Dr. Julio García Rodríguez
5 de marzo de 2020
La epidemia de COVID-19, la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que se detectó por primera vez en la ciudad china de Wuhan a finales de 2019, sigue extendiéndose por el planeta y ya ha llegado a España. Las autoridades sanitarias de los países afectados, la Organización Mundial de la Salud, medios de comunicación y redes sociales, entre otros, ofrecen información constantemente actualizada sobre el número de infectados por el coronavirus y su evolución, y las medidas que se han establecido para contenerlo –como las cuarentenas o aislamiento de infectados y sus contactos directos en zonas de riesgo–, así como las opciones que se están estudiando para tratar a los enfermos, pero el hecho de que se trate de un nuevo virus cuyo comportamiento no se puede predecir genera inquietud y ha dado lugar a rumores, inexactitudes y a la circulación de datos falsos por la red. Hablamos con el Dr. Julio García Rodríguez, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital La Paz (Madrid) y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), para que nos explique lo que se sabe hasta ahora de este tipo de coronavirus y nos aclare las principales dudas sobre la enfermedad que provoca (COVID-19) y cuáles son las personas con más riesgo de padecer síntomas graves.
¿Cuáles son las características que comparte el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 con el MERS (síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio) y el SARS (síndrome respiratorio agudo grave), y en qué se diferencia su capacidad de contagio o gravedad con estos y otros virus como el de la gripe?
Hay algunas cosas en las que son muy parecidos, pero hay dos hechos diferenciales muy evidentes. Primero, su capacidad de diseminación; mientras que tanto SARS como MERS tienen más dificultad para transmitirse de humano a humano, este nuevo coronavirus tiene una alta capacidad de transmisión, y eso es lo que lo convierte verdaderamente en un problema. El índice R que nosotros utilizamos está entre dos y tres, lo que significa que un paciente infectado puede infectar a dos o tres personas sanas, más o menos. Teniendo en cuenta que en el caso de la gripe el índice no llega a dos, es 1,5 –aunque depende del tipo de gripe de cada año, porque a veces puede estar en torno a 1,1 o 1,2–, uno se da cuenta de la elevada capacidad de transmisión de este virus.
La tasa de mortalidad en China está en torno al 2 o 2,5%, y fuera parece ser inferior, pero la gravedad también depende del número de afectados, porque si es del 1% y hay 100 infectados, fallecería uno, pero si hay un millón, fallecerían 10.000
El otro factor que diferencia al SARS-CoV-2 de los otros dos es la mortalidad. Afortunadamente, por lo que sabemos hasta ahora este coronavirus tiene unas tasas de mortalidad sensiblemente inferiores a las del SARS –que estaban en torno al 10%–, y mucho menores que las del MERS –que están en torno al 30%–. En este caso la crisis no está cerrada, por lo que hasta que no tengamos todos los datos no podemos decir cuál es la tasa de mortalidad real. Parece que en China la tasa de mortalidad es un poco más alta, en torno al 2 o 2,5%, mientras que fuera de China se estima que es inferior, pero aun siendo inferior esto depende del número de afectados; es decir, si la tasa de mortalidad es de 1% y hay 100 personas infectadas, es uno, pero si hay un millón de personas infectadas, son 10.000.
También puede haber gente que se haya infectado y no tenga clínica y no se haya llegado a diagnosticar. Por tanto, no disponemos de todos los datos que nos permitan sacar conclusiones. Cuando acaban las epidemias y se ven con perspectiva, generalmente las tasas de mortalidad bajan. Y es que realmente no sabemos la tasa de mortalidad porque desde que hacemos el diagnóstico hasta que el paciente fallece pueden transcurrir unos 12 días; hay un decalaje. Si se murieran en cuanto fueran diagnosticados, tendríamos la tasa de mortalidad, pero en ese decalaje no sabemos lo que puede pasar. Entre eso, y que hay muchos que ni siquiera serán diagnosticados porque no van a manifestar síntomas, o porque solo tienen un dolorcillo de garganta y deciden no ir al médico, no tenemos muy claro cuál es la tasa exacta, aunque sí sabemos que es claramente inferior a la de China, y algunos expertos opinan que debe de estar en torno al 0,5%.
Parece ser que todavía no se ha determinado el origen del SARS-CoV-2, ¿sería posible que se tratase de una mutación del virus SARS?
El SARS ya no circula, es una epidemia que desapareció, aunque el MERS sí continúa circulando, y está activo y todavía provoca algún brote en Arabia Saudita. El SARS-CoV-2 se parece genéticamente mucho al SARS, y a un SARS que tienen también los murciélagos, pero si es consecuencia de una mutación es especulativo y no puedo opinar al respecto. Solo podemos decir que genéticamente es muy parecido.
En algunos estudios se ha visto que el coronavirus puede sobrevivir hasta nueve días en distintos tipos de superficies, aunque eso no quiere decir que permanezca infectante nueve días
Respecto a los síntomas, salvo en los casos graves que presenten dificultades respiratorias, el resto son similares a los de una gripe, o incluso un catarro, y algunos pacientes han explicado que, o no han tenido fiebre, o solo han tenido unas décimas durante un día. ¿Significa eso que si solo tienes uno de los síntomas descritos, como por ejemplo tos, deberías llamar a los teléfonos habilitados para ello y mantenerte aislado hasta que te digan lo contrario?
Yo ahora mismo, por ejemplo, tengo tos, picor de ojos y rinorrea, pero es porque soy alérgico y sé que durante los meses de febrero y marzo voy a estar así; entonces, si uno ha tenido algún contacto de riesgo con alguien que haya podido viajar, o ha estado en alguna convención con gente cuyo origen desconoce y empieza con estos síntomas, no pasa nada por llamar desde casa. Pero si todos los que experimentamos un leve dolor de garganta llamamos a salud pública…
Creo que cada uno tiene que preseleccionarse y preguntarse si realmente ha tenido algún contacto de riesgo que le haga sospechar que pudiera tener COVID-19 y, si no es así, creo que no merece la pena.
En cuanto al contagio, ¿se sabe ya cuánto tiempo puede sobrevivir el virus fuera del organismo del huésped, por ejemplo en superficies como un asiento, o la barra del metro o el autobús?
Hay algunos coronavirus que sobreviven horas, y en este caso se ha publicado que pueden sobrevivir algo más de una semana, pero dicho así sería inexacto, porque depende de la superficie donde está. No es lo mismo una superficie metálica que una superficie de madera, por ejemplo. Depende de si hay restos orgánicos, o no. Pero se ha visto en algunos estudios –aunque muy poquitos– que pueden sobrevivir hasta nueve días en distintos tipos de superficies, aunque eso no quiere decir que permanezca infectante nueve días.
Es un hecho que apenas hay infecciones en niños, y cuando las hay son muy leves, aunque aún no sabemos por qué
Hay que tener en cuenta que los datos de los que disponemos hasta ahora son muy preliminares, y que lo mismo dentro de unos días la respuesta a esta pregunta varía.
Quién corre más riesgo al contraer SARS-CoV-2
La gran mayoría de los infectados son adultos de más de 40 años, ¿por qué el coronavirus parece afectar menos a los niños pequeños, a pesar de que sí se consideran población de riesgo en otras patologías infecciosas como la gripe?
Buena pregunta, y la misma nos hacemos nosotros, y mis colegas. No lo sabemos. Es un hecho que apenas hay infecciones en niños, y cuando las hay son muy leves, y a lo mejor –aunque esto ya es especulativo– podría tener que ver que el coronavirus para entrar dentro de una célula interacciona con unos receptores celulares, muchos de los cuales están en el pulmón, en las células pulmonares, y a lo mejor tiene que ver con inmadurez de esos receptores. Pero esto es una especulación que yo pienso, y que hemos discutido entre nosotros, pero no hay ninguna evidencia en ese sentido. El hecho es que es así, y que entre los niños apenas hay casos.
Hablando de población de riesgo, he leído que el ratio de muerte según las condiciones médicas anteriores del individuo infectado es muy superior en el caso de las personas con enfermedades cardiovasculares o diabetes. ¿Es esto cierto? ¿Deberían estos pacientes adoptar precauciones especiales?
Sí, entre las personas que tienen enfermedades cardiovasculares, diabetes, EPOC, la tasa de mortalidad es más elevada, pero esto también ocurre con la gripe. Las precauciones que se recomiendan, sin embargo, son iguales para todos. Lo que no se recomienda es que la gente se ponga mascarilla; eso ya lo hemos dicho, y creo que está claro, pero aun así conviene repetirlo: uno no se debe poner mascarilla si no está enfermo, y en ese caso se hace para no contagiar a los demás.
Entre las personas que tienen enfermedades cardiovasculares, diabetes o EPOC, la tasa de mortalidad es más elevada
La mascarilla da una falsa sensación de seguridad a las personas sanas que piensan que pueden ir protegidas, y muchos de los contagios se producen a través de las manos, por lo que hay que hacer es para prevenir la infección es:
Tampoco se conocen todavía las repercusiones que podría tener el hecho de padecer COVID-19 durante la gestación, ¿se sigue algún protocolo de actuación diferente en el caso de que una embarazada presente síntomas de la enfermedad?
Hay algún estudio publicado con muy pocos casos, pero se ha confirmado que la infección no ha pasado al bebé, que no ha habido transmisión vertical. En ese sentido, lo único que podemos decir es que la evidencia hasta ahora parece que va a favor del que el SARS-CoV-2, que es el virus, no se transmite verticalmente, pero eso se basa en los hallazgos de un trabajo recientemente publicado en el que no sé si se había visto a nueve o 10 embarazadas.
Uno no se debe poner mascarilla si no está enfermo porque la mascarilla da una falsa sensación de seguridad, y muchos de los contagios se producen a través de las manos
Si detectamos que una embarazada tiene COVID-19 no le quepa duda de que le vamos a mirar hasta en los párpados, y a su bebé igual, pero protocolizado, que es lo que me pregunta, de momento no está.
Y si la infectada es una madre que está amamantando a su hijo, ¿debería interrumpir la lactancia, o incluso el contacto estrecho con su bebé?
Tampoco lo sabemos, pero los indicios que tenemos sugieren que no, porque como he dicho en los niños, incluso en lactantes, parece que es muy leve, y muchos son asintomáticos.
No parece que sea un virus que se cebe en niños, ni en niños muy pequeños, así que mientras que no haya evidencias que así lo aconsejen, creo que no es necesario interrumpir la lactancia.
Cómo se trata el COVID-19, ¿dispondremos de una vacuna efectiva?
En los casos leves de COVID-19 se administran analgésicos como el paracetamol, pero en los pacientes graves, ¿se podrían aprovechar investigaciones anteriores sobre la forma de tratar los brotes provocados por SARS y MERS para desarrollar un tratamiento o una vacuna preventiva contra el SARS-CoV-2?
Sí, y de hecho, se está haciendo; por ejemplo, se están administrando fármacos como el antivírico contra el sida Caletra, entre otros, que se han empezado a emplear en este caso por la experiencia que había con el SARS, porque ya se habían utilizado en situaciones similares y se había visto que podían dar resultado.
Lo que genera más incertidumbre e inquietud, es que se trata de un virus nuevo y que no sabemos cómo se va a comportar
Se están utilizando sobre todo en pacientes graves, en los que requieren intubación o padecen una neumonía grave, porque no tenemos datos, no hay ensayos clínicos que avalen su uso. En medicina casi siempre nos basamos en evidencias y pruebas para realizar un tratamiento, pero a veces en casos urgentes hay que emplear terapias antes de tener las evidencias, porque si no se moriría la gente; ahora mismo hay más de 100 ensayos clínicos en marcha para probar distintos fármacos, pero todavía no hay resultados concluyentes que indiquen cuál es el mejor tratamiento para el coronavirus.
¿Podría contribuir la subida de las temperaturas que se produce a partir de primavera a frenar o ralentizar la expansión del virus, como suele ocurrir con la gripe?
Tampoco lo sabemos por tratarse de un virus nuevo, y eso es lo que genera más incertidumbre e inquietud, que no sabemos cómo se va a comportar. Esperamos que sí, porque muchos virus respiratorios viven muy bien en ambientes fríos porque la mucosa respiratoria cuando hace frío se hace más sensible a la colonización de patógenos, pero también es verdad que con la gripe pandémica de 2009 –la gripe del cerdo–, mientras que habitualmente la campaña de gripe empieza en diciembre o enero y se alarga hasta marzo, en aquella época empezó en junio, y era un virus de la gripe.
Hay como 10 u 11 ensayos de vacunas, pero llevan tiempo y no se puede acelerar, y por eso pensamos que antes de un año y medio no vamos a disponer de una vacuna
Por eso, aunque esperamos que la subida de las temperaturas ayude a frenar la propagación del SARS-CoV-2, ahora mismo no lo sabemos. Yo estoy deseando que empecemos a poder freír huevos en las aceras en Madrid para ver si esto desaparece… (risas)
¿Cuánto tiempo se suele tardar en desarrollar una vacuna contra un virus de este tipo? ¿Merece la pena el esfuerzo teniendo en cuenta que estos microorganismos suelen mutar, y que en cualquier momento puede aparecer otro similar que no responda a la profilaxis?
Son dos muy buenas preguntas. Una de las cosas que estamos viendo con esta epidemia es que la estamos viviendo todos en tiempo real, es decir, a pesar de lo que uno pueda pensar sobre los chinos, la verdad es que se ha liberado información rápidamente. Hay que darse cuenta de que los primeros casos se detectan en diciembre, y a mediados de enero ya estaban colgadas las secuencias del virus en bases de datos internacionales; estaba secuenciado el virus y estaba colgada la secuencia.
Eso ha permitido el desarrollo muy rápido de test diagnósticos que son los que utilizamos ahora, y también ha permitido conocer en profundidad la estructura del virus y el desarrollo de vacunas. Ahora mismo hay como 10 u 11 ensayos de vacunas, pero las vacunas llevan su tiempo, y no se puede acelerar, y por eso todos pensamos que antes de un año y medio no vamos a disponer de una vacuna.
Es difícil transmitir la realidad, porque si hacemos demasiado énfasis se nos puede malinterpretar y pensar que la situación es más grave de lo que es, o al contrario, creer que es más leve
En cuanto a su utilidad entiendo que usted lo dice por la gripe, pero es que el virus de la gripe es un virus muy especial. Nosotros tenemos ADN (ácido desoxirribonucleico) y ARN (ácido ribonucleico), y los virus que tienen ARN, como es este y es el de la gripe, son proclives a mutar porque cometen muchos errores en su replicación. Pero, además, el virus de la gripe es especialmente particular, porque además de esa mutación inherente al hecho de ser un virus ARN, expresa unas proteínas en su superficie –la hemaglutinina y la neuraminidasa– que mutan todavía mucho más, y eso hace que de un año para otro las vacunas no sirvan, y por eso tenemos que estar sacando vacunas para la gripe todos los años.
Pero es el único caso que se da en el mundo de los virus. En el caso del coronavirus SARS-CoV-2 cuando se desarrolle una vacuna puede producirse alguna mutación posterior, pero no sería un caso tan extremo como el de la gripe, y seguramente esto reduciría el problema. Lo que pasa es que, como digo, probablemente no tendremos una vacuna antes de un año y medio.
El COVID-19 no se considera aún una pandemia, pero cada vez hay más países afectados y probablemente haya casos que no se hayan detectado en otros muchos debido a deficiencias en sus propios sistemas sanitarios, ¿qué repercusiones tendría la declaración de pandemia?
Para el ciudadano normal ninguna, eso nos afecta a las administraciones públicas, que son las que tienen que tomar medidas de cara al tráfico de personas, comercio, etcétera, y a los sistemas sanitarios que tienen que tomar medidas para reforzarnos. Nosotros lo que vamos es escalando –no podemos pasar del 0 al 100 de un día para otro– y nos vamos adaptando conforme va habiendo más casos. Pero ese tipo de cosas que hace la OMS, como la declaración de una emergencia internacional o de pandemia, no van dirigidas al público general, sino que tienen que ver con las medidas que tienen que adoptar los gobiernos.
En esto hay que mantener un equilibrio muy complicado entre informar bien sin banalizar la enfermedad, porque la enfermedad aunque en sí misma no sea grave y con una tasa de mortalidad bajita, es un poquito más alta que la de la gripe, pero no estamos hablando de un ébola. Mantener ese equilibrio es complicado sin banalizarla, sin quitarle excesiva importancia, pero tampoco alertar. La gente tampoco tiene que estar atemorizada en su casa.
A veces es difícil informar desde su punto de vista, y para nosotros también es difícil transmitir las cosas, porque si hacemos demasiado énfasis en algo se nos puede malinterpretar y pensar que es más grave de lo que es; o al contrario, creer que es más leve. Lo que sí recomendamos es adoptar las precauciones que siempre se indican para prevenir la gripe, y sobre todo las medidas higiénicas que he comentado y que son muy simples, pero realmente son muy efectivas.