Espondilitis anquilosante
La espodilitis anquilosante es una enfermedad reumática inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones sacroilíacas y de la columna, causando dolor y rigidez y dificultando la movilidad. Su diagnóstico se puede retrasar entre uno y tres años.

Qué es espondilitis anquilosante

Por: María Dolores Tuñón

Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 23 de octubre de 2023

¿Qué es espondilitis anquilosante?

La espondilitis anquilosante es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones, especialmente a las sacroilíacas (las articulaciones que conectan la columna vertebral con la pelvis) y la columna vertebral, aunque también puede afectar a otras articulaciones periféricas. La espondilitis hace que las vértebras se fusionen y se anquilosen (de ahí su nombre, el término 'anquilosante' proviene del griego ANKYLOS, que significa 'soldadura, fusión'), dificultando o impidiendo la movilidad de las articulaciones afectadas. Esto sucede aproximadamente en un 30% de los casos y especialmente en pacientes con la enfermedad muy evolucionada.

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Las principales manifestaciones clínicas de esta enfermedad reumática son el dolor y la rigidez que, inicialmente pueden atribuirse a otras causas, pero que con el paso de los años y la persistencia y empeoramiento de esos síntomas derivan en el diagnóstico. Un dolor que debe llamar la atención pues se diferencia de la lumbalgia clásica en que ésta mejora con el reposo, al contrario que en la espondilitis. 

Es mucho más frecuente en varones, pero está aumentando la incidencia en mujeres, y afecta por igual a personas de todas las razas. Al contrario de lo que se puede pensar cuando se habla de enfermedades articulares, la espondilitis anquilosante es más común en gente joven, y suele aparecer entre los 20 y los 30 años; incluso en un 10% de los pacientes los síntomas iniciales se manifiestan antes de los 16 años.

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Su prevalencia se estima en torno al 0,26% de la población, con una incidencia de unos 7 casos nuevos anuales por cada 100.000 habitantes. En España, por ejemplo, supone aproximadamente unas 96.000 personas adultas afectadas en nuestro país, según el estudio EPISER.

Su importancia fundamental viene dada por la limitación funcional, y por tanto, en la calidad de vida del individuo que la padece, ocasionando además costes sanitarios elevados por la atención médica que precisan. Hasta en el 20% de los casos puede suponer la invalidez permanente, debido a que es una causa de dolor lumbar crónico en adultos jóvenes.

Según la Dra. Urruticoechea, reumatóloga del Hospital Universitari Son Espases (Palma de Mallorca), “aunque se ha mejorado el diagnóstico en este ámbito, todavía existe un cierto retraso ya que la identificación precoz de estos pacientes no siempre es sencilla. El aspecto fundamental del éxito del tratamiento y que determinará un buen pronóstico a largo plazo es poder realizar un diagnóstico precoz para poder administrar el tratamiento más adecuado lo antes posible”.

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No existe por ahora ningún tratamiento que pueda curar por completo la enfermedad. Sin embargo, sí se dispone de una serie de fármacos eficaces y de técnicas de rehabilitación que pueden ayudar a aliviar el dolor y permitir mejorar la buena movilidad del paciente, mejorando así su calidad de vida.

En los últimos años, la terapia biológica ha supuesto un verdadero avance, no solo para el control de los síntomas en pacientes con mala respuesta a tratamientos convencionales, sino para el manejo de los síntomas no articulares y el riesgo cardiovascular asociado.

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