobar que la donación no pueda producirle un deterioro, ni físico, ni psicológico, a largo plazo. Entre receptor y donante debe existir, además, compatibilidad HLA, el mismo grupo sanguíneo (las personas con grupo O son donantes universales, pero solo pueden recibir órganos de alguien con su mismo grupo), y parecido inmunológico.

Entre receptor y donante debe existir compatibilidad HLA, el mismo grupo sanguíneo, y parecido inmunológico

¿Qué avances se han producido en la donación de órganos? ¿Ha mejorado el pronóstico de los pacientes que han recibido un trasplante?

Se han mejorado los medicamentos inmunosupresores enormemente, lo que ha influido en la disminución del rechazo crónico a largo plazo. Gracias a la experiencia de los equipos de trasplante se ha avanzado también en la prevención y control de las infecciones.

¿Es mejor este pronóstico si se trata de un órgano procedente de un donante vivo?

Sí. El donante cadáver no es óptimo, ya que la calidad del órgano es menor (puede ser que se trate de una persona mayor, o que padeciese alguna afección que haya deteriorado el riñón) y esto influye en su buen funcionamiento a largo plazo. El órgano procedente de un donante vivo tiene una mejor supervivencia, lo que supone menores riesgos y muchas ventajas para el receptor.

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