La esclerosis múltiple es la primera causa de discapacidad sobrevenida en adultos jóvenes, ya que suele afectar a personas de entre 20 y 45 años. Los métodos de diagnóstico están mejorando, pero aún se desconoce qué la origina.
Médico Especialista en Medicina Intensiva en el Hospital 12 de Octubre
Actualizado: 2 de diciembre de 2022
En este momento no existe un tratamiento que sea capaz de curar la esclerosis múltiple, por lo que los objetivos son frenar el progreso de la misma y aliviar los síntomas y sus complicaciones, para lo cual a día de hoy se cuenta con diversos fármacos que pueden modificar favorablemente el curso de la enfermedad, lo que ha permitido que un gran número de pacientes lleve conviviendo casi dos décadas con la esclerosis sin presentar discapacidad importante.
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Por otro lado, se espera que en los próximos meses se comercialicen en España dos nuevos fármacos para el tratamiento de la esclerosis múltiple, uno de ellos ha demostrado su eficacia en pacientes con formas recurrentes de esclerosis múltiple, mientras que el otro está dirigido al tratamiento de formas progresivas.
Tratamiento sintomático del brote de esclerosis múltiple
Para los brotes leves se administrarán corticoides por vía oral, y para los brotes con intensidad suficiente como para alterar las actividades de la vida diaria del paciente, se administrarán corticoides por vía intravenosa durante 3-7 días. Hay que destacar que estas medidas solo son eficaces para los síntomas del brote agudo, pero que no disminuyen el número de brotes.
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Tratamiento para modificar el curso de la esclerosis múltiple: con este fin se administra tratamiento inmunomodulador, que variará en función de la forma clínica de la afección.
Los fármacos existentes para la esclerosis múltiple son los siguientes:
Acetato de glatiramer: se administra de forma subcutánea diariamente y se logra disminuir en un 30% el número de brotes. Destacan las reacciones locales a la inyección como efectos secundarios.
Interferón beta (1ª y 1b): también logra disminuir en un 30% el número de brotes en los pacientes con forma recurrente-remitente. Se puede administrar de forma intravenosa, subcutánea o intramuscular, y sus efectos secundarios más frecuentes son los cutáneos, y un cuadro parecido al de la gripe, en relación con la inyección. También hay que vigilar los niveles de enzimas hepáticas para controlar un posible daño hepático.
Ocrelizumab: este fármaco (Ocrevus) es la única terapia modificadora de la enfermedad aprobada por la UE y la FDA para tratar esclerosis múltiple recurrente y remitente y formas primarias progresivas de la enfermedad. Se trata de un anticuerpo de inmunoglobulina humanizado que se administra por infusión intravenosa, y que ha demostrado su eficacia en ensayos clínicos para disminuir la tasa de recaídas de la esclerosis recurrente y frenar el progreso de la discapacidad en ambas formas de la enfermedad. Entre sus posibles efectos colaterales estarían la irritación en la zona de la inyección, hipotensión arterial o fiebre y náuseas. También podría incrementar el riesgo de sufrir cáncer de mama, entre otros.
Azatioprina: reduce el número de brotes, pero es necesario su empleo durante dos años o más. Se administra por vía oral.
Mitoxantrona: es más eficaz en las formas progresivas y graves de la enfermedad, y su administración tiene que ser por vía intravenosa. Su uso es limitado al asociarse a la aparición de cánceres sanguíneos.
Metotrexate: también necesita emplearse durante mucho tiempo para obtener beneficios. Su administración es semanal.
Siponimod: orientado a tratar síntomas de la esclerosis múltiple secundariamente progresiva (EMSP) y la forma remitente-recurrente, ha demostrado que reduce significativamente el riesgo de progresión de la discapacidad, y ser capaz de prevenir el deterioro de la capacidad para procesar la información con rapidez.
Cladribina: permite controlar los brotes de la esclerosis múltiple durante cuatro años, se toma durante 20 días repartidos en dos años.
Otros fármacos: existen otros muchos medicamentos, usados sobre todo para reducir las recaídas, como Teriflunomida, Fingolimod, Dimetilfumarato o Alemtuzumab.
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En todos los casos de esclerosis múltiple se puede administrar tratamiento sintomático de las secuelas:
Si hay depresión se administran inhibidores de la recaptación de serotonina.
Opciones para apoyar el tratamiento de la esclerosis múltiple
Por otro lado, los pacientes pueden recurrir a otro tipo de ayudar para controlar sus síntomas y mejorar su calidad de vida. Así, puede ser recomendable:
Fisioterapia: para aquellas personas con problemas de movilidad o debilidad física puede ser de utilidad acudir a un experto que le ayude en el fortalecimiento de sus extremidad o aprender a moverse con un andador y otros dispositivos que pueden requerir para manejarse mejor en su día a día.
Logopedia: muchos pacientes con EM pueden presentar dificultades para tragar alimentos o alteraciones dle habla, por lo que acudir a un logopeda puede ser de gran ayuda para mejorar la deglución, la fluidez verbal y elevar su autoestima.
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Relajantes musculares: siempre bajo prescripción médica, existen diversos relajantes que pueden servir para controlar los espasmos o la rigidez muscular, especialmente en las extremidades inferiores.
Fármacos o suplementos para la fatiga: la debilidad física y el cansancio son síntomas que con frecuencia afectan a las personas con esclerosis y que pueden interferir en su día a día, sobre todo en la jornada laboral.
Terapia alternativas: otras opciones para controlar el cansancio físico y mental, incluso el ánimo bajo, pueden ser los masajes, la práctica de yoga o taichí, o acudir a terapias de relajación.